sábado, 18 de abril de 2020

LA CHULERÍA INDECENTE DE LOS SEÑORITOS



Juan Diego interpreta al señorito típico delante de Terele Pávez y Alfredo Landa, en una escena de ‘Los santos inocentes’ (1984), de Mario Camus, según novela de Miguel Delibes.

E voi altri signoroni,
che avete tanto orgoglio,
abbassate la superbia
e aprite il portafoglio

Popular, La Lega


Un placer, revisar en vídeo el sepancuantos que recibió José Ignacio Echániz en el hemiciclo casi enteramente vacío de las Cortes. El portavoz pepero salió a adornarse con un discurso chulesco, chusquero e insultón. Recibió a cambio de nuestra adorable ministra de Trabajo Yolanda Díaz un chaparrón de datos y de precisiones. Quiso acusar al gobierno de chapucero y de improvisador, y Yolanda castigó al burlador burlado colocándolo delante del espejo de su propia chapucería.

El señoritismo lo tiene mal, frente a este gobierno. Los ministros están infinitamente mejor preparados que los portavoces de la oposición; llevan la materia bien estudiada y no les acobardan gracietas como las de la marquesa de Casa-Fuerte, Cayetana Álvarez de Toledo, especialista en el desdén con el desdén, pero de quien nadie sabe aún qué línea política y económica propone, como no sea el feminismo amazónico.

En tiempos de tribulación, las gesticulaciones que tanto efecto tenían en el respetable en otro tiempo, no son ya de recibo. Pablo Casado pide a Sánchez que baje las banderas a media asta y se ponga una corbata negra; y ese reproche insulso saca de quicio a una ciudadanía que ve campar a Josemari y Ana, o a Mariano en chándal, por sus ¿respetos?, mientras al común no le está permitido ni siquiera el gesto humano de acompañar a los muertos en su último trayecto. Tampoco el de contarlos bien, porque desde las autonomías rebeldes y belicosas se arbitran contabilidades distintas para desautorizar juguetonamente las directivas precisas de quienes asumen la responsabilidad de sacarnos de esta.

Vean la campaña desvergonzada de mentiras maliciosas desatada por la banda criminal de Santiago Abascal en twitter. Eso es señoritismo puro, transgresión porque les da la gana, porque se aúpan por encima de las leyes y sienten un desprecio absoluto por la gente normal, esa gente que sigue muriendo todos los días y de la que dicen que es el gobierno quien la ha matado. 

Y todos ellos, juntos y revueltos, nos proponen honrar a nuestros muertos con corbatas negras, pero no, nunca, con la disciplina común y pacíficamente aceptada del confinamiento.

Así son ellos/ellas de chulos/as.

Peste de señoritos. Rebajad la soberbia y abrid el billetero, como pedían las mujeres de la Lega dei Communisti en la Italia de principios del Novecento.