lunes, 14 de noviembre de 2022

SIGUEN ABIERTAS LAS COMPUERTAS DE LA ESPERANZA

 


Aspecto de las terrazas del Paseo de la Castellana, a la hora del aperitivo del domingo 13 de noviembre de 2022.

 

Pedro Muñoz Abrines, portavoz del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, sostiene que la manifestación de ayer, por una sanidad pública de calidad, fue un fracaso. Apenas estaba presente en el evento una parte ínfima de los madrileños.

Tampoco, en su opinión, existe el cambio climático (un invento comunistoide, lo llamó Ayuso), ni existió el Covid que tanto revuelo armó para total nada entre dos platos (si bien resultó ser una coartada idónea para una transacción ventajosa con las mascarillas chinas). Ya en otro momento anterior había recibido de los medios canallescos una atención exagerada y fuera de tono la presencia en la costa cantábrica de algo calificado como “chapapote”, cuando en realidad se trataba solo de unos simpáticos hilillos de plastilina.

Admitámoslo, nuestra leal oposición es negacionista; afirma que las cosas no son como son, sino como a ella le conviene verlas. Para el PP la Castellana aparece desierta en la imagen que encabeza estos renglones, y el 99% de los madrileños están encantados con esa sanidad de sandunga que tienen y que no se merecen.

Hay síntomas casi insignificantes, sin embargo, de un cambio de cuadrante del viento por donde sopla. La mayoría parlamentaria vicaria se afianza sondeo a sondeo, la transición energética porfía en su avance, habrá impuestos específicos para los beneficios “caídos del cielo” de las eléctricas y de la banca a pesar de las bravuconadas del patrono de Iberdrola, el delito de sedición tendrá una definición más rigurosa frente a los sueños húmedos de los ordenancistas, y Carlos Lesmes ha dimitido, mientras empiezan a desmoronarse otras defensas numantinas del poder judicial como un imperativo absoluto.

Todo ello ofrece también una fotografía fiel del “fracaso” de unas iniciativas de progreso que solo interesan a las minorías irredentas de siempre. “Cuatro gatos mal contados”, sea cual sea su número.

Siguen abiertas las compuertas de la esperanza.