sábado, 10 de junio de 2023

ALGO HA PASADO



El templo de Poseidón en el cabo Sunion (Ática, Grecia). Islas e islotes salpican el trayecto del sol hacia el poniente. Ninguna tierra emergida es de despreciar.

 

No echaré las campanas al vuelo, pero lo que ha ocurrido es bastante diferente de la clásica traición de un grupúsculo escindido a los ideales monolíticos y sempiternos de la izquierda. Son dieciséis grupos, concertados en una sola candidatura de nombre Movimiento Sumar, los que se han movilizado de forma coordinada, y los “ideales sempiternos” han brillado por su ausencia en toda la operación.

Los implicados, cuantificables en la línea de partida en un poco más de dos millones de votos de izquierda, están poniendo todo su esfuerzo en ser prácticos e inclusivos. Han tratado de no dejar atrás a nadie que quisiera estar ahí, siempre desde el respeto debido a quienes no, no, no han querido.

Una mención especial a Alberto Rodríguez (el “Rasta” para las derechas), que fue apeado del Congreso de los Diputados por una maniobra turbia y, de vuelta en Tenerife, ha puesto en pie el proyecto Drago Canarias y ha optado a la alcaldía de La Laguna, justo antes de ser el primero en adherirse al Movimiento Sumar.

Mónica Oltra también fue defenestrada de su vicepresidencia de la Comunidad Valenciana, por una acusación infundada y maliciosa. La malicia se ha extendido a la fecha elegida para la publicidad de su inocencia. Algunas personas, en este país, son culpables hasta que se hace pública, con un retraso culpable, la demostración palmaria de su inocencia.

Pero Alberto Rodríguez ha mantenido su compromiso con la izquierda plural, y Mónica Oltra su Compromís. Son dos ejemplos de que la política, extraña forma de vida, tiene modos distintos de ejercerse, y no todos los políticos son iguales, no todos, qué va.

Hay quien llama traición a la lealtad a las personas, y predica como única opción válida la lealtad a las siglas.

Pero las siglas no tienen vida propia, y la realidad viva es dialéctica. Los que ayer fueron leales mañana serán traidores, si no cambian su modo de pensar.

“Algo” ha pasado, entonces, sin la menor duda. Conviene avanzar en la dirección sugerida por un acontecimiento tan sorprendente. Ha sido un “algo” bastante repentino e inesperado, pero trabajado con mucho ahínco. No sé dónde podrá llegar este país, pero sí que  ha dejado de ser el mismo de antes.