miércoles, 21 de junio de 2023

NOS BOMBAN

 


La Luna ilumina la noche y orienta a los marinos; las luces del barco no dan claridad más allá de la cubierta. (Sant Pol desde mi terraza, noche del pasado 5 de abril)

 

No fue buena idea dar la orden de “rompan filas” para abordar las elecciones municipales y autonómicas desde las posiciones elevadas del campanario de cada cual. La política de progreso en marcha exigía una concreción mayor, un sentido finalista y una unidad de propósito visible. Los resultados han sido muy malos, y de poco ha ido que fueran pésimos para el gobierno de progreso, que se ha visto rebasado por la movida resistible de las derechas ultras.

Campanario y solo campanario, eso hemos visto. Ningún entendimiento entre autonomías, ningún proyecto común, ningún apunte de esa pedagogía pre-federalista que suele predicarse con profusión en los períodos entre campaña y campaña electoral.

Ahora solo queda reaccionar en la segunda parte del encuentro, convocada de urgencia, y recurrir a la heroica, tal vez a los penaltis. Puede que el intento salga bien, pero eso no abonará los resultados obtenidos hasta ahora. Andalucía es un desastre irremediable; Madrid, un agujero negro, y renuncio a seguir enumerando calamidades. Xavier Trias lo ha hecho por mí: “Que us bombin!” Descontado el sobreentendido sexual, muchos sentimos que hemos sido bombardeados en aplicación de una estrategia estéril de todos contra todos y de tierra quemada. Algunos, en Barcelona por ejemplo, incluso se sienten satisfechos del resultado.

Esperemos que emerja con fuerza Sumar para el inminente julio. Esperemos que el bendito “sanchismo” tan criticado recupere la iniciativa frente a la segunda alma del PSOE, esa que reaparece cíclicamente para husmear por los rincones de la geografía hispana las posibilidades de negocio latentes en una política enana y caciquil, un cambalache de barra de bar de pueblo.

No podemos permitirnos un nuevo 28M, sería el último.