Cabalgata
de los reyes, en las proximidades del Portal de un Belén del Eixample de
Barcelona. El hilo blanco tachonado de puntos de luz, visible entre los
camellos, no tiene una explicación teológica adecuada. Las figuras son herencia
de familia, hoy ya no se fabrican así, todo degenera.
Noticias de Belén, datadas de hoy mismo, señalan que a lo
largo de toda la noche pasada hubo aglomeración de gentes y revoloteo de
ángeles en el Portal ubicado en las afueras de la villa. Pudo deberse tal
circunstancia a la actuación estelar de Ella Fitzgerald, que arropó con su voz (“All
of me”) a un niño maravilloso, nacido hace pocos días y sobre el cual el
Madrí de Floren posee ya una opción millonaria de compra, para cuando madure, dentro
de unos años, el talento futbolístico que atesora. ¡Será mejor incluso que
Benzema, se asegura por los chiringuitos!
El gentío y el angelío reunidos allí pudieron ser también
consecuencia colateral de la timba de unos popes que se sentaron al ladito a
jugar a las cartas, con menosprecio de un grupo de migrantes que contaban tan
solo, para resguardarse de la baja temperatura ambiente, con el calor animal de
una mula y un buey, pacientes ambos y sufridores como es su costumbre. Los
popes contaron para calentarse con su propio brasero, de oro de ley recamado
con piedras semipreciosas. Normal, es notorio que la Iglesia atiende siempre de
preferencia y en línea de principio a las comodidades terrenales, y es dura de
oído para las músicas celestiales. No digan ustedes después que nadie les ha
advertido.
Se añadieron al gentío pastores curiosos, acompañados por
sus ovejas, y un trasiego constante de gente del común volcada a ver el
prodigio. Destacó al respecto la refinada amabilidad de las mujeres, que
aparecieron puntuales para aportar sus presentes de todo tipo y sobre todo su
presencia, tan necesaria para una historia completa del evento.
Por desgracia, todo ello perjudicó la epifanía de unos
reyes venidos desde lejos y guiados en su viaje por complejos cálculos
astronómicos y por profecías difíciles de desentrañar. Los reyes, que traían
incienso, además de oro y perfumes, llegaron justamente al humo de las velas,
pero el público en general se sintió satisfecho con la visión lejana, por entre
las palmeras del skyline, de una cabalgata con camellos silueteados a la
luz de la luna.
Las autoridades municipales, que son quienes tienen la
última palabra en estos asuntos, anuncian ya que el exitoso acontecimiento se
repetirá el año que viene, si todo funciona como debe en las inminentes
elecciones.
El
Portal, a vista de pájaro. Ella Fitzgerald y su grupo proporcionan el hilo musical. El otro
hilo, el eléctrico, es un misterio insoluble, los expertos hablan de un posible
anacronismo, concepto que no sabemos qué significa porque aún no lo han
definido en Pasapalabra.