viernes, 14 de abril de 2017

REPERCUSIONES INTERNACIONALES DE LA SEMANA SANTA


Esta semana santa viene movida porque el populismo acecha en todos los rincones para promover desórdenes que afectan hondamente a la gente de orden en general y al nazarenío en particular. En la Madrugá de Sevilla se produjeron ayer alborotos, con golpes en el suelo y gritos amenazadores según crónicas de los diarios, que provocaron varias estampidas de los devotos. El más lamentable fue tal vez el desbaratamiento del cortejo de la Esperanza en el puente de Triana. Los músicos no pudieron seguir en la procesión y algunos necesitaron atención psicológica.
Hay ocho detenidos, y es seguramente el momento oportuno para poner coto severo al desmán. No debe olvidarse nunca que el Nazareno sufrió pasión muy especialmente, si no en exclusiva, por nosotros. La semana santa es marca España, las banderas ondean aquí a media asta y en ningún otro país existe la costumbre de indultar a presos en recuerdo del Inocente por antonomasia. Además el paquete turístico semana santa-feria de abril es, hoy por hoy, imbatible en Andalucía. Los turistas acuden atraídos por nuestras tradiciones y procuran emularnos en todo: leo que un turista abroncó en el metro de Barcelona a dos lesbianas que se besaban en público. El gesto es bonito, si bien algo melancólico. Hace años la ciudadanía indígena más consciente se habría adelantado al guiri por varios cuerpos de ventaja. ¿Qué nos está pasando?
Otros signos premonitorios acentúan la alerta. Llegará un día en que la semana santa será un evento internacional, y la Macarena recorrerá en procesión las calles de, qué sé yo, Bombay o San Francisco. El turista devoto podrá flagelarse las carnes entre baño y baño de mar en Playa Bávaro o Phuket. Todo será distinto.
Por ejemplo, el sommelier Diego Di Giacomo, apoyado por algunos estudiosos del tema, sostiene que el vino consumido por Jesús en la última cena fue, «con cierto margen de error, un caldo denso, de cierto cuerpo, con un breve añejamiento, una graduación alcohólica en torno a los 14 grados, procedente de las uvas parientes de la que hoy se conoce como Syrah.» Las cepas de Syrah proceden de Persia; una decepción para quienes apostábamos desde siempre por un fino amontillado o, mejor aún, por una manzanilla procedente de Sanlúcar. Lo que nos salva aún es esa prevención, “con cierto margen de error”. Pero con los progresos de las ciencias en todos los terrenos, las probabilidades de rectificación son escasas.  
Lo más fuerte de la semana santa de este año, además, no ha sido lo del puente de Triana. Ayer a las 19.32 hora local, en el distrito de Achin, provincia de Nagarhar, Afganistán, Donald Trump ha hecho estallar un ejemplar de la madre de todas las bombas no atómicas, el GBU-43, que pesa diez toneladas y mata por una onda de presión aérea. Han muerto por lo menos 36 guerrilleros del ISIS, y se ha destruido abundante material bélico.
Con los recortes drásticos en nuestros presupuestos y el ojo avizor de las autoridades de la Unión europea, el Fondo monetario y el Banco mundial, que no pierden detalle de nuestra compulsión secular a gastarnos los préstamos bancarios en vino, mujeres y procesiones, no sé cómo vamos a poder competir con festejos internacionales de ese volumen.