jueves, 5 de abril de 2018

REBELIÓN, SEDICIÓN Y MÁSTER FUL


La justicia alemana, tal vez vestida con blusa de lunares, se ha empeñado en hacerle una letizia a los jueces españoles, y por extensión a los entusiastas ministros Zoido y Catalá, a los que hemos visto escasos días atrás coreando a voz en cuello “El novio de la muerte” en una procesión religiosa armada que desfilaba, intimidadora, por el centro de Málaga.
La justicia alemana es una sosa y una antipática. Eme Punto Rajoy ha manifestado su máximo respeto por el veredicto, pero solo porque no está a su alcance ninguna forma humana de no respetarlo. Puchi está varado de momento en un lugar inaccesible para la Brigada Acorazada Aranzadi, el Schleswig-Holstein lo llaman, lugar incógnito del que lo único que se sabe es que cae muy lejos de Pontevedra.
─ ¿Cómo de lejos, como Mondoñedo?
─ Mucho más, no vas a comparar.
Eme Punto ha resaltado el dato incontrovertible de que el juez no es español. Le ha faltado añadir que, de haber sido español, se iba a enterar deprisita de lo que vale un peine. De haber sido catalán, más aún. Se le habría caído el pelo. El ex major Trapero ha sido procesado por la jueza Lamela, de la Audiencia Nacional, por un delito de sedición, ahí va que bufa. Aquí no somos de arreglar los estropicios con cataplasmas ni medias tintas.
Podría acompañar a Trapero en la trena, aunque no con una gran probabilidad, la presidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes, culpable de hermosear su currículo de triunfadora con algunas firmas falsas que atestiguaban la presentación y calificación académica de un trabajo que es incapaz de enseñar al presente dado que lo tiene metido en alguna caja de las que aún no ha abierto desde su última mudanza.
Trapero ha sido destituido. Puigdemont se inhibe (a medias) y ha vuelto a designar a Jordi Sánchez como su sucesor en la Gene a todos los efectos virtuales. Cifuentes no dimite, ni es destituida, ni tampoco todo lo contrario. A la espera de una moción de censura inminente, ella flota ingrávida en el limbo particular de las rubias platino, una especie de burbuja de colores sin contacto ninguno con la realidad exterior.
Más le habría valido hacer una escapada a Málaga esta semana santa pasada. El Cristo de la Buena Muerte tiene mucha mano en milagros tales como hacer aparecer oportunamente exámenes extraviados. Sobre todo si la petición de la gracia se acompaña cantándole con mucha convicción y buenos pulmones: “Soy la rubia a quien la suerte / hirió con zarpa de fiera…”