El metafórico camino empinado de la
virtud (rincón de una calle en la isla de Naxos).
Es seguramente lo más
hermoso que ha ocurrido en este verano bastante impresentable: Xavier Novell,
obispo de Solsona, ha dimitido de su cargo por motivos “estrictamente
personales”. Yo no habría indagado más en el asunto, tampoco me importan tanto
las jerarquías eclesiales, pero los medios generalistas me han servido la
explicación completa en primera plana. El ya ex obispo se marcha a vivir con
una mujer, una costumbre muy extendida entre eclesiásticos hetero, pero calificada
por el Derecho Canónico de incompatible con el ejercicio de un ministerio
espiritual de cura de almas.
Albricias, alguien dimite
en este país. Más aún, alguien dimite por amor. Más todavía, alguien dimite sin
utilización concomitante de puertas giratorias. Novell está buscando trabajo en
una cooperativa leridana, ya que, al margen de su carrera eclesial, tiene el
título de ingeniero agrónomo.
Todo el asunto revela una
coherencia ética admirable. Puesto en una encrucijada engorrosa, Novell había de
elegir entre dos opciones, y se ha decidido con todas las consecuencias por una
de ellas. De haber razonado como los miembros de nuestro Consejo General del
Poder Judicial, sin embargo, habría seguido impertérrito con sus amores laicos por
un lado y su ministerio sagrado por el otro, despotricando además de los
partidos políticos (en general, ojo, nunca en particular) por no apresurarse a
resolverle de forma adecuada la papeleta.
De haber razonado como
otra jerarquía del Estado aún más alta, que no nombraré por respeto reverencial
hacia ella y hacia todo lo que representa, Novell habría compatibilizado a
Sofía con Corina, el deber constitucional con la tarea lucrativa de muñidor de
negocios multinacionales, y el patriotismo acendrado con la evasión de
capitales; todo ello facilitado por una inmunidad de regalo, ofrecida de forma
espontánea por todos los españoles.
Dicen que Novell se
decantaba como obispo más bien del lado del integrismo religioso y del
ultranacionalismo político. Pecadillos perdonables en una persona que nos ha
dado una lección de ética enorme, además de demostrar que los tiene bien
puestos.
Loor a Novell. Loor a todo
espíritu fuerte que tenga la coherencia suprema de dejar bien separados y sin
confusión posible su culo y las témporas, en lugar de darse de baja de su
partido, mantener sin escrúpulos su cargo público, y buscar un acomodo
vergonzante en el Grupo Mixto para el resto de la legislatura.