A veces el milagro de la comunicación social se obtiene por medio
de un parche, o pegote, o arreglo improvisado. Ningún esfuerzo sobra. (Calle de
Valderrobres, Teruel).
En un artículo de opinión en La Vanguardia,
hace pocos días, su autor acusaba a CCOO de “tirarse al monte” y torpedear el
diálogo social. Lo que había hecho Unai Sordo, sin embargo, era reclamar la
derogación completa de la “reforma” laboral vigente por la razón, precisamente,
de que esa “reforma” había significado un torpedo por debajo de la línea de
flotación del diálogo social.
En síntesis, entonces, el articulista argumentaba
que la exigencia de restablecer el diálogo social era irrazonable, porque no
buscaba el consenso con la contraparte dentro del marco acogedor de una norma que
privilegia a la patronal y deslegitima a los sindicatos. En consecuencia, CCOO no
solo hacía mal al torpedear el torpedeamiento, sino que además estaba faltando
al respeto debido a los torpedeadores. Solo sería “razonable” para los
sindicatos dialogar después de aceptada su propia falta de legitimación para
dialogar.
¿Advierten la cacofonía?
No es este del diálogo social el único caso
escandaloso para nuestras derechas. Voces procedentes de la política y de los medios
de comunicación condenan las condenas al franquismo, y las consideran un delito
de odio punible. Entienden ─supongo─ que se ha de ser más agradecido con quien
te fusila. Los presos, los represaliados, los expropiados, los exiliados de un
régimen totalitario, vienen ahora a reclamar reparación, contra toda lógica
basada en el statu quo. Ese asunto está ya cerrado, despotricar del régimen
anterior sería puro revanchismo.
En medio de tanta cacofonía tiene que ir
abriéndose paso, trabajosamente, una línea política reivindicativa de derechos
para todos (y no solo para unos) y de responsabilidades para todos (y no solo
para otros). Los avances parciales pero continuados en esa línea se notan mucho
por la algarabía que provocan: “A esto no hay derecho”, gritan en tono
destemplado los que niegan derechos a la otra parte.
Cacofonía.