Preparativos para el cafelito de la cumbre comunista, en un
rincón recoleto del Vaticano (David HOCKNEY, ‘Greek Café’)
Nuestras derechas están diversificando sus
saberes en un intento desesperado de atrapar por los pelos a la Transversalidad,
esa diosa escurridiza potencialmente capaz de garantizar una mayoría electoral
abrumadora, que es lo que ahora mismo echan de menos. Isabel Díaz Ayuso anda estudiando
Economía a marchas forzadas, si atendemos a su declaración (en el programa “Al
Rojo Vivo” de la Sexta) de que los comunistas entienden tanto de economía como
los neandertales de informática. Ella no está dispuesta a quedarse atrás en ninguna
de las dos materias.
La comparación de IDA es audaz. Carlos Marx, un
tío de Tréveris con toda la barba, escribió con Federico Engels un Manifiesto comunista, y algunos sostienen
que sí sabían los dos de Economía, pero nasti de plasti, colega, le preguntas a
Marx por Milton Friedman y está pez. Más o menos como si le hablas a un neandertal
de ordenadores; lo más probable es que te abra la cabeza con un hacha de sílex.
Los comunistas han mutado, eso es
incuestionable. Ya no están donde solían, o sea en Rusia y en Cuba. En Cuba
siguen mandando a pesar de todo los chavistas, pero Putin en cambio es un
tronco legal, está poniendo en cintura a los nacionalistas ucranios. Sin
embargo, se ha abierto un segundo frente comunista donde menos podía esperarse:
en el Vaticano, manda huevos. El Papa se ha tirado al monte en compañía de los
sindicatos (los sindicatos tampoco entienden de economía, dicho sea de paso), y
ahora recibe a la Ministra Roja española con toda pompa y circunstancia. “Cumbre
comunista”, ha puntualizado Macarena Puentes, secretaria de Comunicación del PP
de Madrid, que entiende de comunismo mucho más que un cromagnon de ordenadores.
Luego Macarena ha borrado el tuit, que es la manera que tienen las derechas de
tirar la piedra y esconder la mano.
Las cosas están yendo mal para los rancios mantenedores
de las esencias. La vieja Santa Alianza entre el Altar y el Trono naufraga. El
Altar anda ahora a salto de mata, y el Tronera ha recalado en Abu Dhabi.
Menos mal que, por lo menos, IDA está
estudiando economía.