Dice la prensa que el paro ha descendido en 76.300 personas, en el mejor mes de septiembre del siglo. De forma simultánea, y sin embargo de lo anterior, Pablo Casado ha lanzado en
el cierre de su convención en Valencia un órdago a la grande: cuando llegue al
gobierno ─si llega, que esa es otra─, derogará todas las leyes votadas por la
actual mayoría de izquierda. Bajará el SMI, descartará el ingreso mínimo vital,
arruinará las pensiones, torpedeará los ERTES, anulará los indultos y
desmantelará cualquier tipo de tutela social. Probablemente el volcán de La
Palma será declarado ilegal, y el juez Llarena reclamará del Cabildo insular su
extradición para ser juzgado en Madrid por contumacia en la sedición.
Si llega a gobernar alguna
vez, Casado implantará el vértigo. España será un país que circulará por dos
carriles de sentido opuesto, y a dos velocidades: los ricos irán al paraíso
(fiscal) en el mítico Bluebird, y los
pobres al infierno en colectivo por el carril Bus y con la obligación añadida
de pagar el recibo de la luz más caro del mundo. Se abolirán las residencias geriátricas
y se reimplantarán los paredones.
Fin del viaje al centro, la
derecha tripula de nuevo el trimotor Plus Ultra Toda la cabina es de primera
clase, mindundis abstenerse. Pasajeros, ocupen sus asientos, el capitán Casado
y su tripulación les desean un feliz vuelo en exclusiva.
Eso ha ocurrido en
Valencia, y ha sido con luz y taquígrafos. No es un fake, no es el invento de un hater.
Todas las cajas de Pandora se han abierto de golpe y porrazo.
Las cajas B de Pandora.
De golpe y porrazo.
Si Casado llega a gobernar
alguna vez.