viernes, 19 de marzo de 2021

CONTRA LOS AXIOMAS

 


Palmiro Togliatti.

 

Un amigo ha comentado uno de mis recientes posts (“En orden disperso”) desde la sospecha de que estoy haciéndole el trabajo sucio a la derecha. El mismo caballero le ha preguntado abruptamente a José Luis López Bulla quién le paga. En los dos casos, los interpelados habíamos expresado nuestra perplejidad por la ausencia de las habituales formalidades de “cortesía consensuada” en la dimisión de Pablo Iglesias como vicepresidente del gobierno, para implicarse como candidato en la batalla electoral de Madrid.

Resulta que eso no se discute, y punto. El axioma (saben ustedes cómo se define el axioma: una verdad tan evidente que no necesita demostración) que se pone en funcionamiento en este caso, es la infalibilidad del líder. Si Pablo lo ha hecho así, es que está bien hecho.

Lejos de mí la idea de trabajar ─menos aún de ensuciarme─ en beneficio de IDA. Y no veo mal el salto mortal de Pablo si aterriza en el núcleo de dirección (la presidencia iría a parar casi con toda probabilidad a Ángel Gabilondo) de una CAM sostenida por una idea de progreso y de solidaridad con las restantes comunidades. Pero 1) esa eventualidad es incierta; Pablo corre un riesgo alto de quedarse a mitad de camino y en una posición desairada; 2) mucha tiene que ser la penuria de cuadros en el partido para que el líder sea el encargado de lanzar el córner y correr a rematarlo él mismo. ¿Existe un “equipo” propiamente dicho en la dirección de Unidas Podemos? ¿O estamos presenciando un one-man-show?

Las invectivas lanzadas desde la fe en el axioma no son respuesta adecuada a esos interrogantes. No proceden directamente del secretario general, sino de alguien actúa por iniciativa propia con ánimo de destapar conspiraciones donde no las hay.

Digo más, los secretarios generales no suelen apreciar tanto exceso de celo por parte de sus adláteres. Rossana Rossanda nos dejó en una larga entrevista el relato de la actitud de Palmiro Togliatti hacia Mauro Scoccimarro, que acudía como miembro de la comisión de control del partido a las reuniones de la redacción de Rinascita. La encuentran en https://pasosalaizquierda.com/entrevista-a-rossana-rossando/

Cito con cierta extensión:

«[Togliatti] había cambiado totalmente la redacción de ‘Rinascita’, que era algo así como su revista personal, trayendo a gente como Aldo Natoli, y después Bruno Trentin, Luciano Barca, Romano Ledda, etc., y yo, generalmente considerados como jóvenes inquietos. El único de los veteranos que permaneció fue Mauro Scoccimarro, de la comisión de control del partido. Frente a la mesa de trabajo de Togliatti, en perpendicular, había una mesa donde nos sentábamos nosotros. En el otro lado de la mesa, Scoccimarro, como diciendo: yo tengo una relación de iguales. Me acuerdo de que conforme Scoccimarro abría la boca, Togliatti, que era maligno, le decía amablemente, «¿Quieres hablar, Scoccimarro?». Él decía que sí, por supuesto, y Togliatti sacaba inmediatamente del cajón de su mesa uno de los catálogos de antigüedades a los que era aficionado y comenzaba a hojearlo. En cuanto Scoccimarro callaba: «¿Has terminado, Scoccimarro?». Y cuando este decía que sí Togliatti volvía a meter el catálogo en el cajón.»