viernes, 12 de marzo de 2021

SOCIALISMO O MONTONERA

 


Las Montoneras de Nicolás de Piérola Villena entrando a Lima por la Puerta de Cocharca, 17 marzo 1895 (Fuente, Wikipedia).

 

Madrid habrá de elegir entre socialismo y libertad, dijo Isabel Díaz Ayuso en el acto de disolver la Asamblea autonómica. Pero, obviamente, se estaba refiriendo a la libertad entendida a su modo, es decir a la montonera.

Lo ha demostrado de inmediato su amiguete Santiago Abascal, que convocó una rueda de prensa en la plaza Belluga de Murcia en desagravio por la moción de censura que han puesto las hordas contra el gobierno apostólico presidido por Fernando López Miras, un gobierno que refleja las esencias de la libertad montonerizada: corrupción, prepotencia, nepotismo, triduos y procesiones, caza y toros.

La “rueda de prensa” de Abascal degeneró en un mitin de Bibaspaña, coreado por un mogollón de secuaces sin mascarillas ni distancia social ni permiso gubernativo. A la plaza Belluga (*), centro histórico y político de la ciudad de Murcia, se asoman la catedral de Santa María, el majestuoso Palacio Episcopal y el llamado Anexo de la Casa Consistorial, obra novísima de Rafael Moneo. Dios, el obispo y el alcalde en santísima trinidad. No había mejor escenario para reclamar a micrófono pelado la montonera dentro de un orden, sin confundir en ningún caso dicha montonera con el montoneraje practicado por las y los feministas en sus aquelarres de los ocho eme.

En el blog de aquí al lado recordaba ayer el maestro Bulla a los títeres de cachiporra, famosos en tiempos en los que aún no habían aparecido Sálvame ni Netflix. Títeres de cachiporra es una bella descripción del comportamiento de Ayuso y Abascal, ese dúo dinámico de nuestra derecha más derecha. Él sale siempre como un resorte, garrote en mano, en defensa de lo que le manden, y ella no sabe/no puede tomar decisiones si no es previo recurso a la app inserta en su móvil que le permite recibir las instrucciones del caso, filtradas a distancia por su asesor MAR (**).

La libertad de la derecha no es sino un títere de cachiporra, desafiante y obediente a la vez, dispuesto a apalear sin contemplaciones al vecino siempre que se lo permitan los hilos invisibles que lo ligan a las manos que manejan el tinglado detrás del telón.

El único fallo que se puede achacar a estos líderes de montonera atados y bien atados es el discurso. Ahí fallan de forma estrepitosa. Andamos echando de menos el aticismo y la fina elocuencia de Mariano Rajoy y Dolores de Cospedal. ¡Aquellos eran próceres!

 

(*) El cardenal Luis Antonio de Belluga y Moncada, para quien lo ignore, fue virrey de Murcia y Valencia en el siglo XVIII. Un símbolo de poder religioso y civil.

(**) MAR, para quien lo ignore, es Miguel Ángel Rodríguez, una emanación tóxica del poder fáctico difuso.