lunes, 9 de enero de 2023

ULTRAS EN BUCLE

 


Lula 2023, o el símbolo de la paloma cuando las aguas del diluvio comienzan a remansarse.

 

Dos años después, se ha repetido el asalto multitudinario de Washington a las instituciones democráticas de gobierno del Estado. Ha ocurrido en otro país y con otros nombres propios, pero con una lógica, e incluso una táctica, idénticas. Cabe sospechar que algunas personas hayan tenido una intervención presencial en las dos movidas; y no me refiero a las ovejas, sino a los pastores. Las movilizaciones de masas tienen por lo general poco de espontáneas.

El de Tejero en las Cortes madrileñas, hace un montón de años, fue tal vez el último golpe a la antigua, herencia del viejo golpismo del siglo XIX: uniformes, tiros al aire, se sienten coño. Se intentó entonces impedir la transmisión por televisión de lo que estaba ocurriendo, mientras que ahora el intríngulis va en la dirección contraria, facilitar imágenes en directo de la debilidad de las sedes de las instituciones democráticas frente a una turbamulta.

La intención, en cualquier caso, es muy parecida en ambos casos: no ya un pronunciamiento en apoyo de un cambio de gobierno, sino un intento de deslegitimar el acceso al poder de nuevos grupos políticos potencialmente contrarios al establishment constituido.

Al hablar de establishment no apunto, claro es, a la política. Hoy es la economía la que manda, y la política “debe”, según los expertos, estar a su servicio (at your beck and call, para expresarlo en lenguaje vintage). Tenemos situada en el puente de mando de la aldea global, y de muchas de sus franquicias, una élite adiestrada en las finanzas virtuales y la contabilidad creativa, decidida a marcar el rumbo de los negocios en los próximos tres o cuatro siglos. Esas élites se fotografían poco, y siempre tienen a mano un Steve Bannon capaz de remediar cualquier roto en las costuras del invento, con un puñado de dólares bien exhibidos y repartidos.

Pensar que nuestros jueces y fiscales son enteramente otra cosa, y que persiguen objetivos específicos, particulares de su corporación, es fantasía. Al cuartelazo y el mogollón, han añadido ellos una tercera modalidad de asalto a las instituciones: el bloqueo de la administración de justicia. Y esa es toda la diferencia.

Tenemos a la ultraderecha en bucle.