lunes, 30 de diciembre de 2019

CAMPANADAS A MEDIANOCHE





Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l’heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure.

Paul Verlaine


En Egáleo llueve a ratos, y a ratos cae aguanieve. Estamos oficialmente a +2 oC. Blanquean las montañas vecinas, todas ellas con nombres clásicos: el Himeto, el Pentélico, el Licabeto, el monte Egáleo, en cuya cima colocó el rey Jerjes su trono de oro de ley para contemplar como si fuera en papel cuadriculado la batalla naval de Salamina. (La cara que se le debió poner, comentó mi nieta Carmelina en clase de Historia.)

La rasca es fenomenal, el grajo debe de estar raspándose los cojones en el suelo, como decía mi compañero de mili Roberto Muñoz, por aquello de que “cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo.”

Acaba el año de morros; es lo suyo. Esta noche tengo previsto acudir a la cita de las campanadas prescindiendo de Sol y de Pedroche. Y es que el reloj de Sol no es, contra todas las sugestiones implícitas en el enunciado, un reloj de sol. Algo en esa paradoja me provoca irritación.

También me irrita Pedroche, que no es una mujer sino una nínfula, una Campanilla de Cobre en dibujos animados que juega a aparecérsenos envuelta en extraños atuendos semitransparentes, ni desnuda ni vestida.

No tomaré uvas ni brindaré con cava, solo con vino tinto corriente. Aquí el espumoso es italiano y su precio está por las nubes.

Y seguiré la pauta de Verlaine: sofocado y pálido, cuando suene la hora recordaré los días de antaño y lloraré.

Lloraré por tanta gente como estaba a mi lado (o yo estaba al lado de ellos) y ya no está. Sonreiré por tanta gente buena que aún me acompaña (a la que aún acompaño). Es una doble operación adecuada para el fin de año, un hito inevitable que sugiere tanto la idea de un colofón como la de un acabamiento. Tantas cosas, ay, pudieron haber sido y no fueron; tantas otras, bravo, sí se plasmaron en la realidad, y mantienen encendidas la luz de la curiosidad y la chispa de la esperanza.

Cantaré villancicos en compañía, delante de un belén en el que el Niño Jesús es adorado sobre todo por animales de granja, corderos, patos, gallinas, vacas, conejos, que mis nietos prefieren con mucho a los reyes, los soldados de armadura y los pastores.

Los gatos de la familia, mientras tanto, atenderán a nuestros cánticos con una mirada indescifrable. Cuando nos vayamos por fin a dormir, seguirán en lo suyo, les gusta trasnochar y dormir de día.

Para ellos no será una noche especial, pero sí enigmática. El tiempo no es igual para nosotros los humanos y para los gatos. ¿A qué viene, a fin de cuentas, armar tanto ruido?, se preguntan al oírnos cantar.


EL PACTO Y EL CENTRO-DERECHA



“In ictu oculi”, de Juan de Valdés Leal, pintura del género de las Vanitas, que podría representar adecuadamente los sentimientos profundos del centro-derecha español ante el futurible nuevo gobierno.


El sí del PNV y la abstención de ERC están ya prácticamente en el saco de ese felón, Pedro Sánchez. Arrimadas vacila, aunque las bases de C’s se han manifestado sin tapujos a favor del contubernio. Están a punto de consumarse las coyundas nefandas de España con la Antiespaña, ambas eternas en su contradictoriedad. La conjunción astral puede producirse el día de los Magos, 6 de enero de 2020. España habrá perdido el honor y la vergüenza, pero habrá ganado la estabilidad política necesaria y quién sabe cuántas cosas más que, como el Reino de Dios y su Justicia, se nos darán a los incrédulos por añadidura.

Felicitémonos por el desenlace positivo del laborioso parto, brindando con una copa de cava. Mejor aún con tres copas, una de cava catalán, otra de valenciano y la tercera de extremeño. Nadie sobra en esta celebración.

Los tertulianos de todos los colores nos han venido dando la tabarra en los medios con la cantinela de que con nosotros no hay modo, no tenemos remedio, en este país no hay cultura de pactos. Va a ser que tampoco es eso. Sí hay cultura de pactos, pero estaba bastante soterrada bajo capas geológicas de prepotencia y de “esto lo arreglaba yo sacando los tanques a la calle”.

Pablo Casado va a hacer una oposición inflexible. Inflexible viene a significar que atacará al gobierno por fas o por nefas, en función de lo que sea que diga y haga ante cualquier problema. Lo importante del caso no será la coherencia en la oposición, sino impedir a toda costa la temida estabilidad y torpedear el odioso consenso del PSOE, que la gente de orden había tomado de buena fe como “uno de los nuestros”, con los sediciosos y los proetarras. Últimamente Casado ha afirmado que llevará al TC a Sánchez por la congelación de las pensiones, ¿desde cuándo es partidario él de subir las pensiones? Su plan, sin embargo, vale como un ejemplo de antipolítica judicializada que se estudiará en los masters de las Facultades de Ciencias Políticas algún día. A eso lo llama Casado ser de centro.

A Santiago Abascal, por su parte, se le desconocen veleidades centristas; lo suyo va a ser una oposición virulenta, bronquista, que ha empezado con la disputa a base de empujones de los mejores asientos del Congreso. Ahora está pidiendo las listas de los firmantes de la abogacía del Estado que se inclinen por dejar en libertinaje (no confundir con la libertad) a Oriol Junqueras. ¿Para ponerlas en una vitrina? ¿Para hacerles escraches?

Con Abascal vuelve a nuestras narices aquel característico olor a chamusquina que flotaba hace varios siglos por nuestras plazas mayores después de los espléndidos autos de fe celebrados en ellas con gran éxito de crítica y público. Entonces no se pactaba, entonces no se transigía; entonces se era español a machamartillo, o no se era nada. O para mayor precisión, y siguiendo la gradación establecida en un soneto célebre por don Luis de Góngora, que sabía de lo que hablaba: o bien cumplía uno a rajatabla con la patria y con la doctrina, o se metamorfoseaba in ictu oculi, en un abrir y cerrar de ojos, «… en tierra, en polvo, en humo, en sombra, en nada.»



domingo, 29 de diciembre de 2019

UNA RADIOGRAFÍA DEL INDEPENDENTISMO CATALÁN



Josep Maria Oller, catedrático de Estadística de la UB (foto de Ángel Guerrero, publicada en El Triangle).


Tres catedráticos de Estadística, Josep M. Oller (Universidad de Barcelona), Albert Satorra (Pompeu Fabra) y Adolf Tobeña (Autónoma de Barcelona), han estudiado la trayectoria del sentimiento de identificación nacional en Cataluña entre 2006 y 2019. Sus conclusiones son abrumadoras: el independentismo como proyecto político nació en 2012, cuando Artur Mas le dio carácter oficial; antes no existía como tal, y desde ese momento se ha difundido rápidamente top down (de arriba abajo) mediante una campaña intensiva de propaganda en los medios audiovisuales en lengua catalana, fundamentalmente TV3, la Gran Herramienta del procesismo. El contagio ha sido desigual: afecta sobre todo a las personas arraigadas en el país, cuya lengua materna es el catalán, y que gozan de una posición social acomodada. De forma simétrica, ha generado un rechazo creciente en estratos de habla castellana y bajo nivel de renta, que no consumen los contenidos, tanto informativos como en programas de entretenimiento, de la cadena televisiva catalana.

En una entrevista en El Triangle (1), Oller habla de “conflicto civil inducido”, y de un grupo social «consciente de que es poco más que un cero a la izquierda para la Generalidad, y que a veces se siente abandonado incluso por el Gobierno español.» Hay un peligro cierto además, dice, de que si solamente se alcanza un pacto de élites entre Madrid y Barcelona, el conflicto cierre en falso y ese grupo social ─amplio, marginado, resentido─ no se sienta incluido en la solución.

En el cuerpo social, como en anatomía, los tejidos que no se resanan de forma adecuada, se infectan y tienden a agravar las patologías.

Sin embargo, el “relato” procesista sostiene que no hay ningún indicio de fractura social, que el movimiento reivindicativo ha crecido bottom up (de abajo arriba) como una exigencia popular generalizada, que la democracia florece en el país y que todo el mundo tiene libertad para expresarse, y si no la tiene es por culpa de la opresión ejercida desde fuera.

Los estadísticos arriba citados constatan que eso no es así; hablan de “fractura afectiva” y de “divisiones etnoculturales no suturadas”. Quienes vivimos en el ojo del huracán conocemos de primera mano la reacción impaciente habitual entre las clases catalanas bienestantes; lo hemos oído muchas veces, en conversaciones informales que tienen lugar en las terrazas, en las barras de las cafeterías, en la cola de las cansaladeries y en otros ámbitos parecidos, en los que el senado popular dictamina: “Pues si esto no les gusta, que se vayan a su tierra.”

Es una solución, claro. Hay quien la está adoptando ya, incluso. Pero se van con sus ahorros, en algunos casos con las pequeñas o medianas empresas que crearon aquí. Como pasa en el Reino Unido con el Brexit, aquí se tiende a pensar que si la gente trabajadora se va pero los capitales se quedan, no hay problema, todo es miel sobre hojuelas.

Cataluña ha dejado de ser la primera región industrial de España; la gran mayoría de comarcas ha perdido población en los últimos años; los jóvenes emigran, en particular los jóvenes con estudios universitarios. Son cosas que dan que pensar. ¿Es ese el futuro que queremos para la tierra que tanto amamos todos?




sábado, 28 de diciembre de 2019

DÍA DE INOCENTES


Los nuevos modos de la política han arruinado la festividad de los Inocentes. Antes los bulos tendían a concentrarse en un día del calendario, el de hoy. Ahora cualquier día es bueno para soltar la parida. Nos dicen que han visto a un buey volar, y ya tenemos la réplica en los labios: “Espera, que aún no sabes la última de Vox.”

Con tantas noticias en portada de los medios que parecen inocentadas, el 28 de Diciembre va a quedar reservado, en el nuevo paradigma, a algunas inocentadas que podrían ser noticia. El maestro Josep Ramoneda ha elegido precisamente esta fecha para publicar una reflexión trascendente. La titula La penúltima oportunitat (sí, se publica en catalán y en elpais.cat, como si se tratara de una materia de opinión meramente regional: esa es precisamente la inocentada.)

Ramoneda habla de las zalemas y los besalamanos al rey, como consecuencia de un discurso insulso de nochebuena, y en particular por parte de Iglesias y Echenique. Tanto y tan ruidoso consenso para afirmar que el rey no está desnudo es interpretado por el articulista en el sentido de que se están ofreciendo seguridades de que la Constitución no se va a tocar.

Es una renuncia forzada (la reforma podría ser mucho peor que el texto actual) y solo el independentismo catalán de izquierdas disiente, por las razones que todo el mundo conoce; pero el solemne paripé escenificado por las izquierdas que aspiran a gobernar no está impidiendo el vocerío de las derechas ultramontanas de coloridos varios, que no aman la Constitución y ven en el rey solo al heredero del caudillo. Sánchez es abroncado reiteradamente como cómplice y compinche de todos los crímenes políticos pasados, presentes y futuros, desde el moro Muza hasta Bildu. (No, no exagero y esta afirmación no es, qué más quisiera yo, una broma de Inocentes.)

Dice Ramoneda que la izquierda aparece dubitativa ante su gran oportunidad. Los dedos se le vuelven huéspedes, y se deja dominar por el temor de dejar flancos al descubierto. Está claro que Sánchez no se siente seguro en su silla, y por eso ha anunciado que congela la subida de las pensiones y del salario mínimo hasta que cristalice una investidura efectiva.

Comprendo la lógica de fondo del razonamiento del presidente en funciones, pero el incienso de la izquierda plural al rey, por un lado, y el anuncio al mismo tiempo, por el gobierno, de la congelación ─provisional, de acuerdo─ de unos salarios mínimos y unas pensiones insuficientes, están emitiendo posiblemente una señal equivocada. Las reformas urgentes se retraen, pero mientras tanto los empresarios no dejan de gritar sobre lo intolerable de las medidas fiscales “confiscatorias” pactadas en Barcelona. La prudencia exquisita de la primera parte contratante parece conducir de forma matemática a una intensidad mayor del energumenismo de la segunda parte: “¡Grita más, que ya se la están envainando!”

Y luego está Cataluña, esa inmensa cortina de humo que lo tapa todo. «La cuestión catalana no puede servir eternamente de coartada para aplazar las urgencias del presente.» Lo dice Ramoneda. Lo dice un 28 de Diciembre.


viernes, 27 de diciembre de 2019

CÉSAR Y LEONARDO



Supuesto autorretrato de Leonardo da Vinci, dibujo posterior a 1512.


Hemos celebrado este año el quinto centenario de la muerte de Leonardo da Vinci, un genio global del Renacimiento. El último día del año se cumplirán, de otro lado, los quinientos diecisiete años de una circunstancia de su vida no tan conocida como su obra pictórica. Debo la información al libro de Paul Strathern The Borgias, Power and Fortune, Atlantic Books, Londres 2019.

Ese día del año 1502 entraban a caballo en Sinigalia, charlando plácidamente entre ellos, Leonardo da Vinci y Nicolás Maquiavelo, dos florentinos y amigos que formaban parte del séquito de César Borgia, duque de la Romaña. César había quedado en aquel lugar, una ratonera natural, para reunirse con algunos de sus capitanes y analizar conjuntamente la coyuntura, de modo que fue una sorpresa absoluta, tanto para el ensimismado Leonardo como para el agudo y sagaz Maquiavelo, después de cruzar el puente de madera que cruza el río Misa para acceder al “borgo”, el pueblo situado fuera de las murallas, encontrarse en el meollo de una lucha despiadada y desigual entre los hombres de César, dirigidos por Miquel de Corella “Micheletto”, y la reducida guarnición de Oliverotto, condottiero aliado de Borgia que actuaba de anfitrión de la reunión de capitanes.

Una doble fila de hombres a caballo protegió a los que entraban y les condujo a la entrada al recinto amurallado, la ciudad propiamente dicha de Sinigalia. En ese momento salía por la puerta César, y al ver a Maquiavelo le gritó eufórico: “¡Les tengo dentro, les he hecho prisioneros!”

Los capitanes, Oliverotto, Vitellozzo y el grupo de los Orsini ─Paolo, Francesco y Roberto─ habían planeado una emboscada, y fueron emboscados a su vez por su comandante en jefe, que aprovechó el hecho de que la mayor parte de las tropas de los conjurados estaban dispersas, acampadas al otro lado del río. Fue un juego de astucias, un “bel inganno” como lo llamó el historiador Paolo Giovio. Para Maquiavelo, experto en lides diplomáticas, era la primera ocasión en la que se encontraba en el centro mismo de la acción.

No lo olvidó nunca. Escribió a su patrón, el gonfaloniere florentino Piero Soderini, lo siguiente: «Las acciones del Duque han ido acompañadas por una buena fortuna excepcional, y por una osadía y una confianza sobrehumana en su capacidad para conseguir lo que ambiciona.»

Maquiavelo era embajador oficioso y espía efectivo de la República de Florencia en el campo de Borgia. Este se había ofrecido a sí mismo y sus mesnadas como “protector” de Florencia, para lo que reclamaba paso libre por las ciudades y territorios de la República, a fin de combatir a sus enemigos potenciales, que no faltaban.

Ni Soderini ni Maquiavelo se fiaron del duque de Valentinois, como no se fiaban de su amigote el rey francés Luis XII, instalado en Milán pero con la vista puesta en el reino de Nápoles y en toda la franja de terreno que quedaba en medio. Sospechaban que lo que deseaban tanto César como Luis era disponer de los puertos del Tirreno ─Pisa, Liorna, Piombino─ como cabezas de puente para abastecer a un gran ejército francés asentado en el corazón de la península italiana. Soderini nunca concedió a Borgia lo que le pedía.

¿Y Leonardo? Apareció en la Romaña como una concesión menor a “Valentino”, ya que se le negaba la petición mayor. César quería contar con Leonardo para sus planes en la Romaña. Leonardo había acumulado un gran prestigio como ingeniero militar al servicio de la República de Florencia, y César quería siempre lo mejor en todo: «O Leonardo, o nada» fue su divisa para la ocasión.

Leonardo venía de hacer un stage de parecidas características en Venecia. En aquellos años andaba desencantado con la pintura. Una mixtura de su invención para colorear paredes sin las exigencias de la pintura al fresco había fallado en Santa Maria delle Grazie de Milán, donde su versión de la Última Cena se deshacía en escamas a ojos vistas. De paso hacia Venecia Isabella d’Este, marquesa de Mantua, tan bella y culta como amiga de imponer su voluntad a todo su entorno, le pidió un retrato. Leonardo hizo un boceto, de mala gana, y nada más. Isabella le persiguió con una correspondencia profusa, llena de exigencias, y Leonardo rehuyó aquel acoso con toda clase de excusas y de desplantes.

Y se convirtió, en el mismo año de 1502, en el ingeniero de Borgia. Planeó la remodelación de las principales fortalezas de la Romaña, diseñó una red moderna de comunicaciones, proyectó un canal navegable entre Cesena y el puerto de Cesenatico en el Adriático, hizo un plano asombrosamente exacto de la ciudad de Imola, e inventó algunas máquinas de guerra y de asedio.

No sabemos lo que pensó Leonardo del suceso de Sinigalia. Egocéntrico y orgulloso, cerrado en sí mismo y en su propio genio, nunca hizo ningún comentario sobre aquello en sus Cuadernos. De hecho, la única mención que se encuentra en ellos a César data de pocos meses antes, y se reduce a tres palabras escuetas: «Valentino ha desaparecido.» Se había ido a Ferrara a ver a su hermana Lucrecia, pero lo hizo al modo cesáreo: de noche, ocultamente, vestido de negro y enmascarado, sin dar aviso a nadie. Hay quienes piensan que se trataba de escenografía y bluff, pero también es cierto que el arte para desconcertar a sus enemigos sirvió para alargarle la vida. Sus capitanes conspiraban ya entonces contra él, incluido su lugarteniente Ramiro de Lorca, al que llamó un día a consultas de modo pacífico, y en cuanto lo tuvo delante lo encerró, lo cargó de cadenas y lo hizo torturar hasta que cantó la intemerata y acabó por recibir el “trato español”, es decir trato de cuerda.

Después de Sinigalia, Maquiavelo regresó rápidamente a Florencia. El gonfaloniere Soderini y él sabían ya de César cuanto deseaban saber. El papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia, padre de César, había celebrado el éxito de su hijo con el comentario de que aquello era solo el principio de lo que tenían planeado llevar a cabo.

Leonardo siguió algún tiempo al servicio de Borgia. Supervisó personalmente la colocación de “sus” máquinas en el asedio a Ceri, una fortaleza de los Orsini. Luego la estrella fugaz de los Borgia dejó de lucir de repente. En Roma, Alejandro VI y su hijo fueron envenenados en un banquete, o padecieron una enfermedad severa y no bien conocida en la época, tal vez la malaria. El papa murió, y su hijo quedó fuera de combate durante demasiado tiempo para poder mantener su trayectoria fulgurante de guerrero.

Leonardo se vio entonces libre de su compromiso en la Romaña, y regresó a Florencia a su puesto de ingeniero de la República.


jueves, 26 de diciembre de 2019

PROPÓSITOS PARA EL NUEVO AÑO



Greta Thunberg representa solo una pequeña parte de nuestros propósitos urgentes de Año Nuevo, para el planeta que habitamos y para quienes lo habitamos.

No basta con frenar el cambio climático, aunque ya es de por sí una tarea titánica. No basta con utilizar energías limpias y proceder a la descarbonización de la economía. Cambiar la nefasta tendencia climática no es aún cambiar el mundo. La economía misma tiene que cambiar sus presupuestos y sus objetivos para que el asunto, globalmente considerado, valga la pena.

A eso se refirió Tony Atkinson (1) cuando habló de la necesidad de “dirigir el desarrollo”. Tenemos las tecnologías adecuadas para un gran salto, no en la cantidad de la producción medida por ese indicador mentiroso, el PIB; sino en la calidad. La economía verde apunta a “cómo” producir de una manera más limpia, menos contaminante, más sostenible. Esa es una batalla, pero hay otras. Ganar “solo” esa batalla, todo y ser decisiva, significaría a la larga perder la guerra.

Están ahí, por decidir, las batallas del “qué” se produce, el “para qué”, el “para quién”. La batalla por un tipo de desarrollo creador de nuevos bienes comunes y de beneficios sociales. Sobre todo, creador de nuevo trabajo y de una prosperidad colectiva que rompa la lógica neoliberal de la privatización voraz de la riqueza que ha sido creada entre todos, y de la confusión interesada entre generación y extracción de riqueza, para reclamar un “derecho” casi divino a unos beneficios que se acumulan indefinidamente en las cajas fuertes de paraísos fiscales, privando de ellos al común de las personas que han contribuido a crear esa riqueza.

Y está la batalla del “quién decide”. Porque hoy por hoy la fuerza de trabajo está privada de forma absoluta de capacidad de decisión sobre lo que contribuye a producir. Contra toda norma democrática de base, porque tampoco se concede a los parlamentos autoridad para dirigir la economía. La economía financiarizada se ha zafado tanto de los constreñimientos puestos por la participación del factor trabajo en la producción, como de las decisiones de las cámaras legislativas, tomadas después de preceptivos debates y votaciones. Es una economía que va por libre, que sigue vías opacas a través de negociaciones esotéricas y decisiones de despacho, y que emboca extraños recovecos para no dar cuenta de sus designios y sus intenciones a nadie: ni a dios, ni al rey, ni al papa, ni mucho menos al pueblo soberano.

No solo es necesario limpiar de polución el medio ambiente; también hay que limpiar cuidadosamente y sacar a la luz unas estructuras sociales podridas por la cochambre acumulada en beneficio de quienes ahora, por poner un ejemplo inmediato, consideran “abusiva y confiscatoria” una reforma fiscal en Cataluña que quita un poco a los que tienen más para mejorar la suerte de quienes tienen menos.

En palabras de Laura Pennacchi (2): «El funcionamiento espontáneo del sistema económico capitalista no crea naturalmente empleo … Una interconexión entre innovación tecnológica e innovación social puede ofrecer muchas oportunidades, si se consigue poner a punto un proceso intensificado de investigación de base y de investigación científica y tecnológica, para la satisfacción de nuevas necesidades y nuevas emergencias sociales: bienestar humano y civil, revolución verde, desarrollo de ciudades y de territorios recuperados gracias a una agricultura de calidad, envejecimiento demográfico, salud, inmigración integrada, etc.» La base para todo ello, sigue diciendo Pennacchi, sería «la creación de trabajo nuevo para un nuevo modelo de desarrollo.»



(2) L. Pennacchi, “Lavoro e innovazione per un nuovo umanesimo”, en VVAA, Lavoro e innovazione per riformare il capitalismo, Ediesse 2018, p. 68.


martes, 24 de diciembre de 2019

HALAGÜEÑO PANORAMA FISCAL Y ECONÓMICO PARA CATALUÑA



Dos significados ideólogos del procesismo, Pilar Rahola y Toni Comín, han coincidido en el tiempo en aclarar lo que entiende el movimiento liderado por ellos que deberían ser las bases de un programa fiscal y económico adecuado a los nuevos tiempos.

Pilar Rahola se desmelenó contra el acuerdo pactado entre los Comuns y Esquerra, por el que la tasa fiscal para las rentas superiores a los 90.000 euros anuales se subirá dos puntos porcentuales. Eso es ahogar a las clases medias, dijo Rahola. Dado que la renta media familiar en Cataluña se sitúa en torno a los 30.000 euros, o sea una tercera parte de las rentas afectadas por la subida, es obvio que Rahola se refería a la media “indepe”, la que importa de verdad, libre de la ganga miserable del pobreterío y el pobretariado.

Toni Comín, por su parte, reflexiona en una entrevista en “Ara” sobre la situación, y su diagnóstico es que no basta con buscar el desgaste institucional del Estado, sino que es preciso además generar desgaste económico. Solo se podrá acceder a la independencia, afirma, cuando Cataluña se haya convertido en un problema económico para la UE. De modo que pide más sacrificios a la población. Sacrificios que no consisten, como podría suponer algún ingenuo, en que las rentas altas paguen dos puntos porcentuales más de impuestos, sino en algo muy distinto: «Si un millón de personas se levantan un día y no quieren ir a trabajar, el Estado no puede obligarlos», ha dicho literalmente.

Los dos están predicando con el ejemplo: Rahola se siente financieramente ahogada, a pesar de estar situada en el escalón medio-alto de la renta según su peculiar visión de las cosas, al tener que pagar los actuales impuestos por las retribuciones debidas a su infaltable presencia en todos los programas de tertulia de TV3, dando el callo; y Comín se levanta cada mañana con la misma decisión firme de no trabajar tampoco hoy, y que se fastidien el Estado y la Unión Europea.

A las dos vidas ejemplares se une en las noticias de estos días la de Jordi Pujol, que según cálculos de Hacienda ha defraudado al fisco 885.000 euros pero no va a tener que devolverlos porque el delito ya ha prescrito.

Con estos programas fiscal y económico, ejemplarmente explicados al vulgo e ilustrados con su propia praxis por nuestras elites, en la venidera República Catalana ataremos los perros con longanizas. Arriba tienen la imagen del resultado final de la maniobra, y en breve les será facilitado el folleto de instrucciones para conseguir un buen atado de gos d’atura con llonganissa del país, según las reglas vigentes en las actuales clases medias independentistas.

Feliz nochebuena a todas/os.


lunes, 23 de diciembre de 2019

VICIOS FÁCILES, VIRTUDES DIFÍCILES



La Caridad, una de las virtudes pintadas por Giotto en la capilla Scrovegni, en la Arena de Padua.


Disculpen si hoy me pongo metafísico. (“Metafísico estáis”, le dijo Babieca a Rocinante, en un soneto colocado por Cervantes en el frontispicio del Don Quijote. Y Rocinante se excusó: “Es que no como.”) Extraigo una cita de la novela Monjas y soldados, de Iris Murdoch (Impedimenta, 2019. Traducción de Mar y Joaquín Gutiérrez, p. 411). Es algo que Gertrude recuerda que le dijo en una ocasión Guy, su marido muerto: «Tenemos virtudes individuales, pero vicios generales: nadie es bueno del todo en todas sus relaciones, en todos sus objetivos. En cuanto que agentes de la virtud nos especializamos, no nos queda más remedio, porque el vicio es natural y la virtud no.»

En esta dialéctica de los vicios y las virtudes abundan en el acervo popular las sentencias: vicios privados y virtudes públicas, por ejemplo. Que remite a lo de “la mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo”. Que remite a su vez a una fachada social en la que aparece reluciente la virtud, pero se compensa con el vicio de tapadillo, entre bambalinas.

Es posible que la cita de Guy proceda en realidad de Elias Canetti, que fue amante de Iris Murdoch en los primeros años cincuenta y luego, según se cuenta en las wikipedias, la puso de vuelta y media en un libro que no he leído, titulado Fiesta bajo las bombas. Ella compuso en muchas de sus obras personajes masculinos dominantes, ególatras, que promueven a su alrededor capillas de fieles de ambos sexos para el mayor realce de sus ansias de dominio e influencia. Pudo ser el caso de Canetti. En Monjas y soldados, el trasunto de Canetti muere en el primer capítulo, y el de Murdoch no es su esposa Gertrude sino mucho más probablemente Anne Cavidge, la joven monja exclaustrada que ha perdido la fe y busca la protección amistosa de Gertrude porque se siente arrojada con escasas contemplaciones a una sociedad insatisfactoria e incómoda.

Anne tiene una conversación con Guy moribundo, al inicio de la novela, y más adelante otra conversación parecida con Jesucristo, en algo que tanto puede ser un sueño raro como una aparición “real”. Ninguna de las dos conversaciones marca para Anne una guía precisa para recorrer los senderos del vicio y la virtud, los del intramundo y los del más allá. Escucha con mucha implicación las voces de ultratumba, pero se ve a fin de cuentas limitada a sus propios recursos.

La idea de un vicio natural y una virtud que no lo es, responde a un mundo degradado como el definido por la doctrina cristiana: un mundo necesitado de redención externa y sobrenatural, porque en lo natural y lo interno a sí mismo no posee cualidades específicas para resultar armonioso y satisfactorio.

En los catálogos de vicios y virtudes del catecismo, los vicios son “de índole” de la persona, y las virtudes en cambio deben aprenderse y practicarse con asiduidad para orillar las tentaciones continuas a la recaída. Freud sigue el mismo esquema al explicar el origen de la civilización, que se erige sobre la represión de las pulsiones primarias. En Freud falta, sin embargo, tanto la idea de un paraíso original en el que reinaban la armonía y la felicidad, como cualquier idea de redención o de reposición mecánica a aquel primitivo estado de “gracia”.

Quizá, me digo a mí mismo ociosamente, todo proviene del mismo “pecado original”: concebir como un derecho la apropiación privada de los medios materiales, y edificar las estructuras mundanas a partir del egoísmo individual, de la resignación de los desposeídos y de la conciencia de culpa de los poseedores, que es en todos los casos una “mala conciencia”.


domingo, 22 de diciembre de 2019

FELIZ NAVIDAD 2019



Vista general del pesebre institucional de la plaza de Sant Jaume de Barcelona. Paz a todos los hombres y todas las mujeres de buena voluntad.


─ Juani, escúchame.

Juani apaga el aspirador para oír mejor. Tuvo un contraste de pareceres en casa con Serapio hará dos noches, él le arreó una bofetada en el oído derecho y desde entonces tiene zumbidos continuos y no oye bien. Tendría que pasar por el CAP a que la reconozcan, pero quién tiene tiempo para eso.

─ Juani, que si puedes hacernos un favor.

─ Para favores estoy yo.

─ Es por la Mari.

─ Qué le pasa a la Mari.

─ Se ha puesto de parto. Pero por eso no te preocupes, la hemos instalado en el baño de los directivos, tiene agua caliente y todo. La Melchora, que tiene el título de comadrona, la está atendiendo. Ya ha dado a luz, ha sido muy rápido y va todo a pedir de boca.

─ Cómo se viene la Mari a trabajar en ese estado.

─ Por la hipoteca. Están amenazados de desahucio. Pepe está haciendo una sustitución de repartidor, con la bici de un colega que hoy se queda en casa. Necesitan la pasta con urgencia.

─ Es su problema.

─ No, Juani, es el problema de todas, ¿no lo ves? Hoy por ti, mañana por mí.

─ Vale, no me hagas el mitin. Y cómo la ha dejado trabajar esta noche el encargado, con la tripa a punto de caramelo, si es que no se puede hacer bien la faena así.

─ Herodes se hizo rogar mucho, ella insistiendo que solo eran un par de horas y luego se iba pitando a las urgencias de Bellvitge. Al final él va y le dice: «Entra, pero como te pongas de parto en mitad de la faena, os degüello a la criatura y a ti.»

─ Vaya plan. Y qué quieres que haga yo.

─ Ayudar con los despachos de la parte de delante, los que le tocaban a Mari, cuando acabes este, también irán Luisa y Yoli. Si lo hacemos bien, Hero no se enterará de nada.

─ ¿Ah, no? Tiene cuatro ojos y más mala leche que mi Serapio con dos copas de sobra.

─ Todo controlado. La Ángela se ha encerrado con él en el ofis y le está haciendo una mamada. Cuando acaben la faena, todo estará como los chorros del oro. Y Baltasar, el morenito de la Paqui, ha prometido estar aquí con el taxi en diez minutos, para llevarse a la Mari y al bebé a su casa, en la Trinidad.

─ No saldrá bien, Hero es de los de eyaculación "procaz".

─ Y Ángela es una artista. Hace la calle los fines de semana, tiene hasta clientela fija. Si te cuento lo que se lleva a casa a fin de mes, no te lo crees.

─ Vale, veremos. Cuenta conmigo para los despachos. Oye, tengo un termo con café con leche caliente, ¿crees que le apetecerá un vasito a la Mari?

─ Pasa a verla un momento en los aseos, y le ofreces. Y así de paso ves a la niña, un amor, todo sonrisas y con unos ojazos.

─ ¿Y qué nombre le van a poner a la bebita?

─ Jesusa, como la abuela.


sábado, 21 de diciembre de 2019

UN GAUCHO EN EL CONGRESO



Martín Fierro.

Hay expectación en torno al Congreso de Esquerra Republicana de Catalunya. En elpais se habla de un congreso «decisivo». Habrá que esperar, por si en efecto se producen decisiones de calado o enjundia. De lo que más se habla hasta el momento, sin embargo, es de la necesidad de mantener la unilateralidad en la panoplia estratégica del partido. La ponencia, en la que tal cuestión no figuraba de modo explícito, ha transado un compromiso en ese sentido. Será en cualquier caso un brindis al sol, un bibelot bonito para quien le guste, pero de escasa consecuencia. Las nuevas generaciones de dirigentes de Esquerra saben perfectamente que se trataría de una declaración llena de estrépito y furia pero desprovista de significado, como ya advirtió Macbeth en un contexto distinto y cuando lo suyo ya no tenía remedio.

Lo de Esquerra sí tiene remedio, vaya esto por delante. Dada la trayectoria errática de los "post post post convergentes" (como les llama con malafollá santaferina José Luis López Bulla), Esquerra se ha situado en el centro del universo procesista, con unas perspectivas electorales tan excelentes que están induciendo al patriota sin tacha Quim Torra a huir de las urnas como gato escaldado del agua fría, y posponer indefinidamente cualquier convocatoria electoral mientras no escampe.

En la idiosincrasia particular de Esquerra, de otra parte, la declaración de mantener en la recámara la unilateralidad no tendría más significado que el cumplimiento de un ritual canónico consabido: «Som i serem», «Tornarem a fer-ho», etcétera. Sería muy deseable que, a continuación del introito ad altare dei, se preocuparan de aterrizar en la coyuntura terrenal. Pero no es imposible que, cuando lo hagan, utilicen formas imaginativas y retorcidas, al modo de los augurios que en tiempos pretéritos daba la Sibila de Delfos, que tenían la virtud de que nadie sabía qué había querido decir.

O, para recurrir a otra autoridad tradicional, que se pronuncien con cantaletas al modo de los teros, aves pampinas de las que nos contó el gaucho Martín Fierro. Les recuerdo sus palabras:

De los males que sufrimos
Hablan mucho los puebleros,
Pero hacen como los teros
Para esconder sus niditos:
En un lao pegan los gritos
Y en otro tienen los güevos.


viernes, 20 de diciembre de 2019

PREPOTENCIA O AUTOESTIMA



Auto de fe en la Plaza Mayor de Madrid, obra de Francisco Rizi que se conserva en el Museo del Prado. El suceso tuvo lugar el 30 de junio de 1680, y duró todo el día. Estuvo presidido por los reyes Carlos II y María Luisa de Borbón, y por el Inquisidor General, que a la sazón era el obispo de Plasencia Diego Sarmiento de Valladares.


En la portada de elpais de hoy coinciden la inmunidad reconocida por el Tribunal Europeo a Oriol Junqueras y un trabajo erudito para desmontar el constructo edificado con materiales de derribo por Doña Elvira Roca Barea (Imperiofobia) con la loable finalidad de demostrar la existencia de una constante propaganda antiespañola, la llamada “leyenda negra”, no solo en la época en la que el imperio filipino se extendía a las Yndias próvidas, sino incluso ahora que no existe más imperio español que el de las estadísticas del Real Madrid en la Champions League.

El cotejo de los dos textos publicados en elpais permite la deducción, no demasiado arriesgada, de que Doña Elvira y su cohorte de admiradores considerarán el reconocimiento de la inmunidad parlamentaria europea de Junqueras como un hito más, demostrativo de las maniobras turbias de la Antiespaña eterna.

No es necesariamente así. La decisión del TJUE también puede ser vista como una reparación de las normas del estado de derecho, frente a las decisiones impetuosas pero poco escrupulosas de los fiscales españoles, más atentos al fondo imaginado de la cuestión (“rebelión violenta”, sea cual sea el encaje de la figura en los códigos vigentes) que a las formas y las garantías que la idea democrática exige para todos sin excepción, y no únicamente para los “nuestros”.

De modo que la sentencia europea no valida el procesismo, sino que es únicamente la salvaguarda de un derecho individual (que puede extenderse a Puigdemont y a Comín) frente a una arbitrariedad jurídica de orden secundario. Esto es algo que también debería ser tenido en cuenta por el independentismo, demasiado proclive a euforizarse pensando que «Europa nos apoya» debido a la tan repetida confusión, característicamente española por lo demás, entre lo político y lo jurídico, nacida tal vez con el desempeño de Fray Tomás de Torquemada al frente del Tribunal de la Inquisición. Según la leyenda negra Fray Tomás se pasó tres pueblos en la represión de la herejía; en la visión de Doña Elvira, el único problema que tenemos los españoles es que nos falta autoestima.

Sin embargo, los luteranos, los judaizantes, los calvinistas, los puritanos, las brujas y otras gentes aún, heterodoxas en el sentido más amplio de la palabra, ardieron en hogueras minuciosamente preparadas por las autoridades españolas después de procesos puntillosos. Miguel Delibes dejó constancia de aquel clima religioso y social en El hereje, una novela monumental.

La libertad de opinión y de expresión no estaban en vigor entonces, y todo se reducía a la dialéctica desigual entre el “nosotros”” y el “ellos”, al espíritu de  cruzada y al "a por ellos, oé”. Y quizá tiene razón a sensu contrario Doña Elvira al considerar que esa estructura mental se ha prolongado indefinidamente en el tiempo y sigue de alguna forma vigente, después de tanta agua como ha pasado bajo los puentes.

Dice Doña Elvira que el problema de fondo es que nos falta autoestima; puede también que en muchas ocasiones nos sobre prepotencia.