viernes, 30 de junio de 2023

BELLEZA COMO PLENITUD

 


Afrodita desenredándose los cabellos después del baño. El “hermoseamiento” era un ingrediente obligado para la autoestima de las mujeres; de ninguna manera era admisible la dejadez en este tema. (Figura de mármol hallada en la ciudad de Rodas, s. I aC. Museo Arqueológico de Rodas).

 

La belleza era para los griegos antiguos un don propio de los dioses, su esencia íntima. Ese don podía ser compartido por algunos mortales, pero solo en momentos puntuales, cuando la plenitud del ser rebosaba, por así decirlo, de la envoltura mortal y la hacía resplandecer.

En los varones, esto podía ocurrir en la guerra, debido a un comportamiento heroico, o bien en el estadio o la palestra, por una proeza deportiva destacada.

En las mujeres, con la excepción de unas pocas famosas por su belleza casi divina y, en ocasiones, por la maldición que esta les acarreaba (Helena de Troya), el resplandor era visible únicamente en los esponsales, con la revelación (“apocalipsis”) al pretendiente de la figura bañada, perfumada, peinada, suntuosamente vestida y enjoyada, de su prometida, al modo precisamente de una divinidad de orden inferior, protectora del hogar doméstico.  

En uno y otro caso, un instante de plenitud justificaba una vida. Se compadecía más que a nadie a las personas que morían sin haber llegado a alcanzar esa plenitud, a desarrollar el potencial de belleza que correspondía en principio por igual a todas las personas. Ahoraios, llamaban a quienes no gozaron de su cuarto de hora de reconocimiento social: los “no-bellos”.

Colaboraban en la plenitud física la edad, el ejercicio, el aprendizaje, la socialización. No había nada más hermoso que un hoplita dirigiéndose a la batalla con paso ligero y elástico, armado hasta los dientes. La gloria estaba a su alcance, tanto mediante la victoria como con una muerte heroica. “O con el escudo, o sobre el escudo”, así recomendaban las madres a sus hijos que debían volver, cuando los enviaban a la guerra. El escudo era muy pesado, y lo primero que se abandonaba en una desbandada; de modo que conservarlo era prueba de haberse comportado bien, vivo o muerto. Esta última diferencia no era en ningún caso decisiva. La canción más antigua conservada con su notación musical, en la estela dedicada por Sícilo a su esposa Euterpe (Trales, Asia Menor, siglo I dC), expone precisamente ese tema: «Mientras vivas, brilla… La vida dura poco, y el tiempo exige su tributo.»

Los artistas plasmaban y eternizaban la plenitud memorable alcanzada por algunos humanos, sus momentos álgidos de plenitud y de gloria. Entre los dos sexos, la diferencia más marcada era la siguiente: el varón solía estar desnudo, tal como acudía a la guerra y a los Juegos; la mujer estaba siempre vestida, porque el vestido y el adorno sofisticado formaban parte indisoluble de su dignidad. Las diosas podían escapar a esa norma vestimentaria, porque eran diosas siempre y en cualquier caso. Pero las mujeres comunes solo aparecían desnudas en circunstancias lamentables (Casandra violada por Áyax, Perséfone desnudada por su raptor Hades mientras es llevada en volandas a los infiernos) o indignas de respeto (había, por supuesto, imágenes pornográficas para excitar el deseo de los varones; pero nadie las consideraba “arte” propiamente dicho, los antiguos hilaban más fino que muchos modernos).

Ser sorprendida en su desnudez, como le ocurrió a Ártemis cuando Acteón la espió mientras se bañaba en una fuente con sus ninfas, era sencillamente un insulto. La evolución del mundo en general y los cambios en la consideración social de los artistas y de sus modelos, hicieron que con el tiempo estas premisas variasen, aunque solo un poco. El mundo antiguo siguió siendo antiguo hasta el final…

 

martes, 27 de junio de 2023

VIVA LA IZQUIERDA

 


Javier Tébar Hurtado, historiador, profesor, militante y editor.

 

Me advierte el editor y amigo Javi Tébar que está ya en los quioscos virtuales el número 30 de la revista “Pasos a la izquierda”, accesible a cualquier interesado/a en su muy potente contenido, sin inscripciones previas, ni contraseñas, ni peajes publicitarios. A eso no le llaman “libertad” los ayuseros que invaden las terrazas con banderas desplegadas y birra en mano, y sin embargo nada es más libre que beber de la misma fuente y sin preámbulos forzosos las elaboraciones recientes de un pensamiento colectivo que se reclama con orgullo de la izquierda, así en nuestro país como en otros muy destacados.

Lean, si gustan. En unos momentos de volteretas ideológicas inverosímiles, cuando 2 x 10 = 22 según el portavoz de la maximización del beneficio empresarial en nuestro país, es necesario rearmarse de razón y de argumentos. Porque podríamos creernos a pies juntillas aquello que puso Shakespeare en boca de Macbeth, «La vida es un cuento contado por un idiota». La vida es otra cosa, por supuesto, y hay otro cuento por contar, y personas capaces de hacerlo desde discursos elaborados por mentes menos volanderas.

Por llamarles la atención sobre un contenido concreto del número 30, entre otros muchos posibles, permítanme indicarles el artículo de Samuele Mazzolini “El populismo ha muerto, ¡viva la izquierda!” He convivido con ese texto bastantes días, porque he sido yo el traductor. Lo que explica, se refiere a la situación italiana y en buena parte al Movimiento 5 Estrellas; pero es lícito leer entre líneas consideraciones y críticas que son válidas en mucha parte para nuestro país. Desde el chispazo populista que alumbró una posibilidad de lucha donde solo existía miseria de las izquierdas. La rápida conquista de seguidores y de posiciones institucionales. La pésima gestión del terreno conquistado. El distanciamiento progresivo entre una élite autodesignada y la “gente” representada en teoría por ella. El empeño suicida en mantener la prioridad absoluta de reivindicaciones correctas según análisis, pero no sentidas ni dotadas de efecto alguno de arrastre. El encerramiento voluntario en círculos-burbujas bloqueando el paso a otras personas o grupos que intentaban modificar o alargar el sentido del impulso originario…

Todo lo cual no excluye que no se presente más adelante otro “momento” populista luminoso que enderece un camino hoy por hoy sin salida.

Pero resulta necesaria una muy consciente sobriedad de la inteligencia y de la expresión, una rosa de los vientos que señale nítidamente el lugar de la izquierda frente a la superabundancia desbordada de otros discursos más o menos populistas que nos ofrecen la conciliación del crecimiento industrial con un respeto moderado a la ecología; la bienaventuranza de las empresas, compatible con el hondo contenido social del trabajo decente; el crecimiento sin trabas del parque automovilístico, con el añadido de una futura severa restricción de las emisiones que llegará por sus pasos contados; y, finalmente, imagen clave y definitoria del conjunto, la construcción de un Gran Casino como síntesis exacta de la propuesta económica que se nos está haciendo.

No es broma, lo dicen en serio.

 

domingo, 25 de junio de 2023

DE NUEVO, EL CICLO ANUAL EN ELEUSIS

 



Yo, comentando los Misterios de la actualidad con la Cariátide de Elefsina. Boquiabierta se quedó de las cosas que le conté. (Foto, Carmen. Es foto robada, sacada con habilidad a escondidas de las guardianas.)

 

“Tres veces bendecidos son los mortales que descienden al Hades habiendo visto estos ritos. 

Solo para ellos hay vida allí, para los demás todo es miseria.”

SÓFOCLES

 

Elefsina fue elegida capital cultural europea para el año 2021; la nominación decayó debido a la pandemia, pero se ha hecho efectiva en este 2023, en el que todo el yacimiento arqueológico está siendo removido, salen a la luz nuevas estructuras, y el Museo Arqueológico se ha enriquecido con una nueva ordenación de los materiales y la adición de presentaciones multimedia.

Esto es, con pequeñas correcciones. lo que escribí de Elefsina en 2014, después de mi primera visita al lugar:

Eleusis, el antiguo lugar de los Misterios situado a una quincena de kilómetros de Atenas, fue erigido para celebrar la sucesión de las estaciones y la renovación de la fertilidad de la tierra en la primavera, pero su situación en el extremo norte del golfo Sarónico y en las cercanías del puerto del Pireo lo ha rodeado de refinerías de hidrocarburos que lo condenan a padecer una atmósfera de baja calidad que compromete sus posibilidades de turismo cultural.

Todo debió de empezar a partir de una oquedad que se abre como un gran bostezo en el flanco de un cerro que domina la llanura aluvial y el mar cuajado de islas (Salamina está justo enfrente). Las paredes de la gruta son de color oscuro, ennegrecidas de humo, y en ellas se abren grietas de gran tamaño. Al parecer por esas grietas salían en tiempos fumarolas sulfurosas, y se consideró por ello que se trataba de la puerta de acceso a los infiernos. Según el mito, el dios del inframundo, Hades, se llevó un día a su reino a la ninfa Perséfone, hija de Démeter, la diosa de la fertilidad y de las cosechas, e hizo de ella su compañera. El rapto de la niña irritó tanto a Démeter, que dejó de dispensar sus dones a los humanos: el invierno y la aridez tomaron posesión de toda la tierra. Hades, por su parte, se negó en redondo a devolver a Perséfone a su madre. El complejo pleito requirió una asamblea de dioses, en la que se llegó a una solución transaccional: Perséfone pasaría una parte del año con su marido en el inframundo, y otra en la superficie junto a su madre. La tierra solo florecería y daría frutos en los meses en los que la ninfa disfrutara de la luz, el aire y el sol.

 

El yacimiento arqueológico de Elefsina en 1934.



Elefsina el 25.6.2023.

 

Cada nuevo otoño, entonces, tenía lugar una procesión que llevaba a Eleusis los objetos sagrados (se ignora cuáles eran con exactitud) que simbolizaban el regreso de Perséfone al inframundo y la vuelta de la aridez a la tierra. La procesión seguía la Vía Sacra (Iera Odos), que atraviesa de parte a parte – entre otros – el municipio de Egáleo en el que residimos, hasta la explanada de Eleusis. El séquito no era triste ni lamentoso; debió de tener un parecido notable con la romería del Rocío. Los atenienses viajaban en carros, bien provistos de comida y bebida; cantaban, se cruzaban bromas y pullas entre ellos, y se tomaban las cosas con calma. Partían del ágora de Atenas, al pie de la Acrópolis, a la salida del sol, y se instalaban delante de los Propíleos de Eleusis ya anochecido. Durante cuatro días celebraban los misterios. Había danzas de muchachas, invocaciones de sacerdotes, tal vez ceremonias orgiásticas y sin duda mucho “intercurso” que dicen los ingleses. En fin, más o menos lo mismo que podía verse siglos después en épocas de carnaval. Los ciclos naturales son siempre los mismos, y cuando una comunidad se prepara para ayunar, celebra con más vigor las épocas de abundancia pasadas y futuras.

Los misterios siguieron celebrándose cuando Grecia se convirtió en provincia de Roma. Luego, ya en el declive del imperio, Eleusis se convirtió en otra cosa, en un centro más o menos internacional de estudios filosóficos y religiosos esotéricos y de sincretismos de todo tipo. Ya no se peregrinaba allí desde Atenas sino desde la Galia, Egipto o Siria, en busca de un saber alambicado. En los inicios del siglo quinto, se presentó en el Ática el bárbaro Alarico y arrasó con todo: murallas, pórtico, templos y arcos de triunfo. A unos cientos de metros del yacimiento arqueológico, otros bárbaros modernos han comprometido el medio ambiente de un lugar que fue sagrado.

 



Junto a la “Puerta del Hades”.

 

viernes, 23 de junio de 2023

MORIR EN UN CALL CENTER. ELEGÍA

 


Servicios de call center para empresas. Fuente: Link Solution.

 

“Murió de contramano entorpeciendo el tráfico”

(Chico BUARQUE, “Construcción”)

 

Morir de infarto en un call center (los puristas pueden llamarlo “locutorio” o algo similar, pero la peculiar fealdad de la sociedad postindustrial se adapta al inglés técnico mejor que a cualquier lengua de raigambre literaria), morir de infarto en el call center en el que estabas trabajando, decía, y cuando faltan aún más de dos horas para cumplir tu turno, no es ninguna gollería. Los/as compañeros/as hacen esfuerzos por simular que no está pasando nada, pero tú notas que molestas, incluso alcanzas a oír algún comentario entre dientes, “lo que faltaba”, y naturalmente sabes que tienen razón, todo es bastante duro ya de por sí, para encima obviar tu colapso mientras se concentran en atender con amabilidad a una ama de casa a la que se le ha quemado la resistencia de la máquina lavaplatos comprada hace menos de tres semanas.

De poder elegir, irías a morir al rincón umbrío de un jardín poco frecuentado, bendecido por el canto burlón de un mirlo y saludado por la curva grácil de un sauce llorón inclinado hasta el suelo. Pero la sociedad postindustrial no te da la posibilidad de elegir, hay que estar a las duras y a las maduras, nuestra vida no nos pertenece, o por lo menos no nos pertenece hasta esa extensión del concepto: el tiempo contratado con el patrón es exclusivamente del patrón, y el convenio colectivo no contiene ninguna cláusula de salvaguarda para aquellos a quienes la muerte por fallo cardíaco u otra causa de fuerza mayor nos sobreviene sin haber cumplido a satisfacción del empleador nuestro turno acordado de trabajo, y en consecuencia sin que el departamento de recursos humanos pueda cubrir por otros expedientes nuestra ausencia ya irreversible.

 

miércoles, 21 de junio de 2023

NOS BOMBAN

 


La Luna ilumina la noche y orienta a los marinos; las luces del barco no dan claridad más allá de la cubierta. (Sant Pol desde mi terraza, noche del pasado 5 de abril)

 

No fue buena idea dar la orden de “rompan filas” para abordar las elecciones municipales y autonómicas desde las posiciones elevadas del campanario de cada cual. La política de progreso en marcha exigía una concreción mayor, un sentido finalista y una unidad de propósito visible. Los resultados han sido muy malos, y de poco ha ido que fueran pésimos para el gobierno de progreso, que se ha visto rebasado por la movida resistible de las derechas ultras.

Campanario y solo campanario, eso hemos visto. Ningún entendimiento entre autonomías, ningún proyecto común, ningún apunte de esa pedagogía pre-federalista que suele predicarse con profusión en los períodos entre campaña y campaña electoral.

Ahora solo queda reaccionar en la segunda parte del encuentro, convocada de urgencia, y recurrir a la heroica, tal vez a los penaltis. Puede que el intento salga bien, pero eso no abonará los resultados obtenidos hasta ahora. Andalucía es un desastre irremediable; Madrid, un agujero negro, y renuncio a seguir enumerando calamidades. Xavier Trias lo ha hecho por mí: “Que us bombin!” Descontado el sobreentendido sexual, muchos sentimos que hemos sido bombardeados en aplicación de una estrategia estéril de todos contra todos y de tierra quemada. Algunos, en Barcelona por ejemplo, incluso se sienten satisfechos del resultado.

Esperemos que emerja con fuerza Sumar para el inminente julio. Esperemos que el bendito “sanchismo” tan criticado recupere la iniciativa frente a la segunda alma del PSOE, esa que reaparece cíclicamente para husmear por los rincones de la geografía hispana las posibilidades de negocio latentes en una política enana y caciquil, un cambalache de barra de bar de pueblo.

No podemos permitirnos un nuevo 28M, sería el último.

 

martes, 20 de junio de 2023

HISTORIAS DE RODAS

 


Vista aérea de la Acrópolis de Lindos. El cuartel de los caballeros hospitalarios ocupaba su lugar junto a una basílica bizantina sucesiva a la stoa de un templo dedicado a la Atenea Lindia. A la pequeña bahía que se abre bajo la roca llegó náufrago San Pablo, en el curso de sus viajes de predicación. Toda la isla se convirtió entonces a la nueva religión, según escritos de la época, tal vez más propagandísticos que objetivos.

 

Después de la caída del Reino de Jerusalén en manos sarracenas, y de la pérdida de San Juan de Acre, la magnitud del desastre para la cristiandad llevó al emperador de Bizancio y al maestre de la Orden militar de San Juan o del Hospital, a concertar la compra por esta última de Rodas y otras islas vecinas. La idea de fondo era estratégica; la isla era la llave que garantizaba el control de la navegación entre Constantinopla y los Santos Lugares. Los caballeros hospitalarios, aguerridos, bien entrenados y siempre activos, eran una fuerza nutrida de intervención inmediata capaz de abrir los estrechos para los peregrinos y de cerrarlos al paso de las fuerzas hostiles a Bizancio, dada la superioridad de maniobra de sus galeras, muy superior a la poco entrenada marina otomana o egipcia.

Tal fue una de las muchas historias de Rodas, que ya había sido famosa como fortaleza inexpugnable desde finales de la Edad Antigua, bajo el símbolo del Coloso.

Los caballeros hospitalarios fortificaron la ciudad y el puerto, y se reservaron la zona de tierra más próxima a este último. Cuando el Hospital de Peregrinos quedó pequeño, un catalán, Antoni de Fluvià (aparece en la serie de retratos de los maestres con el florido nombre a la francesa de “Antonie Flouvien de la Rivière”), decidió costear de su propio peculio un hospital nuevo y más capaz, una parte del cual alberga hoy el Museo Arqueológico. El llamado “Collacchio”, la parte de Rodas reservada a los Caballeros, iba desde la antigua ágora, en la que todavía son visibles los restos de un templo a Afrodita próximos a los dos hospitales, antiguo y nuevo, y a la iglesia de Nuestra Señora del Collacchio, hasta el punto más elevado de la ciudad, la clave de la defensa, el complejo formado por la catedral de San Juan y el palacio-fortaleza del Maestre. Entre uno y otro grupo de edificios corre la asombrosa calle de los Caballeros (“odos Ippoton”), a cuyos flancos se alineaban los albergues de las siete “naciones” que integraban la orden.



Contrafuertes en una de las revueltas de la calle de Ayios Fanurios, en la Ciudad Vieja de Rodas. San Fanurio es el patrón de la ciudad, y murió mártir de las legiones romanas en uno de tantos imprevisibles giros de guion de la historia de Rodas. Su iglesia, subterránea, está en un extremo de la larga calle, cerca de la muralla exterior.

 

Del otro lado de la antigua muralla bizantina que marcaba los límites del Collacchio quedaba una ciudad abigarrada, ruidosa, laberíntica, uno de los zocos comerciales más activos entre el oriente y el occidente de la época. La Rodas popular prosperaba en la paz y el comercio, y se encogía cuando soplaban vientos de guerra. Luego, fuera de las murallas, una tercera comunidad dispersa por los campos de cultivo, el campesinado, aseguraba la subsistencia de guerreros y mercaderes.

Los caballeros disponían además de una serie de fortalezas costeras desde las que prevenir invasiones caso de que fallara la alerta temprana de las galeras de la orden, siempre activas. Lindos era la principal de ese anillo de fortalezas menores, y otras con guarniciones permanentes se encontraban en Arkánguelos, Kritinía o Monolithos.

Casi nada de todo ello ha desaparecido. Cuando la isla no pudo resistir más el asedio de las tropas del sultán Solimán, este, harto de perder hombres en los continuos asaltos, se avino a dar por buena una capitulación que permitió salir de la isla a los caballeros con sus familiares y toda su impedimenta, mientras el nuevo orden otomano se obligaba a respetar de forma escrupulosa las propiedades de los caballeros.

Pero no respetó nada más. Los rodios, abandonados a su suerte por la orden de los caballeros, cayeron en una esclavitud rigurosa y sin esperanzas. Se levantaron hermosas mezquitas y los notables turcos construyeron espléndidas mansiones pared con pared de los edificios celosamente respetados del Hospital.

Esa es la Rodas que puede verse hoy. Solo las advertencias del Patrimonio Mundial de la Unesco han podido impedir que se derribaran las mezquitas que visibilizaban la larga esclavitud del pueblo rodio. En la etapa de entre guerras del siglo pasado, los arquitectos de Mussolini emprendieron una obra de restauración valiosa, y en ocasiones de imaginación estética gratuita, para poner en valor la Rodas de los caballeros. Desde que la isla volvió a manos griegas y fluyó la financiación de la Unesco, se han emprendido nuevos programas de recuperación histórica y artística. Al Argonauta que arriba hoy a sus riberas, le espera una Rodas deslumbrante, y en buena medida desconocida.

A algunos Rodas nos ha dado incluso algo más: mis dos nietos son rodios, y allí, en el pueblo de Soroní, tiene mi yerno una casa, alguna tierra plantada de olivos, y un círculo familiar entrañable. Cosas de un valor inmenso.



Un grupo de turistas catalanes delante de la embocadura de una de las puertas de la muralla, la de San Juan. Las puertas incluyen dos puentes sobre los dos fosos concéntricos, y un túnel en zigzag para prevenir la irrupción de una posible carga de caballería.

 

sábado, 10 de junio de 2023

ALGO HA PASADO



El templo de Poseidón en el cabo Sunion (Ática, Grecia). Islas e islotes salpican el trayecto del sol hacia el poniente. Ninguna tierra emergida es de despreciar.

 

No echaré las campanas al vuelo, pero lo que ha ocurrido es bastante diferente de la clásica traición de un grupúsculo escindido a los ideales monolíticos y sempiternos de la izquierda. Son dieciséis grupos, concertados en una sola candidatura de nombre Movimiento Sumar, los que se han movilizado de forma coordinada, y los “ideales sempiternos” han brillado por su ausencia en toda la operación.

Los implicados, cuantificables en la línea de partida en un poco más de dos millones de votos de izquierda, están poniendo todo su esfuerzo en ser prácticos e inclusivos. Han tratado de no dejar atrás a nadie que quisiera estar ahí, siempre desde el respeto debido a quienes no, no, no han querido.

Una mención especial a Alberto Rodríguez (el “Rasta” para las derechas), que fue apeado del Congreso de los Diputados por una maniobra turbia y, de vuelta en Tenerife, ha puesto en pie el proyecto Drago Canarias y ha optado a la alcaldía de La Laguna, justo antes de ser el primero en adherirse al Movimiento Sumar.

Mónica Oltra también fue defenestrada de su vicepresidencia de la Comunidad Valenciana, por una acusación infundada y maliciosa. La malicia se ha extendido a la fecha elegida para la publicidad de su inocencia. Algunas personas, en este país, son culpables hasta que se hace pública, con un retraso culpable, la demostración palmaria de su inocencia.

Pero Alberto Rodríguez ha mantenido su compromiso con la izquierda plural, y Mónica Oltra su Compromís. Son dos ejemplos de que la política, extraña forma de vida, tiene modos distintos de ejercerse, y no todos los políticos son iguales, no todos, qué va.

Hay quien llama traición a la lealtad a las personas, y predica como única opción válida la lealtad a las siglas.

Pero las siglas no tienen vida propia, y la realidad viva es dialéctica. Los que ayer fueron leales mañana serán traidores, si no cambian su modo de pensar.

“Algo” ha pasado, entonces, sin la menor duda. Conviene avanzar en la dirección sugerida por un acontecimiento tan sorprendente. Ha sido un “algo” bastante repentino e inesperado, pero trabajado con mucho ahínco. No sé dónde podrá llegar este país, pero sí que  ha dejado de ser el mismo de antes.

  

sábado, 3 de junio de 2023

LA PERTINAZ DESMEMORIA

 


Un encuentro borrado de la mente de las derechas recalcitrantes así catalanas como españolas, que jurarán mil veces que nunca ocurrió. “E la nave va…” diría Federico Fellini.

 

Siguiendo una norma creo que evangélica, nuestras instituciones más conservadoras se aplican a obrar de modo que su mano izquierda ignore siempre y de forma sistemática lo que hace la derecha. Ahora mismo, sin necesidad de ir más lejos, la derecha ha votado en Europa en contra de la prohibición del trabajo esclavo. No es –lo supongo, no me lo han contado– que PP y Vox consideren un óptimo deseable la vuelta a la esclavitud con todas sus consecuencias, sino más bien que no les gusta renunciar a priori a esa posibilidad tentadora, en un momento crítico en el que la mano de obra, envalentonada por los desmanes del gobierno ilegítimo, se niega a aceptar pagas de 800 euros por jornadas laborales de 12 horas de las que se declaran solo cuatro.

Bueno, pues de tal voto europeo nadie debe saber nada, de modo que no se airea en la prensa oficial u oficiosa, y si alguien da en preguntar a los propios protagonistas del voto, estos juran de forma solemne que en todo momento permanecieron ignorantes de lo que estaba ocurriendo. Ellos la esclavitud la respetan mucho, sobre todo porque creen en la Libertad con mayúscula, de modo que quien quiera ser esclavo bien está que lo sea, no serán ellos quienes lo impidan, y menos recurriendo a leyes y ataduras que no conducen a nada bueno. Pero en cuanto a votar en el Parlamento europeo, lo que se dice votar votar, no recuerdan en ningún caso haberlo hecho, a no ser que nos refiramos al expediente de cebar con moscas los anzuelos en la pesca con caña, que eso ellos siempre estarán en contra porque revela crueldad hacia los animales más humildes y desprotegidos. ¿No es a eso a lo que nos referimos? Entonces no saben lo que pueda ser.

Quizás el éxito (relativo) de las candidaturas del tipo Rey Palomo en las recientes elecciones municipales y autonómicas se deba a una desmemoria pertinaz acerca de los propios planteamientos políticos. Es muy famoso el caso de ETA, que cuando estaba en activo no existía según para qué, y ahora que se ha disuelto, sigue en ciertos aspectos más activa que nunca. De “ese movimiento vasco de liberación del que usted me habla”, hemos pasado a “Sánchez es ETA”. No es solo que la sintaxis flojee, sino que la relación entre significante y significado se ha deshilachado de forma definitiva.

Lo mismo le ocurre a la Iglesia española, donde los expedientes por abusos eran cero hace dos años debido a la conducta ejemplar de todo el estamento eclesiástico, y hoy suman casi tantos casos como los de inmatriculaciones de inmuebles, tirando por lo bajo. Nuestros obispos y cardenales suspiran por un cambio urgente de papa, seguros de que un nuevo Woytila haría descender de nuevo las cifras a esa desmemoria absoluta que nunca se debió dejar perder.

De todo lo cual, concluyo, habrá que tomar buena nota para que el 23J próximo estemos todos bien seguros de lo que sabemos y lo que no sabemos.

 

jueves, 1 de junio de 2023

AMAR LA BOMBA

 

 


Cartel de la película “Dr. Strangelove”, de Stanley Kubrick.

 

Ahora que ha quedado atrás (pero no del todo) la política de la deterrence, la disuasión, como motor principal de la inversión militar de las superpotencias para soslayar la eventualidad de un holocausto nuclear, ahora precisamente estamos aprendiendo a “amar la bomba”.

La bomba era el protagonista de aquella película de Stanley Kubrick llamada “Doctor Extrañoamor”, aunque en nuestras pantallas recibió el título ridículo de “Teléfono rojo, volamos hacia Moscú”, como si se tratara de una entrega de cine de hazañas bélicas y eso la hiciera más comercial. El largo subtítulo original rezaba: “Cómo aprendí a despreocuparme y amar la bomba”. El proceso de aprendizaje de Peter Sellers en sus diversos papeles (el oficial, el doctor loco, el presidente) era aleccionador. Ahora que ya hemos superado la política de bloques y nos encontramos en un mundo global (signifique ello lo que signifique), la “bomba” de Damocles que pende de un hilo sobre nuestras cabezas no tiene la misma capacidad destructiva inmediata, pero sí conduce a corto plazo a un destrozo irreversible del planeta. Es algo que sabemos, pero preferimos ignorar. Hay (como en la película) dos clases de negacionismo de la “bomba”: el explícito (eso no va a suceder porque no ha sucedido nunca), y el sobreentendido (no hay que preocuparse porque las medidas oportunas serán tomadas con toda puntualidad más adelante, en algún momento imposible de precisar por el momento).

Quienes aman la ampliación del aeropuerto de Barcelona son negacionistas .de la segunda especie: todo se hará con las debidas garantías de preservación del medio ambiente, dicen, como si la ciudad estuviera en una situación de normalidad medioambiental que por supuesto se mimará con escrúpulo. Tan solo se trata de cubrir la conexión regular con la costa Oeste de Estados Unidos y con el Extremo Oriente, me ha argumentado un experto en la materia que además me acusó de “ludita”. Los luditas destruían las máquinas de las hilaturas en la primerísima revolución industrial. Un método de lucha improvisado, pero en cierta forma clarividente. Nos lo ha explicado el eminente economista “ecológico” Joan Martínez Alier, con ocasión de recibir un premio internacional: la economía industrial no es circular, sino entrópica. ¿Qué quiere decir eso? Esta es su respuesta literal: «Cuando la economía industrial crece, los ecosistemas se destruyen.»

Hemos tenido tres avisos muy serios de la magnitud de las dislocaciones económicas en un planeta seriamente enfermo: un crac de las finanzas globales; una pandemia que fue imposible detener antes de una mortandad homérica porque hacerlo “contravenía las libertades individuales”; y un agravamiento catastrófico del cambio climático, que está saltando por encima de todas las barreras dispuestas para contenerlo, por culpa de que “los automóviles no tienen la culpa” (Trias dixit), la ampliación del aeropuerto tampoco, y la contaminación ciudadana se va a intentar resolver a través de más interiores de manzana en Barcelona, y de muchas macetas en los balcones en Madrid.

Estamos convocados a votar otra vez el próximo 23J. No es nada probable que el cambio climático comparezca en la ocasión, del mismo modo que ha pasado de puntillas por el 28M. No es un tema que dé votos, antes bien los resta.

De modo que la mejor opción, para quien se preocupe sinceramente por estos temas, será aprender a amar la bomba.

Dicho con una expresión de Theodor Kallifatides, nuestro cerebro es un reloj que no funciona y además se ha detenido a una hora equivocada.