viernes, 31 de marzo de 2023

LA FUGITIVA

 


“Muchacha que huye”, pieza del frontal de un templo, hallada en Elefsina (Ática, Grecia).

 

Elle est partie comme ça, / sans un geste sans un mot

Voir un film de Charlot / au ciné de l’Olympia

Il y a treinte ans dèjà / nous la recherchons partout

Mon Hispano et moi / en criant comme des fous…

J. BREL, ‘Titine’

Podría tratarse de un "remake" del romance de Marcel con Albertine, con un final distinto. Gritando como locos, el Grand Jacques y su Hispano-Suiza buscaban por todas partes a Titine, el amor que les había abandonado así, por las buenas, sin un gesto ni una palabra, dejando a amante y automóvil empantanados en su adoración inútil.

Ellos sí la encontraron por fin, treinta años después nada menos, par hasard, por casualidad, sirviendo bebidas detrás de una vitrina de la Gare Saint- Lazare.

Fue un momento emocionante, ruidoso, exultante de ¡hurras!, y de codazos cómplices a los copains. Pero cuando él le hizo la pregunta importante, “Est-ce que tu m’aimes encor?”, ella volvió a desaparecer, sin un gesto ni una palabra.

A Titine, su prolijo macho alfa le traía sin cuidado. Nunca nadie se lo preguntó a Albertine, pero también se fue del lado de Marcel.

Es posible que las mujeres no nos amen a los varones por nosotros mismos, sino a pesar de nosotros mismos.

En fin, así funcionan las cosas por lo general. Lo normal es que los varones tengamos más suerte con las mujeres de la que nos merecemos.

Mejor tomarlo con calma, y no presumir dando vozarrones. Titine podría desaparecer en el momento siguiente.

 

miércoles, 29 de marzo de 2023

AQUEL MOSCÚ

 


La carta misma. Letruja de mosca para aprovechar al máximo la cuartilla de papel en blanco sin encarecer el franqueo.

 

Entre las páginas amarillas de un archivador, Carmen ha encontrado una carta que le escribí desde Moscú, en la única ocasión en que yo he estado en esa ciudad. Formé parte entonces de una delegación del PCE formada además por Paco Palero, Felipe Alcaraz en representación de Andalucía, y yo mismo por el PSUC. Simón Sánchez Montero era nuestro jefe de delegación y portavoz. Se trataba de una composición de segundo nivel, sin secretarios generales, y no fuimos recibidos por Mijaíl Gorbachov, sino por cargos menos prominentes de la nomenklatura.

Escribí la carta con muchísima cautela, pensando que posiblemente sería revisada en alguna oficina antes de expedirla. Al día siguiente nuestro intérprete (ucraniano, por cierto) me informó de que, si franqueaba y enviaba esa carta por el correo oficial, llegaría a España varios días después que nosotros mismos. Guardé entonces mi carta en la maleta, y la entregué a Carmen en propia mano. La reproduzco aquí como testimonio, muy desvaído, de un tiempo, un país y unas relaciones internacionales que ya han desaparecido. Los puntos suspensivos que aparecen hacia el final indican la omisión de ternezas de carácter íntimo y que de todas formas serían de interpretación difícil, porque Carmen y yo jugábamos a los lenguajes cifrados en nuestra correspondencia sentimental.

Sin más preámbulo, esta es la carta:


Moscú 22.2.87

                    Princesa, no sé por dónde empezar, ni siquiera tengo claro si podré mandarte mañana esta carta.

Hago vida de VIP, alojado en el hotel del Partido, que ves pasablemente dibujado aquí a la izquierda. Estamos alojados en el piso 12 (sobre un total de 15). Mi habitación da a la parte de atrás. Frente a mí, un parque nevado desciende hasta la orilla del Moscova. Al otro lado, muelles, grúas, chimeneas. A la derecha hay un gran puente, y más allá se vislumbra una torre coronada por una estrella que viene a situar la posición de la Plaza Roja, aunque desde aquí no se ve el Kremlin.

Desayunamos, comemos y cenamos en el hotel, comida buena aunque no típica, sino un tanto internacional aunque con concesiones a lo autóctono, por ejemplo en una sopa de verduras con crema de leche y un huevo, que he pedido esta mañana en lugar del consomé que han tomado los otros. No bebemos alcohol, porque Gorbachov está llevando adelante una seria campaña contra el alcoholismo: hay agua mineral, zumos de frutas, limonada, té y café.

Esta mañana hemos ido a poner flores en la tumba de Lenin, ceremonia impresionante que comienza a las once y para la que hay cola de gente todos los días desde cinco horas antes, aunque nieve y haga un frío de cuarenta bajo cero (cosa que no ocurre por el momento). Nosotros hemos llegado en coches del Partido y nos hemos situado por delante de toda la cola. Se entra en el mausoleo de dos en dos, porte erguido, brazos cayendo naturalmente a lo largo del cuerpo (Simón ha metido una mano en el bolsillo del abrigo y un guardia le ha indicado que la sacara). Así se da la vuelta alrededor de la momia de Lenin, brillantemente iluminada, casi viva, inmortal. Detrás, alineadas junto a la muralla, están las tumbas de otros líderes de la Revolución y del Estado soviético, incluido Stalin. También he visto de pasada los nombres de Kamenev, Grechko, Suslov. Otros no los identificaba bien, en ese alfabeto en el que mi apellido se escribe POΔPΉΓΕC’. Después nos han llevado al “otro” cementerio, situado en un recinto con iglesias de los siglos XVI-XVII estilo barroco ruso, y llamado monasterio Novodérichi, según he podido leer en una guía. También subimos hasta la Universidad y vimos el estadio “Lenin”.

    Por la tarde, después del “rudo trabajo” de tener una entrevista para la radio, retribuida con 30 rublos por persona y 45 para Simón como jefe del grupo, hemos tenido una sesión de estudio de la propuesta de comunicado conjunto que firmaremos mañana, y hemos salido disparados en coche oficial para el Bolshoi, donde hemos visto reunida a la flor y la nata de la sociedad oficial, más Marcelino y Leónidas Montero, y el ballet “Espartaco”, recio canto épico a la lucha por la libertad, con buenas escenas de batalla y de amor y mucho movimiento de masas, pero del que me ha seducido sobre todo una escena de bacanal y una espléndida bailarina llamada Nadiezhda Pávlova, que hacía de la mala.

    La mayor parte de las cosas te las contaré al volver …

    Aún no he gastado un rublo, pasado mañana está previsto que vayamos de compras.

    Voy aún sin gorro. Pero no hace mucho frío: 2, 4 grados bajo cero. Dicen que mañana bajará mucho el termómetro …



Las dos delegaciones al completo, como ilustración de unas notas a pie de página escritas por mí mismo para “Treball” (26 març al 2 d’abril de 1987). Yo, para mi vergüenza, aparezco en la extrema derecha, con jersey cuello de cisne.

 

lunes, 27 de marzo de 2023

SOLO PARA TUS OJOS

 


Koré de Euthydikós, desenterrada cerca del Partenón en 1882. Datada hacia 480 aC. Museo de la Acrópolis, Atenas.

 

Dedicado a Albertina, después de una conversación.

 

Quedé sorprendido cuando, después de haber publicado en Facebook una foto mía delante del portal románico de mármol rosa de Vilafranca de Conflent, un amigo de los de largo recorrido me comentó con sorna: «Muy de misa te veo».

No habíamos podido entrar en el templo, etapa del Camino “francés” de Santiago (en su origen no era francés sino catalán, del Rosellón que formaba parte de la Corona de Aragón). Lo habríamos hecho de estar abierto el portal, pero no por un impulso religioso, sino meramente estético. Este equívoco es una constante en la Historia del Arte: el artista crea su obra con una intención, y el aficionado de pocos o muchos siglos después la ve desde unos parámetros absolutamente distintos, en ocasiones aberrantes. (Ahora mismo en Florida han despedido a una maestra que mostró a sus discípulos la figura del David de Miguel Ángel así tal cual, sin siquiera vestirla con unos calzoncillos.)

Nuestra forma de apreciar el arte es por lo general ahistórica, despegada de las circunstancias que le dieron origen. Esa mirada “limpia de polvo y paja” tiene la ventaja de permitir la asociación libre de ideas y la comparación objetiva inesperada, no lastrada por prejuicios “de época” aunque a veces lleve las anteojeras de los prejuicios de la época actual (se editarán de nuevo las novelas de Agatha Christie para darles una capa de pintura “políticamente correcta”).

Desde esa mirada no comprometida con la Historia, les propongo –solo para sus ojos– un pequeño recorrido en torno a la belleza melancólica de tres muchachas de épocas distintas. La primera y la segunda son griegas, del mismo siglo V aC, pero diferentes en su intención. La primera corresponde al llamado ”estilo severo”, el umbral del gran período clásico del arte helénico. Hasta que apareció ella, todas las Korés preclásicas sonreían. En cambio su mirada, no hostil pero sí de una gravedad austera, la individualizó desde su descubrimiento como “la Enfadada” (la Boudeuse).


Muchacha triste. Pintura sobre un lekythos de fondo blanco, atribuida al llamado Pintor de los Triglifos. Hacia 410 aC.


La segunda representa a una muchacha llorosa, sentada en los escalones que conducen a su tumba. Es una figura bellísima y lamentable, un reclamo patético de lo que pudo haber sido y no fue.


 

Georges Van Zevenberghen, ‘La planchadora’, 1907.

En la tercera, ni siquiera hay mirada; está de espaldas, volcada en un trabajo fatigoso y humilde. Y no es, a nuestros ojos, menos bella que las otras dos. Puede sin desdoro formar parte de la misma serie de muchachas adorables que nunca han recibido la parte que sin duda merecían de alegrías de este mundo.

 

sábado, 18 de marzo de 2023

LA VIE EN ROSE


Mármol rosa, granito y bronce. Delante de la puerta de la iglesia de Notre Dame des Escaliers, en el prieuré de Marcevol (Pirineos Orientales).

 

Hay viajes minuciosamente programados; el último que hemos hecho Carmen y yo fue, en cambio, minuciosamente improvisado.

Contamos con proyectos rutilantes para el próximo verano-otoño. Pero de momento casi no hemos salido aún del invierno, y nuestra intención fue solo celebrarnos a nosotros mismos cincuenta y tres años después de una boda en la que los dos estuvimos modestamente presentes. Solo pretendíamos una giornata particolare de reafirmación de valores frente a la algarabía de los fachendas. Hablaríamos catalán los dos en la intimidad.

Pensamos de inmediato en la Catalunya Nord, que ha sido a lo largo de los años un refugio al que acudir, un indicio cierto de que existía la posibilidad de que las cosas nos fuesen, colectivamente, mejor de como nos estaban yendo. El viaje se fue concretando poco a poco a partir de la recuperación de algunos pequeños proyectos anteriores que en su momento quedaron nonatos: quise regalarle a Carmen alguna vez un anillo de granates en Prades, pero el precio nos tiró atrás. Alguien nos dijo luego que en Villefranche de Conflent podríamos encontrar granates engastados en plata a mucho mejor precio.

Luego habíamos pasado por la carretera delante de Eus, encaramado a una loma, y nunca tuvimos tiempo de hacer una parada para visitarlo. También queríamos volver a Cuixà, algo que Dani Delgado y Carme Donat hacen prácticamente todos los años, pero que a nosotros nos atraía no por las ceremonias de la semana santa, sino por el recuerdo de aquel claustro poblado de columnas con capiteles prodigiosos y alzado sobre pavimentos de mármol rosa.

Y finalmente, en una esquinita del pedazo de papel en el que apuntábamos nuestras prioridades, escribí un nombre entre paréntesis y con interrogante: (Marcevol?). Ese es mi tema de hoy.

Volviendo a Eus, es un pueblo magnífico alzado sobre la Soulane, una amplia ladera orientada a mediodía que posee la mayor insolación (horas de sol al año) de Francia. Recorrimos las calles del pueblo en cuesta, trepamos por las escaleras y asomamos la nariz por las dependencias del antiguo castillo. También visitamos la iglesia, cuyo principal atractivo es el punto de vista, porque ha sido remodelada varias veces y con poca gracia.

Desde Eus parte hacia el nordeste una carretera estrecha y sinuosa que bordea varios barrancos salvados por puentes. Bosque de montaña cerrado. Después de pasar Arboussols, cabeza de la comuna, atisbamos recortado contra el cielo azul el muro-campanario del priorato de Marcevol, en una explanada en alto, rodeado de campos de cultivo que en tiempos fueron ricos, y con una vista digna de águilas hacia el valle del Tet y el macizo del Canigó, que se levanta justo enfrente.

El aspecto del edificio prioral con sus dependencias es bastante caótico, coronado por un muro-espadaña de cuatro huecos. A la fachada de la iglesia de Notre Dame des Escaliers le sigue sin solución de continuidad un conglomerado de dependencias en cuya puerta un cartel anuncia el “Accueil”, una cantina y un WC (todo cerrado a cal y canto, hicimos nuestros pipís al resguardo de árboles centenarios, en plena naturaleza).

El priorato fue fundado a principios del siglo XI y su comunidad monástica dependía del obispo de Elna. En 1128 el lugar fue comprado por la Orden del Santo Sepulcro, que reformó la iglesia y probablemente fue quien la hermoseó con un nuevo portal, adornado con una sola arquivolta dentada, y una elegante ventana colocada sobre el mismo, todo ello de mármol rosa. No sabría decir si el conjunto “vaut le détour”, vale la pena el rodeo, como habría podido señalar la guía Michelín, que se limita a la mención escueta del lugar, sin estrellas. En 1428 un terremoto afectó a la iglesia, de tres naves separadas por robustos arcos de medio punto. Para entonces el lugar estaba ya en franca decadencia, que siguió durante varios siglos más hasta que en el decenio de 1970 una asociación laica de restauradores aprontó capitales y trabajo para el mantenimiento de la iglesia y las dependencias monásticas.


En la fotografía, tomada en sombra, lástima, se puede apreciar el contraste entre el granito pardo y el mármol rosa de la puerta, el lujo inesperado de la pincelada de color y la forma noble en un edificio por lo demás algo destartalado. Los artistas italianos consiguieron magníficos efectos decorativos en su país con la utilización calculada de materiales diferentes y de colores contrastados en sus arquitecturas. Este podría ser un monumento precursor, un primer ensayo de las glorias de Florencia o de Siena. Quién sabe si los caballeros del Santo Sepulcro venían de Oriente acompañados por un maestro de obras italiano, y le encargaron que diera algo de majestad, un atisbo de belleza, al mínimo priorato perdido en unos prados altos del Pirineo catalán.



Vista de conjunto de la fachada del priorato de Marcevol.

  

martes, 14 de marzo de 2023

PODRÍAN CAER CHUZOS DE PUNTA

 


Iniesta marca el gol decisivo en la final del Mundial de Sudáfrica. El equipo holandés podría hacer valer ante la FIFA la tesis de que el Barça había sobornado al comité arbitral con el fin de obtener una sobreprotección ilegal a sus jugadores, por lo que el partido debió dársele por perdido a la selección.

 

Para mí que el tito Floren ha equivocado la táctica.

Lo sé, nueve puntos de déficit en la Liga pesan mucho, la Copa se ha puesto muy cara después del partido de ida, y el Mundialito, por mucho que lo adornen con el título de Campeonato Mundial de Clubes, resulta una cosecha escasa para una temporada que cada vez tiene más la pinta de una de esas funestas segundas temporadas de Carletto, en las que exprime a sus hombres de confianza hasta la última gota y acaba perdiendo los partidos por agotamiento de la primera parte contratante.

Era el momento de innovar en la táctica, y a ello se ha aplicado Tito Floren. Lo suyo no es el espíritu de Juanito, ni las remontadas épicas, que un día salen bien y al siguiente te dejan con el culo al aire y cara de tonto.

Floren es hombre de despachos, conspirador nato y hábil moviendo hilos de subordinados de alto coturno que lo reverencian como a un Ser Superior. El abanico de cualidades que es capaz de desplegar resulta vistoso, pero no siempre eficaz. Ahora no, porque no es oportuno, pero algún día volverá a la memoria colectiva el bochorno de la situación que propició su primera defenestración como presidente del club de sus amores. Entonces se entenderán mejor las cosas de Floren, las que puede hacer sin riesgo a ser criticado por tantas bocas calladas y bien calladas, y las cosas que en cambio no puede hacer, ni con riesgo ni sin él, porque las estructuras se le tiran encima. (He escrito “tiran”, no “caen”; pero vale también el otro verbo, porque el problema es que lo que no se sostiene cae por sí mismo, debido a la ley de la gravedad, que es una ley muy seria que casi nadie tiene en cuenta. El que además de caer, la ley procure tirarse encima del causante del estropicio, es solo un añadido circunstancial.)

Floren quiere salvar nueve puntos de diferencia en la Liga, y algo había de inventar. No se lleva mal con Jan Laporta, los dos andan conchabados contra otro subordinado leal, Tebas, en la Superliga. Jan es un fantasma del mismo género que Floren, aunque de bastante menos nivel. Floren, sin embargo, necesitaba un chivo expiatorio, y eligió a Jan. Nada personal, desde luego.

Hasta aquí, bien. Laporta está prácticamente desahuciado, Tebas no le deja fichar, ni inscribir a Gavi, ni lo que se dice nada de nada. Al enemigo, ni agua.

Pero Laporta recibe buenos ingresos de la tele, y podría ganar la Liga. Nueve puntos son muchos puntos.

Floren ha buscado entonces un segundo chivo y lo ha encontrado en Enríquez Negreira, un árbitro que ha ocultado a Hacienda un contrato con el Barça de una época y una presidencia anteriores.

El contrato es papel mojado, no originó ni un miniescandalito siquiera, y está anulado y prescrito. Pero Floren se adornó con pinturas de guerra, recurrió a Juntas extraordinarias y movilizó a sus fieles de la Fiscalía, que respondieron al estímulo con rapidez y docilidad.

Y ahí es donde se ha pasado tres pueblos, porque el Colegio de Árbitros es la corporatividad misma hecha carne y habitando entre nosotros. Acusar de corrupción a “un” árbitro es destapar la caja de Pandora. Lo ha expresado con acierto Diego Simeone, que sabe bien de qué va la vaina: dado un círculo cerrado, si alguien abre una puerta, viene detrás otro que abre una ventana.

Si examinamos lo ocurrido en los campos de fútbol desde el escándalo, nos llamará la atención que el VAR haya llamado la atención al trencilla de turno sobre un gol marcado al Barcelona previa mano de un delantero rival. Gil Manzano atendió el reparo y anuló el gol. ¡Caramba! Gil no es creíble como “cielo protector” del club blaugrana. El diario “Marca”, seguramente por indicación expresa del Tito, ha dejado caer la opinión de que 1) sí hubo mano de Muniain; y 2) a pesar de todo el gol debió subir al marcador.

¡Caramba! (bis). Toda una expresión de rebeldía contra el destino, de rabia contra la adversidad. La anulación valió dos puntos extra al Barça en su carrera en solitario hacia el trofeo liguero.

¿Qué le pasa a Floren? ¿Cree que puede hacer cualquier cosa en cualquier circunstancia y contra la oposición de una institución como el Colegio de Árbitros, hondamente arraigada en el suelo de las verdades absolutas? ¿No ha echado aún un vistazo al careto con el que aparece Sánchez Arminio, el presidente, en fotos recientes?

Mientras tanto, el despliegue en guerrilla de la Fiscalía concluirá muy probablemente con una multa cuantiosa, pero ni soñar con un descenso ni con una resta de puntos, porque detrás de esa puerta serían incontables las ventanas que podrían abrirse. Es sabido lo que pesa en jurisprudencia un precedente. Y estamos en terreno de la justicia penal, no de la deportiva.

El todopoderoso Floren queda en entredicho. Más le valdrá renunciar al trofeo en disputa antes o después de algunas jornadas heroicas, y pensar en dar aire a su Carletto, al cual, además, últimamente todo le está trayendo al fresco, lo cual significa que lo da por dado y bendecido.

- + - + -

Este es mi análisis, en cualquier caso. El resultado final, sin embargo, también podría ser muy distinto, sobre todo por una razón. Porque, como me ha susurrado al oído Jeremías más de una vez, yo no tengo madera de profeta.

La verdad es que podrían caer chuzos de punta.

Por sí o por no, sepan que me encuentro hospedado en un pequeño pueblo del otro lado de los Pirineos, y que esta entrada del blog la he escrito en clave y con tinta simpática. Si las cosas se torcieran para el Barça y por extensión para Catalunya y sus derechos de ciudadanía, mi primera reacción consistiría en dirigirme a la gendarmería más próxima (la tengo a unos 25 metros de mi hostal) y solicitar asilo político por el trámite de urgencia.

He dicho.

 

domingo, 12 de marzo de 2023

LA MOCIÓN DE CENSURA Y EL ESPECTÁCULO

 


Marco Tulio Cicerón denuncia en el Senado romano una tenebrosa conjuración de Catilina que tal vez había sido urdida por el mismo Cicerón para desacreditar a su rival. Pintura al fresco de Cesare Maccari, 1880 (Palazzo Madama, Roma)

 

Nos encontramos ante una extraña moción de censura, promovida y respaldada por Vox, pero que no será defendida por Vox.

Tengo la sensación de que ese día se va a intentar un nuevo asalto en toda regla a la fortaleza democrática. El asunto no tiene nada de paripé ridículo: unos representantes acreditados del pueblo empuñarán una herramienta forjada por el estado de derecho vigente para un propósito determinado; pero lo que intentan de forma consciente es utilizarla con otro propósito distinto.

Normal es que las mociones de censura se convoquen para ganarlas. Que luego se ganen efectivamente o no, claro, es cuestión distinta. Siempre cabe la posibilidad de que ocurran, bien tamayazos, bien caídas accidentales del caballo camino de Damasco, o bien imprevistos de diferentes tipos; pero, en principio, el propósito inicial, se consiga o no, es el de derribar el gobierno vigente y sustituirlo por otro.

Para ello se hacen números, se recuentan posibilidades, se reúnen mandatados de distintos grupos a fin de explorar voluntades, y en definitiva se despliegan los variados recursos con los que cuenta para dirigirse un Estado democrático moderno. Ese es el clima habitual; y la parte del hemiciclo que finalmente queda debajo en el conteo de votos, se considera a sí misma vergonzosamente derrotada.

Todo el panorama cambia de forma abrupta, en este caso. No ha habido ninguna recomposición de fuerzas, no aparece ningún propósito de gobernar desde la votación de una moción consensuada con grupos afines, no hay incertidumbre en el resultado.

Ni siquiera se intenta proponer una política distinta, en lo concreto. Detrás de la grandilocuencia de la unidad y la lealtad, no hay nada.

A la moción le falta sustancia democrática, se quedará reducida a la secuencia del ceremonial previsto en el reglamento, a guardar las “formas” procedimentales previstas en los textos.

El señor Tamames será poco escuchado, posiblemente, y menos aún respetado. Se da el caso de que, como hace la primavera todos los años, “ha venido y nadie sabe como ha sido”. Muchos diputados se refugiarán en el bar, en compañía de una birra o un cortado, durante su discurso; otros se ocuparán de asuntos propios en los pasillos o en los rincones de las salas de pasos perdidos. Los portavoces de los grupos ya andan seguramente a estas horas inventando cuchufletas con las que embellecer (y banalizar) el trámite obligado de anunciar en el pleno televisado el voto de su grupo.

Un procedimiento formalizado a partir de la Constitución y del Reglamento del Congreso, solemne por tanto, se verá degradado al nivel de un chiste vergonzante. La moción como espectáculo chusco. Eso me temo.

Debería evitarse. Estamos en realidad ante otro 23-F, guiado por el mismo desprecio hacia la democracia del primero. La democracia sufrirá otro embate. No está claro si aquel primer 23-F tuvo el carácter de tragedia o de farsa –seguramente una mezcla de ambas– pero, en este de ahora, la crónica de una farsa anunciada podría degenerar en drama lamentoso. Hay grietas en la coalición de progreso y estas podrían resultar dolorosamente visibles en los discursos, si estos se deslizan hacia otros temas adyacentes según el conocido principio del "a ti te lo digo, hijuela; entiéndelo tú, mi nuera".

Va a haber provocaciones en este sentido, y harán bien los parlamentarios, en particular los del grupo mayoritariamente situado en el apoyo a la política del gobierno, en comportarse de un modo ejemplar, y en mantener en todo momento la altura de miras, la solemnidad de expresión, el respeto a las formas y, en una palabra, la ejemplaridad que se supone al procedimiento, con el fin de salvaguardar para la ciudadanía un valor frágil y ya traqueteado en la historia reciente de nuestro Congreso. Que no cunda el mal ejemplo, que no se contagie el verbeneo de los defensores de la moción a la actitud general del grupo de progreso en un sentido amplio. Sería la peor derrota posible en una jornada de intención aventurera y claramente pro-golpista.

Porque lo que se intenta desprestigiar con esta iniciativa es la política, y no solo la del gobierno, sino toda ella.

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martes, 7 de marzo de 2023

CLOTILDE LEYENDO

 

Joaquín SOROLLA, ‘Clotilde leyendo’, reproducción regalo de Carmen, recién instalada sobre una librería de mi despacho. A un lado tiene a mi nieta Carmelina en la entrada del Palau de la Música Catalana; al otro, un dibujo que para mí representa la aventura de escribir.

 

Hoy andamos en casa de efemérides. Hace justo 53 años decidimos no hacer caso de las advertencias de Papa Georges (1), e inscribimos nuestros nombres al pie de un pergamino. “De perdidos, al río”, comentó Carmen, y yo estuve más o menos de acuerdo. Nuestras dos familias eran pesimistas: “Esto no va a durar”, era el comentario más común. Tenían razón, por supuesto, apenas nos quedan dos telediarios, el nuestro aspira a obtener el récord Guinness del amor eterno más corto de la historia.


El momento fatal de la firma (7.3.1970)


Yo he regalado a Carmen un anillo que ha elegido ella, claro, porque mi gusto para los adornos femeninos se aproxima peligrosamente a lo desastrosamente catastrófico. Ella me ha regalado una reproducción de una acuarela de Sorolla, “Clotilde leyendo”, que me gustó mucho cuando la vi en la exposición del Palau Martorell hace apenas un mes. De Clotilde García del Castillo he escrito en alguna otra ocasión (2) en este blog. El hecho de que leyera mientras posaba multiplica a mis ojos su valor total como persona. En mi despacho tengo una reproducción en gran formato del sabio Salomón leyendo un libro (quiero creer que el ‘Cantar de los cantares’, puestos a leer la Biblia, que sea algo que valga la pena), visible en la fotografía de la “instalación Clotilde” reproducida aquí abajo. Puede verse a Salomón en majestad lectora, enmarcado en un par de bafles ya obsoletos, y escoltado por algunos ejemplares de mi colección de azulejos del oficio de escribir.




(1)  “Ne gravons pas nos noms au bas d’un parchemin”. G. BRASSENS, “La no-petición de matrimonio” (1966).

(2)   Ver http://vamosapuntoycontrapunto.blogspot.com/2021/03/otro-sorolla.html

 

lunes, 6 de marzo de 2023

SOLUCIONES SENCILLAS PARA TIEMPOS COMPLICADOS

 


Quizás la enorme complicación de los tiempos que se nos están echando encima podría resolverse a través de algunas reglas de conducta sencillas pero ignoradas por los tópicos cristalizados que los medios de comunicación nos imponen como indicadores.

He leído, por poner un ejemplo característico, esta misma mañana, que las mujeres están construyendo el mundo silenciosamente. Es un tópico bienintencionado, pero incierto en las dos cuestiones fundamentales que trata. Porque, primero, si se diera a las mujeres una oportunidad real de construir el mundo, no me cabe duda de que seguirían normas muy diferentes de las actuales; y segundo, de ninguna manera lo harían en silencio. Después de darnos la vida, la primera cosa que hacen las mujeres por nosotros los varones es enseñarnos a abrir la boca, tanto para alimentarnos como para que aprendamos a hablar.

El silencio – prerrogativa de los corderos, no lo olvidemos –solo puede ser un desiderátum en un mundo patriarcal. Que las palabras se las lleva el viento, es una imagen típicamente masculina. El “facta, non verba”, ídem de lienzo. Y el cliché “muda, absorta y de rodillas, como se adora a Dios ante el altar”, no es sino el sueño húmedo de un poeta varón bastante trasnochado.

Olvidémonos del silencio, entonces, en este inminente 8 de marzo, y aceptemos una construcción del mundo en altoparlante, dialogada o mejor aún a coro. Hablando se entiende la gente, dicen. Aquí hablamos poco, y a gritos, y no hay manera de entendernos. Sería cosa de gritar menos y escucharnos más, en particular a las mujeres, muy destacadamente a las mujeres trabajadoras. No hablo solo de las asalariadas, sino de todas las mujeres realmente existentes que interactúan con el mundo a través de su tarea diaria, asalariada o no. Ellas tienen mucho que aportar a esta encrucijada concreta de la historia. Y nos conviene a todos escucharlas porque han sido personas silenciadas, no silenciosas. Y lo que tienen que decir, en este 8 de marzo pero también en todos los demás días del calendario, es básico, sustancial, imprescindible.

He ilustrado mi llamamiento a hablar (que suscribiría con placer mi amigo de Facebook Antoni Cisteró, un promotor de la participación en todas sus facetas) con una miniatura de los “Comentarios al Apocalipsis” del monje Beato de Liébana (siglos XII-XIII), en el códice que se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Manchester. Debo la imagen a Miriam Beso, otra amiga de Facebook. El corte transversal del arca es ejemplar. Noé y su familia ocupan la cubierta superior y examinan la rama de olivo que les ha traído la paloma de un árbol con el que ha tropezado la embarcación. En el suelo, la retirada de las aguas ha dejado cadáveres de ahogados esparcidos. En el interior del recinto del arca, todos los habitáculos han sido primorosamente dispuestos. Los animales, bien apareados: las aves en la parte superior para que no extrañen el aire libre, los mamíferos debajo, y al fondo de todo, los monstruos. Se supone que los peces y criaturas acuáticas se han apañado por sí mismos. Los insectos, ni se cuentan.

En el primer recinto, arriba a la izquierda, está la cocina; una olla hierve al fuego. En el último recinto, abajo a la derecha, aparecen los aseos, biplazas y provistos de todas las comodidades. Se diría que se trata de un diseño femenino, en el sentido de que para la travesía de la vida no se ha descuidado ningún aspecto práctico.

¡Viva el 8 de marzo!

  

sábado, 4 de marzo de 2023

DEMASIADO COMPLICADO

 


Comentarios sobre el ‘Eclesiastés’, por Ernest Renan. Renan se esforzó, pero quedó claramente por debajo del Cohelet, rey de Jerusalén, en el análisis del mundo en el que vivimos. “Vanidad de vanidades”, había sido el diagnóstico insuperado de este último.

 

Desde 2020 el grupo de empresas Ferrovial no pagaba impuesto de sociedades, y a lo largo de su historia como empresa se ha beneficiado de una cifra no bien determinada, pero en cualquier caso milmillonaria, en obra pública española. Sin embargo, se va de entre nosotros. Pagará en Estados Unidos los impuestos de los que aquí estaba exento. Ibex ya no le ofrece alicientes; su deseo es coronar en cabeza del pelotón la cumbre de Wall Street, algo así como el Tourmalet de las Bolsas del mundo mundial.

Mientras, la coalición de gobierno se escindirá en la votación por la reforma de la ley del Sí es Sí; una catástrofe para la precaria mayoría parlamentaria, pero que no supondrá un inconveniente grave para Pedro Sánchez, porque por una vez la feroz oposición votará de su lado. Lo llaman geometría variable, pero todo el asunto, desde todas las partes, trasuda ese viejo y conocido olor que el Cohelet, rey de Jerusalén, un montón de años antes de que naciera Cristo, había llamado «vanidad de vanidades». ¿Se ha definido alguna vez mejor el invento?

El avatar global que estamos viviendo resulta demasiado complicado de manejar en su actual conformación de geometría variable. Vean otro ejemplo. Para encabezar una moción de censura al gobierno, la ultraderechista Vox no ha encontrado mejor candidato que un apellido noble de la izquierda, Don Ramón Tamames Gómez. Tamames tiene 89 años, y tal vez no todas las neuronas en estado perfecto de revista. Si la moción prosperara, sería el líder mundial más añoso de la historia: más viejo que Joe Biden, para tomar un punto de comparación significativo.

Significativo, remacho, de que todas las cosas, con y sin geometría variable, se han hecho demasiado complicadas en este mundo, este mundo tuyo, este mundo nuestro.

Llamo a declarar como testigo de la defensa a mi amigo Quim González Muntadas. Quim cumple hoy 71 años (¡felicidades!), una edad algo abundosa pero sostenible, a más de resiliente. Hace unos días quiso saber algo más de sí mismo e interrogó a ChatGPT, la chisma (en lenguaje políticamente correcto, el neoproducto) más avanzada a la que ha llegado hasta ahora la inteligencia artificial. La cual fue taxativa en sus conclusiones. Fue así como Quim, totalmente desprevenido, se enteró de que él mismo había muerto en 2015.

Complicado este mundo, señores; demasiado complicado.

 

jueves, 2 de marzo de 2023

FERROVIAL Y LO QUE CUELGA

 


La España de charanga y pandereta: Ramón Tamames y Fernando Sánchez Dragó, en una imagen reciente.

 

Ferrovial no es una gran empresa española que de pronto nos abandona, como el desodorante a media tarde, y emigra a otras latitudes más bonancibles en un paroxismo de ingratitud.

Para empezar, una empresa ya no es una empresa en el sentido clásico de la palabra; no es algo físico, no tiene un propósito económico unitario, no se adscribe a un sector concreto de la producción o los servicios. La OIT ha renunciado, por impotencia que no por otra razón, a definir lo que es la empresa en el momento actual. Algunos autores la han caracterizado como un “flujo” más en un mundo de flujos. Las empresas, como los flujos magistralmente descritos en un aria de “Rigoletto”, del maestro Verdi, son piume al vento che mutan d’accento e di pensier.  

Lo único que está claro, en esta “economía global financiarizada” que incorpora lo mejor de cada escuela de pensamiento y de cada casa bien, es que las empresas no dependen de los Estados nacionales, sino al revés. Las empresas revolotean libres en el éter virtual y recogen el néctar de las flores que encuentran a su paso para llevarlo diligentes a sus accionistas (los prioritarios, claro; al resto, que les den). En este trabajo azacanado, los grandes grupos consolidados de empresas se alinean a lo largo de diversas cadenas de valor, y los que tiran del carro en posiciones de privilegio tienen la capacidad de dictar tanto el precio de las cosas como el del trabajo de las personas implicadas, al margen de lo que declaren las leyes económicas, sociales y fiscales de cada país. El Estado se limita a hacer favores no retribuidos, ejercer de guardián del tráfico, y en algunos casos (véase Ferrovial como ejemplo paradigmático) lucir la cornamenta del marido engañado.

El conjunto de las empresas de un país o territorio dado se ve auxiliado en su acción infatigable por otro elemento de una gran importancia, la Banca, una institución estrictamente privada que tiene como función redistribuir el valor realmente producido en el proceso económico. La primera distribución la ha hecho el Estado soberano mediante su política fiscal. Ocurre que el Estado cada vez llega a menos porción del pastel, y a la inversa es cada vez mayor la parte desviada desde la banca hacia sus clientes predilectos, mediante fondos de inversión y otros instrumentos sofisticados de lo que se viene llamando “finanzas creativas”. De ese modo, la Banca no facilita créditos a los emprendedores en general, sino que los “dirige” a grupos de emprendedores amigos, y con ellos se reparte las ganancias. Entre ellos se deciden los ganadores y los perdedores de cada apuesta en la ruleta de una economía de casino.

Las dos características que importa retener de las finanzas creativas son, entonces: primera, que no producen riqueza sino que se limitan a extraer rentas y mover capitales de un lado a otro; segunda, que el bienestar del común les importa lo que a un soplillo de chimenea. Son un parásito de la economía real, la chupan y la desangran sin parar. Por lo demás los bancos son entes privados, dirigidos por sacerdotes y sacerdotisas atentos/as a la prosperidad del negocio, y cuyos ingresos pingües les sitúan en el estamento bien destacado de la “gente de bien” (en palabras de nuestro jefe de la oposición).

No concierne al gran empresariado y a la banca ninguna cosa relacionada con la salud y el estado físico o anímico del cuerpo social. Ellos se oponen a todo: a los salarios mínimos, a las pensiones acordes con el coste de la vida, a la exigencia de decencia en la oferta de trabajo. Y no les preocupa el aumento potencial de la presión impositiva, porque tienen sus capitales propios fuertemente blindados y en gran medida ocultos en paraísos fiscales.

De modo que nada de eso motiva la decisión de una gran empresa de trasladar su sede a los Países Bajos o tributar en Estados Unidos. Serán en todo caso consideraciones relacionadas con la optimización de su cifra de negocios. Un incentivo más, un descuento fiscal, una golosina en forma de contrato público-privado, atraerá su curiosidad o su gula, pero no será en ningún caso un factor decisivo en su conducta.

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No quiero acabar sin apuntar que no está todo dado y bendecido, sin embargo. Hay posibilidades de corregir la dislocación, de enderezar el rumbo de la economía, siempre que esta esté presidida por una idea “política”, algo de lo que ahora mismo carece por completo.

Conquistar para Europa una mayor democracia económica sería una buena manera de empezar. Pero esa “democracia económica” solo empezará a ser significativa cuando salga de las puertas de las empresas; cuando implique a las fuerzas políticas y sociales que ahora están o subordinadas o distraídas; cuando aborde cuestiones como el “dumping” fiscal, cree incentivos para la innovación y la producción socialmente útil, desarrolle una banca pública que corrija la excesiva voracidad de la privada, y marque las líneas maestras para una distribución más solidaria de bienes de civilización importantes (salud, educación, vivienda, energía limpia) de modo que todos tengamos acceso a ellos.

Entonces la salida de las crisis aparecerá como un remedio eficaz para todos; obra de cooperación y de solidaridad, y no boccato di cardinale para unos y duelos y quebrantos para los más. Que así sea.