jueves, 30 de diciembre de 2021

CONTRAPUNTO, LOS NÚMEROS DEL AÑO

 


“Pero lo nuestro es pasar / pasar haciendo caminos / caminos sobre la mar.” (Contraluz en el mar Egeo. Foto compartida del muro de Montserrat Cardona)

 

Dutton Peabody, seguramente lo recuerdan ustedes, era el director, redactor, corrector, linotipista y mozo de limpieza de la Gaceta de Shinbone. Una noche en que volvía al local del periódico y residencia privada propia, algo cargado después de una larga celebración en el saloon de la victoria electoral del héroe local Random Stoddard sobre el facineroso Liberty Valance, este le dio una paliza terrible y arrasó el local. Cuando el Doc, tan borracho como el propio Peabody, acudió a prestarle los primeros auxilios, el plumífero soñaba ya con los titulares de la Gaceta el día siguiente: «Liberty Valance tomándose libertades con la libertad de prensa».

Yo estoy en la misma situación de Peabody, en mi blog. No por apaleado, quiero aclarar, sino por factótum. Saco los temas para mis entradas de las noticias de la prensa diaria, de mis lecturas y de mis vivencias personales, profesionales y familiares. Me expreso con entera libertad, es el privilegio de la vejez, pero procuro no insultar a nadie ni faltar a esa cosa tan imprecisa que algunos/as llaman buen gusto. Probablemente no lo consigo del todo, y en la medida en que así sea pido sinceras disculpas.

Este es el momento de trazar un balance de resultados del año. En los últimos 12 meses, con entradas casi diarias (330), las visitas han sido 66.500. Casi todas ellas (52,5 mil) en España; el resto en Estados Unidos (5,55 mil), Grecia (lógico, puesto que paso aquí algunos meses al año), Alemania, Suecia, México, Colombia, Reino Unido, Irlanda, Francia, Paraguay, Argentina y Rusia, como países más destacados. Algunas de estas procedencias me resultan sorprendentes, pero es lo que señala el conteo.

La entrada que ha recibido más visitas del año es el homenaje a un gran amigo fallecido: «Nos ha dejado Javier Aristu» (septiembre, 1054 visitas). Las cuatro siguientes se refieren, y era esperable, a cuestiones políticas y sindicales. Son, por este orden, «La Justicia se echa al monte», «El sindicato y/o/con/sin el partido», «No caigamos en la trampa de no caer en la trampa» y «Ya no estamos todos en el mismo barco». La media de visitas por entrada en este último año ha sido de 201,5. La difusión en Facebook ha facilitado mucho el seguimiento de mis ocurrencias por parte de amigos fieles que, en muchos casos, comparten mis entradas con sus propios círculos de amistades.

A todas y todos, mi agradecimiento más profundo, tanto personal como en mis funciones de autor y editor. Nos seguimos viendo el año 2022, que empieza bajo los mejores auspicios pese al recrudecimiento de la pandemia, por el esperanzador consenso social sobre la reforma laboral, y por la rabieta destemplada que ha provocado el hecho en el líder de la oposición en el Congreso, un suceso que también conforta lo suyo.

Feliz año, pues, y gracias a todas/os.

 

martes, 28 de diciembre de 2021

PRAXÍTELES Y LA DIOSA


 

Afrodita de Cnido. Copia romana de la obra de Praxíteles, que se guarda en los Museos Vaticanos.

 

Fue posiblemente el mayor “hit” comercial de la Antigüedad. La ciudad de Cnido, en el extremo más occidental de una península del Asia Menor, multiplicó sus visitantes. A toda hora había colas en el templo de Afrodita para ver la estatua de la diosa. Como pasó entre nosotros en cierto momento con el “Guernica”, todo el que contaba en el ecúmene helenístico quería tener una copia en su casa. Hoy en día subsisten más de doscientas estatuas o estatuillas, pinturas o joyas con la efigie de la Cnidia.

Todo empezó cuando los munícipes de Cnido decidieron trasladar el asentamiento de su ciudad a un lugar más idóneo, junto al mar, y después de edificar monumentos nuevos quisieron renovar también las imágenes de sus templos. El estreno mundial había de producirse en el año 360 aC, y se encargó la imagen principal del renombrado templo de Afrodita al escultor de moda en Atenas, el joven y rompedor Praxíteles, hijo del también tallista Cefisódoto el Viejo.

Praxíteles tenía cierta fama de calavera. Estuvo enredado en un happening memorable, cuyos ecos dieron la vuelta a toda la Grecia europea y asiática más las islas. La cortesana Friné apareció en las playas del Pireo como viniendo de mar adentro y vestida solo con su hermosura, en celebración del nacimiento de Afrodita. Los defensores rancios de la moral la llevaron a juicio, por burla sacrílega de la divinidad. La muchacha compareció ante el tribunal envuelta en un manto adorable, peinada y enjoyada primorosamente. Su abogado la colocó ante los jueces, todos ellos por supuesto varones de cierta edad, y dijo algo así como: “Ruego a sus señorías que examinen detalladamente, para mejor comprensión del intríngulis, el corpus delicti, o sea lo que estamos juzgando aquí”. Y de un tirón despojó a Friné del manto, que era su único vestido. Los jueces examinaron detenidamente la pieza de convicción y sentenciaron por unanimidad y aclamación la inocencia de la acusada. Así funcionaban las cosas entonces.

Praxíteles era amante titulado de Friné; puede que los cnidios pensaran en ella al pedirle una escultura femenina desnuda de cuerpo entero, o tal vez la idea fue enteramente cosa del artista. Lo cierto es que no se estilaban hasta ese momento las diosas desvestidas. Había estatuas de desnudos, pero en los burdeles, como reclamo, o bien en escenas tópicas, muy populares y repetidas, en las que se quería expresar una situación de violencia y humillación de género: ya fueran la hija de Príamo, Casandra, violada por Áyax Oileo aferrada al pedestal de la diosa Atenea; las mujeres lapitas acosadas por los centauros, o la ninfa Perséfone con la ropa arrancada por un Hades impaciente que la conduce en su carro, raptada, a los infiernos.

Se tenía la desnudez masculina por heroica y apoteósica, y en cambio la de la mujer era considerada un símbolo de degradación y de vergüenza.

Todos esos sobreentendidos de la tradición artística cambiaron con la estatua de una Afrodita plasmada en mármol de Paros e irresistiblemente atractiva, además de orgullosa, en su radiante desnudez. El peso del cuerpo descansa en la pierna derecha, la cabeza se inclina ligeramente a la izquierda, una mano cubre pudorosamente el pubis y la otra se alarga a recoger el manto, colocado encima de una hidria, recipiente que se utilizaba para aceites aromáticos y ungüentos. Todo ello sugiere que acaba de emerger de un baño, pero la toilette ha empezado ya, porque los cabellos rizados están elaboradamente peinados con raya en medio y sujetos con dos cintas, formando un pequeño moño en la nuca. La sonrisa es indefinible.

Una leyenda que corrió en tiempos antiguos dice que el producto fue ofrecido primero por Praxíteles a la ciudad de Kos, que lo consideró demasiado atrevido y prefirió una diosa vestida. La arqueóloga cuyas notas sigo en este ejercicio de redacción, Angelikí Kottaridi, opina que se trata de un bulo. Los cnidios, en cualquier caso, estuvieron encantados con su diosa. Siglos después, la Afrodita de Cnido viajaría a Constantinopla, al palacio de Lausos, y desaparecería en el gran incendio del año 475 dC, durante las luchas de facciones por el trono de Bizancio.

Cuenta Kottaridi una ocurrencia que revela la popularidad de que gozó la estatua y, de paso, el sentido del humor de los griegos antiguos. Se decía que la propia Afrodita, en el Olimpo, sintió curiosidad por ver el prodigio del que todo el mundo hablaba, de modo que voló hasta Cnido, entró en el templo en horas de cierre, y contempló a su sabor la imagen, de dos metros de altura, por delante y por detrás. Quedó satisfecha del resultado, pero algo pensativa:

“Ese Praxíteles”, habría comentado, “¿cuándo ha podido verme a mí desnuda?”

 

lunes, 27 de diciembre de 2021

TÓMATE UNA TILITA PARA EL CUERPO, MACARENA

 


Sindicalistas de clase, secundum Macarena Olona.

 

Macarena Olona, portavoz adjunta de Vox, describió en una intervención en el Congreso a los sindicatos de clase como “perros rabiosos”, “sobornados” por la ministra de Trabajo para “incendiar la calle” y traicionar así a los trabajadores y a su verdadera (?) representación. Se dan en esa argumentación exasperada dos características apuntadas en una entrada importante del blog de culto Según Antonio Baylos (1), a saber: la inversión y la proyección.

La inversión significa que doña Macarena se pone en modo “perra rabiosa” para acusar a los sindicatos justo de lo mismo que está haciendo ella, morder y hacer daño sin medida ni sentido; la proyección quiere decir que sus íntimos deseos ─incendiar las calles─ los proyecta Olona a la actitud de Yolanda Díaz, que ni por activa ni por pasiva ha pensado jamás en tales cosas. Arrastrada además por su vena dialéctica incendiaria en el "templo de la Palabra” como llama al Parlamento, la Portavox llamó “fea” a la ministra, tal vez en otra proyección dialéctica, debido a que ella misma se sentía así de mal.

En cualquier caso, lo feo fue su discurso. En los Diarios de Sesiones jamás quedará plasmada una intervención de Díaz tan retorcida, salida de tono e insultante. Olona salió a la palestra, no a la ofensiva, sino a ofender. Son cosas muy distintas.

Señala Baylos en su blog otra característica de la derecha actual: el sentido de propiedad privada, la “exclusiva”, que tiene de las instituciones que son públicas y comunes a todos. Nuestras derechas manejan la Constitución como les da la gana, tergiversando sentidos y omitiendo preceptos, porque la consideran suya. Se niegan a renovar el Poder Judicial porque también se han apropiado de él. Y reclaman el Gobierno de la nación a voces destempladas, porque no conciben la intrusión de la chusma ─incluidos los “perros rabiosos” que participan en algo tan aberrante para la derecha como es el diálogo social, cuando lo que a ellos les pide el cuerpo es el “ordeno y mando”─ en el territorio sagrado de un Poder y una Jerarquía enhiestamente verticales.

Tómate una tilita para el cuerpo, Macarena.

 

(1) Https://baylos.blogspot.com/2021/12/los-perros-rabiosos-y-la-degradacion.html

 

sábado, 25 de diciembre de 2021

COMUNICACIÓN NO VERBAL

 


Imagen oficial de Gudea, legislador de Lagash (Mesopotamia), hacia 2130 aC. Museo del Louvre.

 

No soy un fan de los discursos de la Corona, no los veo ni siquiera como obligación autoimpuesta para poder luego criticarlos.

Pero me interesa la opinión al respecto de los expertos. No es difícil hacerse una idea de lo que fue la sesión del otro día en el entorno protector de la Zarzuela, si uno planea por los artículos editoriales que le ha dedicado la prensa generalista. Muy rígido y desganado tuvo que estar Felipe para que los escribas sentados exhiban tanta rigidez y convencionalidad en sus reseñas.

Patricia Centeno, experta en comunicación no verbal, ha dado un paso más allá en su blog, según leo en el Huffington Post. Esto es lo que dice, para empezar:

«“No canta, ni baila y ya no es guapo. ¡Pero no se lo pierdan! Dediquen 13 minutos y 20 segundos de su vida a escuchar a un hombre sentado que no va a decir NADA (por lo menos, interesante).»

Trece minutos y veinte segundos son, sin embargo, demasiado tiempo en estos días de ajetreo para dedicarlos a la comprobación rigurosa de la NADA. El resumen telegráfico de la experta sobre la ordalía es ya suficiente: «Por qué somos tan carcas?»

La monarquía constitucional no es en sí misma buena ni mala. Resulta un tanto desfasada en un mundo en el que la función de representación recorre otros parámetros y tiene fundamentos muy diferentes; pero hay lugares donde, mal que bien, la institución funciona.

Entre nosotros, no. Por el contrario, se ha convertido en un problema añadido. No solo tenemos una democracia de baja calidad, sino una monarquía en la que el desiderátum viene a ser una persona sentada, de aire ausente, declamando una felicitación navideña desangelada.

Porque la alternativa campechana es mucho peor.

 

jueves, 23 de diciembre de 2021

POPULISMO DE CAMPANARIO


 

Torre-campanario de Castielfabib (Valencia)

 

Comenta certeramente José Luis López Bulla (1) que los males del Partido Popular no se resumen en la nulidad de Pablo Casado, sino que vienen de origen. Es así, y esa es también la razón de que Isabel Ayuso, lideresa indiscutible de la plaza fuerte de Madrid, no valga como dirigente nacional. El precio de enfrentar unos territorios con otros consiste en que, después, los “otros” se niegan tozudamente a votarte. Ya puedes vocear que Madrid es un modelo de éxito; en Castielfabib, población situada en la comarca del Rincón de Ademuz, esas proclamas desde la capital suenan a música celestial, en el sentido más peyorativo del término.

Cada uno de nuestros diversos nacionalismos de campanario ha optado por refugiarse en su propio nicho ecológico y aborrecer todo lo que huela a biodiversidad. Incluso Vox, que cuenta con el feed-back de cuarenta años de adoctrinamiento en el totalitarismo, parece haber llegado a sus límites de expansión naturales. Mola en las terceras edades, pero pincha entre quienes nunca fueron beneficiarios de aquel lejano inmovilismo tan confortable.

Tenemos aquí y ahora un conflicto novedoso con una de esas verdades políticas plurigeneracionales que nos han sido transmitidas de boca a oreja. Hemos desgarrado muchas vestiduras y dado abundantes golpes de pecho lamentando la fragmentación y el cainismo de las izquierdas, frente a una derecha capaz de sofocar todo tipo de querellas internas para presentar en las lizas electorales un frente monolítico, de tan homogéneo.

Pues bien, ahora está ocurriendo lo contrario. Ayuso y Casado airean frente a los focos de los medios de comunicación sus querellas domésticas, Feijoo se desmarca, Murcia se diluye, Mañueco rompe con los restos de Ciudadanos y convoca elecciones en Castilla y León, Moreno Bonilla apura la fontanería en Andalucía porque las cuentas no acaban de salir, y Mariano Rajoy asegura no haberse enterado nunca de que existía una caja B. El paso siguiente será no recordar quién era el jefe del Gobierno cuando gobernaba él: “Yo no llegué a conocer nunca a ese M. Rajoy del que usted me habla. No me fue presentado.”

Mientras, el PSOE ha conseguido normalizar el diálogo con autonomías de las que en tiempos no quería ni oír hablar; y a su izquierda empieza a aglutinarse una plataforma que podría ampliar el horizonte plano que se atisba desde lo alto del campanario de la parroquia, para planear por encima y más allá de los montes.

Cuidado, el “modelo campanario” aún tira mucho también en la izquierda. El Papa Luna lo instauró hace seis siglos en Peñíscola bajo el lema de “Pocos pero buenos”, y añadió que toda la Iglesia católica cabía entre los muros del castillo roquero de su familia. Hoy siguen proliferando las start-ups que, siguiendo su ejemplo, desdeñan los grandes movimientos de masas, siempre peligrosos por la imposibilidad de un control adecuado desde el cuartel general, y proponen en cambio para su entorno ideológico inmediato una “boutique con encanto” secundum la ortodoxia dictada por el o la profeta de turno.

Insisto. Las cosas son como son, pero las tendencias dominantes de la meteorología para la próxima temporada indican la posibilidad de formación de frentes amplios a la izquierda, y de turbulencias locales eventualmente de gran intensidad en el territorio de las derechas.


(1) Ver http://lopezbulla.blogspot.com/2021/12/el-partido-popular-como-problema.html

 

martes, 21 de diciembre de 2021

EL RELUMBRE DE UN MUSLO

 


En la entrada de la exposición Kál·los (The Ultimate Beauty), nos recibe la imagen en mármol que tienen sobre estas líneas. No es una pieza “consagrada” como podrían serlo la Venus de Milo, o la de Cnido, o la Calipigia, u otros cánones universales de belleza estática, basada en la armonía de unas proporciones perfectas; sino un remolino que se agita en todas direcciones y nos deja una impresión de fugacidad.

Pero quizás la fugacidad es la primera condición de la belleza, de modo que me parece adecuada la elección de Nikolaos Chr. Stampolidis, supervisor general de la muestra, de abrir el recorrido museístico con esta pieza en concreto.

Se trata de la Danzarina Laconia encontrada, hecha pedazos, en la villa de Herodes Ático en Eua, localidad del Peloponeso que más tarde tomó el nombre de Louka. La figura, con los vacíos interpuestos en los volúmenes marmóreos como los habría dispuesto un artista de las vanguardias del siglo XX, se guarda hoy en el Museo Arqueológico de Astros. Debió de formar parte de un grupo escultórico obra de Calímaco (Kallimachos), datado hacia 420-415 aC, que ocupó un lugar destacado en un templete próximo al Erecteion, en la Acrópolis de Atenas. Las guerras en curso por entonces entre laconios (espartanos) y atenienses debieron de hacer retirar el templo y sus estatuas, y siglos después Herodes Ático, gran organizador de trabajos públicos y coleccionista riquísimo, se llevó la figura de la danzarina a una de sus villas.

El punto que importa para la reflexión estética es que la muchacha está dando un salto. Vean ese pie en el aire, buscando el siguiente apoyo en el suelo para completar una figura de danza. Ella viste un peplo laconio, con aberturas en los costados para facilitar el movimiento, y un manto que en ese momento revolea a sus espaldas siguiendo el torbellino provocado por sus movimientos. El peplo se ha descolocado al saltar, y deja relumbrar al aire un muslo desnudo hasta la cintura.

Un pie tanteando el aire, un manto que revolea, el relumbre de un muslo, se conjugan en un instante apenas, mágico, que provoca un ¡oh! de asombro. La belleza no es eterna sino instantánea, en su origen. Es el artista, en este caso Calímaco, quien la apresa para convertirla en eterna. Lo mismo hizo siglos más tarde Leonardo, con aquella sonrisa fugitiva.

 

lunes, 20 de diciembre de 2021

SIGNIFICATIVO DECLIVE DE LOS VENDEDORES DE CRECEPELO MILAGROSO

 


Malos tiempos para la lírica dispensada por los magos de Oz de todo pelaje (fotograma promocional de la película de Victor Fleming, 1939)

 

El éxito de Donald Trump frente a Hillary Clinton en las elecciones a Lo Más de lo Más marcó el inicio de una etapa de auge de los vendedores de crecepelo milagroso (en adelante VCM) por todos los rincones de la aldea global. Ustedes saben quiénes eran los citados, dieron mucho juego en el Medio Oeste en la época en que Mark Twain hizo recorrer en balsa el río Mississippi a Huckleberry Finn, un muchacho blanco sin familia ni educación, acompañado de un esclavo negro fugitivo. Los VCM trabajaban la misma área geográfica y seguían complicados itinerarios para estar presentes en las ferias de los distintos condados y anunciar allí su producto, encaramados a una tribuna improvisada. Las ventas eran por lo general cuantiosas, ya que iban respaldadas por la promesa de devolver puntualmente el dinero a dos semanas vista si el usuario no había conseguido para entonces una cabellera frondosa. El truco de los itinerarios complicados, antes citado, consistía en el arte de no pasar nunca dos veces por el mismo pueblo. Quien lo hacía, ya fuera por inadvertencia o por exceso de confianza, solía terminar alquitranado y emplumado, obsequio de la Cofradía Local de Calvos.

Volviendo al principio de esta entrada, llegó un momento en que el menú del capitalismo neoliberal patrocinado por el complejo militar-industrial se estaba haciendo monótono y un punto desabrido. Durante cierto tiempo uno puede obtener cierta audiencia predicando que si la actividad económica se enfoca tenazmente al objetivo de enriquecer más a los ricos, estos acabarán por hartarse de nadar en millones y cederán graciosamente una porción de sus rentas para beneficio del mindundi. Es una actualización de la clásica historia evangélica de las migas sobrantes del banquete del Señor que alimentan a los mendigos, los discapacitados y los leprosos.

El VCM vino a irrumpir en este esquema dudoso con una fuerza prodigiosa, porque proporcionaba a la gente común una sencilla vía antisistema que no caía en el temido comunismo. Los diversos crecepelos ofrecidos a la concurrencia no estaban homologados por la Administración, qué va, ni sufrían gravámenes fiscales abusivos, eso nunca. Se basaban en todos los casos en una vieja receta del abuelo preparada con fluidos enteramente naturales, y sus efectos prodigiosos se mantenían ocultos con la finalidad de burlar la paranoia represiva de la aborrecida Agencia Estatal de Lociones Capilares. Usar diariamente el crecepelo milagroso no solo garantizaba la posesión de una cabellera leonina, sino que era un acto supremo de libertad individual y de desafío a los chupópteros de siempre.

La caída de Trump por unos miles de votos en Georgia, precisamente el estado que era la niña de sus ojos, anticipó el lento ocaso de los vendedores de un neocapitalismo neomilagroso consistente mayormente en la divisa “Don’t Worry, Be Happy” aplicada a la macroeconomía. Hemos visto luego caer uno detrás de otro a especímenes singulares de VCM, sobre todo en el continente americano. El último ha sido el chileno José Antonio Kast Rist, batido en los comicios de ayer por el progresista Gabriel Boric después de haber liderado las opciones en la primera vuelta.

La áspera coyuntura que vivimos aporta malos presagios para nuestros esforzados VCM autóctonos, que abominan de las vacunas del establishment al tiempo que agitan sus frascos de crecepelo Made in Caudillo asegurándonos su eficacia sin par. También nos dicen muy serios que, ejem, caso de que el producto no aporte resultados sustanciales, se nos devolverá nuestro dinero en su integridad, salvo las salvaguardas previstas en la letra pequeña de la vigente Ley Mordaza.

Si no les creen de entrada, o están ya escarmentados, vayan preparando el alquitrán y las plumas.

 

domingo, 19 de diciembre de 2021

EL ALEGRE TARAMBANA

 


Al Pacino y Andy García ejemplifican el traspaso de poderes en el interior de una saga familiar de tonos sombríos (fotograma de “El Padrino III”, de Francis Ford Coppola).

 

Leo en El País que Pablo Casado «enfada a todos los sectores del PP con una estrategia que bascula entre moderación y  radicalidad». La firmante, Elsa García de Blas, se pasa de eufemismos; ni hay “estrategia” que “bascula”, ni la “moderación” y la “radicalidad” tienen nada que ver en el invento. Más adecuado sería decir que Casado patina, o que vacila en el sentido cheli de la voz “vacile”. Afirmar, por ejemplo, que en los colegios catalanes no se permite ir al baño a los niños que lo piden en castellano, no obedece a ninguna estrategia moderada ni radical, es una gansada zafia que empreña a todo dios y le quita otro puñado de intención de voto al PP.

Hoy Peridis dibuja a un minúsculo Pablito apretado entre el anca poderosa de Ayuso y el tripón eminente de Abascal, que practican ─dicen─ un achique de espacios coordinado. Todo el mundo se ha dado ya más o menos cuenta de que el alegre tarambana es un inútil casi perfecto que mariposea detrás de los problemas, estropea los eslóganes que le ofrecen sus escribas sentados, corre a ponerse en primera fila en las fotos de las que debería abstenerse, y rehúye cualquier gesto susceptible de conseguirle alguna credibilidad. Incluso el Consejo del Poder Judicial, según noticias recientes de la prensa, está perplejo ante su manera de enfocar los asuntos.

He aquí una cuestión de la que no se puede echar toda la culpa a Mariano Rajoy. Mariano dejaba hacer a su alrededor. “Sé fuerte”, decía a sus íntimos mientras les dejaba despeñarse. Quien movía la caja “B” de cambios del automóvil conservador era Soraya, y en consecuencia toda la Curia de los Maitines se conjuró para que la sucesión en el trono genovés recayera en cualquiera menos en Soraya. Cospedal y Margallo se postularon a sí mismos, pero estaban muy maniatados por un riguroso marcaje a pares en todo el campo. Se buscó entonces a alguien nuevo, fresco, inocente, incontaminado por el tufo rancio de Génova (una sede condenada fatalmente a un desahucio en diferido). Y se encontró a ese alguien en Palencia, muy crudo aún, pero presentable después de un apresurado baño de carrera universitaria “ful” más diversos másteres no presenciales firmados a toda prisa por tutores benévolos, a fin de darle una pátina de cultura de la que carecía casi por completo.

Lecciones de economía y de política práctica no recibió el muchacho. Sean ustedes comprensivos, ¿quién iba a dárselas en aquel patio de Monipodio, ahora que tanto Rodrigo Rato “el Mago” como Luis Bárcenas “el Padrino” estaban en la trena?

La operación podía, tal vez y con mucha suerte, haber salido bien, pero la Ley de Murphy señalaba, en cambio, que saldría mal seguro. Ahora el PP tiene lo que anduvo buscando: alguien lo menos parecido posible al dinosaurio inmóvil que fue, durante los peores años de gobierno democrático de España, Mariano Rajoy. Feijoo, que ha recomendado recientemente más prudencia al muchacho, y la intrépida Ayuso, que le exige más marcha, serían los recambios naturales del tarambana, en el caso de que el PP deseara tener una estrategia, basculante o no. Pero los dos están encariñados con su respectiva baronía. Dónde iban a estar mejor que en Compostela uno, y en Sol-Vodafone la otra.

 

sábado, 18 de diciembre de 2021

DEL CUENTO DE LA NAVIDAD AL DE LA BUENA PIPA

 


Bosquejo preparatorio según previsión ponderada para la Cabalgata de los Reyes del próximo 5 de enero (Míkonos, años sesenta).

 

Parece rigurosamente confirmado que no tendremos fiestas de Navidad este año. Las autoridades ya se habían puesto serias con la Familia del Portal, que carecía de pasaporte covid y pretendía montar un macro botellón con pastores, magos y soldados de Herodes, amén de diversos animales domésticos, sin la preceptiva autorización administrativa. Ahora tampoco los Reyes han recibido autorización para venir, ya que serían propagadores potenciales del peligroso virus ómicron, desde Oriente hasta nuestros hogares pasando por Sudáfrica.

En La Vanguardia leo en titulares (no puedo ahondar más porque no estoy registrado) los datos crudos del problema. Titular 1: «La Navidad ya no es lo que era: los españoles gastarán un 30% menos que en 2007». Titular 2: «La expansión de ómicron amenaza con desbordar los hospitales en Navidad».

Es decir, por uno de esos movimientos amplios de la opinión que desbaratan los planes mejor urdidos por los algoritmos del mercado global, este año no vamos a gastar nada que valga la pena en juguetes y gollerías, y en cambio nos pelearemos por conseguir la intubación en una cama de UCI en un Zendal cualquiera.

Propongo subir a Miguel Bosé, Iván Espinosa y Victoria Abril en sendos borricos (el caché de los dromedarios está por las nubes), para la cabalgata inexcusable. En el Portal de Belén, la mula y el buey habrán de apañárselas para suplir con algún decoro a los titulares tradicionales del evento.

Será la sexta ola. Ya hay más mutaciones virales esperando turno, la próxima tendrá por nombre “pi”. En tiempos antañones se decía que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. ¡Dos veces! Se impone una actualización urgente: llevamos ya seis veces, y los mismos siguen tropezando en la misma piedra con el mismo entusiasmo inconsciente de que lo que importa es la economía. Ayuso dice que pasa del tema.

A propósito, noticia 3, de El País: «El Banco de España recorta la previsión del crecimiento en más de dos puntos».

De modo que, este año, tampoco la economía. En lugar del Cuento de la Navidad, nos vienen con el de la Buena Pipa.

 

viernes, 17 de diciembre de 2021

FANTASMAS DE NUESTROS FANTASMAS

 


Tumba que guarda los restos de Rodrigo Díaz y su esposa Jimena, en la catedral de Burgos.

 

Es una idea de Mohamed Mbougar Sarr, el ganador del último Prix Goncourt con “La plus secrète mémoire des hommes”. Esto es lo que dice (pp. 204-05, traducción mía): «Creemos, con la fuerza de la evidencia, que el pasado regresa a habitar el presente con sus pesadillas. Deberíamos considerar que la situación inversa es por lo menos igual de cierta, si no más, y que somos nosotros quienes importunamos sin dar punto de reposo a quienes nos han precedido. Somos nosotros los verdaderos fantasmas de nuestra historia, los fantasmas de nuestros fantasmas.»

La idea me parece justa, en líneas generales. Sentimos con frecuencia que un pasado monolítico gravita pesadamente sobre nosotros, pero no es eso lo que ocurre en realidad, sino exactamente lo contrario: somos nosotros mismos quienes acudimos en busca del pasado y forzamos la historia común en el sentido que interesa a nuestras expectativas de presente. Periodistas y tertulianos se encaraman con desenfado a horcajadas de los mitos intocables de la Nación, esta o aquella, una u otra, y nos sacuden desde las alturas con lecciones sesgadas sobre todo lo que no nos es posible hacer porque rompería sin remedio el cordón umbilical que nos vincula a los orígenes de nuestro propio ser.

La Transición, la Constitución, la Monarquía, el Sepulcro del Cid, no se abalanzan sobre nosotros desde las sombras; es, por el contrario, nuestra generación la que se abalanza sobre ellos, los manipula, y sobrecarga cada concepto con un sentido trascendental que en ningún caso tenía en el momento en que floreció de forma efectiva sobre esta tierra.

Se diviniza el pasado. Proliferan y se extienden sin medida las Tablas de la Ley. Pero no es culpa de ellas, nosotros lo exigimos. La Historia ha dejado de ser una ciencia objetiva para convertirse en un alegato: se está escribiendo una Historia de España diferente para cada posición política. Y la Lengua materna misma aparece en algunas actitudes, no como un instrumento de conocimiento y de comunicación, sino, al contrario, de rechazo y de exclusión.

De modo que la acción política se ha convertido en un campo minado. El tema genera sorpresa, al parecer, en las cancillerías extranjeras. Nadie, fuera de la piel del toro, acaba de entender que cualquier iniciativa gubernamental sea demonizada por los políticos de la oposición como contraria a la fe y las costumbres, y como un atentado alevoso a este o aquel tabú sagrado de una tribu que presumía de haberse liberado de todos los tabúes.

Si esto sigue así, España se convertirá en una procesión de ánimas, una Santa Compaña vagando quejumbrosa por los senderos enmarañados de un territorio vacío, entre maldiciones ahogadas, latigazos en los lomos y arrastrar de pesadas cadenas.

 

jueves, 16 de diciembre de 2021

PODEROSA ARTEMISA

 

Woody Allen se quedó con Afrodita, siguiendo la misma inclinación de Paris un montón de siglos antes, cuando este la eligió para darle la manzana con la inscripción “a la más bella” que la diosa de la discordia, Eris, había recogido del Jardín de las Hespérides.

De haberme llamado yo Paris (o Woody, para el caso) Rodríguez de Lecea, y de darse la casualidad de que viviera en las laderas del Monte Ida en los tiempos de Mari Castaña, y si me hubiera tocado a mí el encargo malicioso de Hermes de dar la manzana de oro a la diosa de mi gusto, no habría elegido a Afrodita (demasiado obvia), ni a Hera (demasiada adulación a la Jefa), ni a Atenea (demasiado académica, para mi gusto algo montuno).

Ártemis, la Diana romana, habría sido la diosa de mi predilección. Su belleza no es ensimismada, sino transitiva. No busca impresionar al mirón, sino al contrario (lo diga Acteón, que presumió en la taberna de haberla visto bañarse desnuda y fue arrasado por la furia desatada de la divinidad). La belleza de Ártemis es de orden práctico; no hay en ella ni un átomo de postureo, y su arreglo vestimentario está estrictamente dirigido a los objetivos que pretende en cada momento. Se desviste junto a sus ninfas a la hora del baño (es el momento preferido de los pintores voyeurs del rococó, como lo fue el del malogrado Acteón), pero en el momento de batir el monte va como la vemos en la imagen de arriba (imagen mediocre, lo siento, es una foto hecha con el móvil de una lámina del catálogo de la exposición Kal·los, que visité el lunes pasado).

La estatua es una copia romana de mármol, del siglo I aC probablemente, copia de un original griego del IV aC. Fue hallada en una villa urbana de Mesene, en el Peloponeso. La diosa se ha arremangado el quitón (la túnica) dejando un pliegue profundo sobre el vientre, para tener libertad de movimientos de rodillas para abajo. Lo ha hecho por el procedimiento de anudarse a la cintura el himatión (el manto), de modo que este sostenga el pliegue del quitón en su lugar. Va calzada con unas botas magníficas, y lleva los cabellos recogidos en un moño apretado, para evitar que algún rizo se le enrede en el ramaje. Se apoya en el tronco de un árbol, en la mano izquierda sostiene un arco, y la derecha se dirige al carcaj que lleva a la espalda, para seleccionar una flecha. El rostro muestra concentración, el dibujo de la boca es firme. Los expertos señalan afinidades en la cara y el peinado con la Afrodita de Cnido, obra de Praxíteles, pero yo no les haría mucho caso. Así en Cnido como donde fuera, Afrodita se envolvía en enigmas para aparecer más bella; Ártemis en cambio desdeñaba la opinión y se ocupaba estrictamente de sus asuntos, sin rodeos innecesarios ni fastidiosos tiempos muertos.

Son dos arquetipos. Yo venero a Afrodita, cómo no, pero admiro más a Ártemis, por más que sé que, si me entretuviera en dedicarle un piropo, ella me mandaría a hacer gárgaras sin dudarlo.

Así es Ártemis, mírenla. Se apoya en el tronco de un árbol, pero no es por necesidad de reposar sino por afinar con más seguridad la puntería.

 

miércoles, 15 de diciembre de 2021

VIVIR EN EL MUNDO

 


De izquierda a derecha, Javier Aristu, Carlos Arenas, José Luis López Bulla, Javier Tébar y Paco Rodríguez, delante de la Casa de la Vila de Pineda de Marx, primeros meses de 2015.

 

Ya pueden ustedes bucear en los contenidos del número 24 de “Pasos a la izquierda”, que saltó ayer a la nube y a las redes sociales siempre atentas. Una sección de la revista está dedicada a Javier Aristu, que nos ha dejado con solo su recuerdo, en un año por lo demás pródigo en desgracias y partidas prematuras o inesperadas. En otra sección se continúa con la encuesta sobre la situación de la izquierda que ya ocupó las páginas de números anteriores.

Yo he participado en el número con una especie de “rendición de cuentas” acerca del nacimiento de la revista. He procurado incluir a las personas, las ideas motrices y el entorno político, en España y en Europa, que parecían demandar la puesta a punto de una reflexión nueva sobre los cambios de configuración de la realidad que iban apareciendo en luminoso en las terminales de datos metafóricas que manejábamos.

"Pasos" fue una pre-ocupación en la que participamos muchas personas, pero que no agota ni resume el estilo particular, siempre curioso y siempre activista, que tuvo Javier de “vivir en el mundo” y de tratar de influir en el mundo. La sección de la revista dedicada a homenajearlo da una idea de la extensión y la diversidad de sus fructíferas “provocaciones” (empleo la expresión sin el menor sentido peyorativo, muy al contrario).

Destaco en particular de ese ramillete las reflexiones de Carlos Arenas Posadas sobre el libro póstumo de Javier Aristu, un libro que a día de hoy aún no está presente en las librerías: Señoritos, viajeros y periodistas. Miradas sobre la Andalucía del siglo XX. Me habría gustado encargarme personalmente de esa reseña, pero he de reconocer que Carlos la ha plasmado mucho mejor de lo que yo habría sabido hacerlo, con más conocimiento, más autoridad y más fuerza. Es un resumen espléndido del contenido del libro, y un aperitivo ideal para su lectura. Lo encuentran en: https://pasosalaizquierda.com/miradas-sobre-andalucia-reflexiones-en-torno-a-la-obra-postuma-de-javier-aristu/#

   

martes, 14 de diciembre de 2021

CACOFONÍA

 


A veces el milagro de la comunicación social se obtiene por medio de un parche, o pegote, o arreglo improvisado. Ningún esfuerzo sobra. (Calle de Valderrobres, Teruel).

 

En un artículo de opinión en La Vanguardia, hace pocos días, su autor acusaba a CCOO de “tirarse al monte” y torpedear el diálogo social. Lo que había hecho Unai Sordo, sin embargo, era reclamar la derogación completa de la “reforma” laboral vigente por la razón, precisamente, de que esa “reforma” había significado un torpedo por debajo de la línea de flotación del diálogo social.

En síntesis, entonces, el articulista argumentaba que la exigencia de restablecer el diálogo social era irrazonable, porque no buscaba el consenso con la contraparte dentro del marco acogedor de una norma que privilegia a la patronal y deslegitima a los sindicatos. En consecuencia, CCOO no solo hacía mal al torpedear el torpedeamiento, sino que además estaba faltando al respeto debido a los torpedeadores. Solo sería “razonable” para los sindicatos dialogar después de aceptada su propia falta de legitimación para dialogar.

¿Advierten la cacofonía?

No es este del diálogo social el único caso escandaloso para nuestras derechas. Voces procedentes de la política y de los medios de comunicación condenan las condenas al franquismo, y las consideran un delito de odio punible. Entienden ─supongo─ que se ha de ser más agradecido con quien te fusila. Los presos, los represaliados, los expropiados, los exiliados de un régimen totalitario, vienen ahora a reclamar reparación, contra toda lógica basada en el statu quo. Ese asunto está ya cerrado, despotricar del régimen anterior sería puro revanchismo.

En medio de tanta cacofonía tiene que ir abriéndose paso, trabajosamente, una línea política reivindicativa de derechos para todos (y no solo para unos) y de responsabilidades para todos (y no solo para otros). Los avances parciales pero continuados en esa línea se notan mucho por la algarabía que provocan: “A esto no hay derecho”, gritan en tono destemplado los que niegan derechos a la otra parte.

Cacofonía.

 

lunes, 13 de diciembre de 2021

JORNADAS GRIEGAS

 



“Las cariátides (al fondo)”, fotografía de Carmen Martorell. Todo a la vista. Posamos Carles y yo, con la fotógrafa haciéndonos a los tres un selfie en la Acrópolis, con el Erecteion (la tribuna de las cariátides a la derecha, las columnas a la izquierda) como telón.

 

Funcionó la conjunción astral, y pudimos reunirnos en Atenas todos los protagonistas de la familia: los dos abuelos, los dos hijos con sus respectivas parejas, y los dos nietos ya crecidos. Habíamos querido celebrar nuestras bodas de oro en Venecia, en abril de 2020. Todo estaba reservado, y todo falló por el asalto arrasador del covid. La cuarentena ─cincuentena, si la referimos a años de convivencia─ se ha prolongado año y medio, y el punto de encuentro ha variado también en bastantes kilómetros hacia el este, a lo largo del Mediterráneo.

La comilona fue opípara, compartida en una intimidad estricta. Todo en casa, aunque no todo casero. Mucha alegría, que según dicen dura poco en casa del pobre pero se ha mantenido firme durante dos días. Ganas de charlar largo y tendido, de comunicar a fondo.

Vimos ayer la exposición Kal·los (The Ultimate Beauty) en el Museo Cicládico. Para Carmen y para mí, era repetición de programa. Nos gustó más incluso que la primera vez.

Y esta mañana hemos subido con Carles a la Acrópolis, y repetido comida en casa, con una fuente de macarrones a la boloñesa.

Ahí se ha acabado el “todo x ocho”, porque mañana ya se van Carles y Karina. Cierro la crónica sentimental con una fotografía, esta de Carles, que se remonta al verano de 2009, con dos de los protagonistas de las recientes veladas: mi nieto Mihail haciendo de patito detrás de Mamá Pata Karina.



sábado, 11 de diciembre de 2021

CONCÉDANMELO

 


Una imagen sorprendente para quienes conocemos de buen trecho a sus dos protagonistas. No excluyan que algo nuevo esté tomando cuerpo en los subterráneos de la trama consabida de transversalidades globalizadoras. (Foto compartida del muro de FB de Pau Noy Serrano.)

 

Algún amigo ha expresado su temor de que el paso adelante dado por cinco mujeres de la izquierda llamada “alternativa” (qué bonito nombre es ese, caramba) se reduzca a fin de cuentas a un “más de lo mismo”. En ese movimiento andan implicadas sospechosas tan habituales como la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la dirigente de Compromís Mónica Oltra, puestas en solfa diariamente por la prensa a la que tanto queremos y que tanto nos quiere. Con ellas, y como líder in pectore del grupo, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, una comunista de las de cuernos y rabo.

En cuanto a las otras dos comparecientes, de Mónica García (Más Madrid) se ha dicho ya todo lo malo que se podía decir, y Fátima Hamed Hossain, que las acompañó en la puesta de largo oficial de ese algo que no acaba de vislumbrarse qué será exactamente ni qué recorrido puede tener, Fátima digo, es miembro de la Asamblea de Ceuta en representación del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía. Y compareció con la cabeza cubierta por un velo, cosa que ha dado pábulo a muchas hablillas.

No me veo capaz de aventurar la trascendencia de un primer paso adelante tan patentemente heterodoxo, tan contrario a las normas aceptadas tanto para la política de clase como para el feminismo; pero en ningún caso me parece que se pueda hablar de un “más de lo mismo”.

Más bien, creo que nunca antes habíamos visto nada parecido.

No creo que vayamos por ese camino a un partido político nuevo, confeccionado a partir de retales. Para decirles la verdad completa, no siento un gran interés por la aparición de un nuevo partido político diseñado según las categorías clásicas. En el asunto de la participación política, también deberíamos hacer un esfuerzo por innovar, sin ceñirnos a los cánones tradicionales. En Portugal inventaron una fórmula novedosa de gobierno, y la llamaron (ellos mismos, o sus opositores; no tengo ahora mismo el dato a mano) la “jeringonça”. El experimento parece haber finalizado con la convocatoria de nuevas elecciones, pero no pongan aún la mano en el fuego.

Pues bien, Pablo Casado dio por una vez en el clavo cuando calificó, a la constelación de mujeres que he tenido el gusto de presentarles, el “aquelarre”.

Estén atentos a lo que pueda dar de sí esta reunión de “brujas” de la izquierda política. De momento, la más cualificada de todas ellas posa ─en la imagen que pueden saborear sobre estas líneas─ en compañía del Pescador de almas, en la mismísima Barca de este.

Nunca antes, ni siquiera en los tiempos legendarios de la Papisa Juana, habíamos visto un aquelarre con bendición papal, más posiblemente alguna indulgencia plenaria. Concédanmelo.

 

viernes, 10 de diciembre de 2021

CUMBRE COMUNISTA

 


Preparativos para el cafelito de la cumbre comunista, en un rincón recoleto del Vaticano (David HOCKNEY, ‘Greek Café’)

 

Nuestras derechas están diversificando sus saberes en un intento desesperado de atrapar por los pelos a la Transversalidad, esa diosa escurridiza potencialmente capaz de garantizar una mayoría electoral abrumadora, que es lo que ahora mismo echan de menos. Isabel Díaz Ayuso anda estudiando Economía a marchas forzadas, si atendemos a su declaración (en el programa “Al Rojo Vivo” de la Sexta) de que los comunistas entienden tanto de economía como los neandertales de informática. Ella no está dispuesta a quedarse atrás en ninguna de las dos materias.

La comparación de IDA es audaz. Carlos Marx, un tío de Tréveris con toda la barba, escribió con Federico Engels un Manifiesto comunista, y algunos sostienen que sí sabían los dos de Economía, pero nasti de plasti, colega, le preguntas a Marx por Milton Friedman y está pez. Más o menos como si le hablas a un neandertal de ordenadores; lo más probable es que te abra la cabeza con un hacha de sílex.

Los comunistas han mutado, eso es incuestionable. Ya no están donde solían, o sea en Rusia y en Cuba. En Cuba siguen mandando a pesar de todo los chavistas, pero Putin en cambio es un tronco legal, está poniendo en cintura a los nacionalistas ucranios. Sin embargo, se ha abierto un segundo frente comunista donde menos podía esperarse: en el Vaticano, manda huevos. El Papa se ha tirado al monte en compañía de los sindicatos (los sindicatos tampoco entienden de economía, dicho sea de paso), y ahora recibe a la Ministra Roja española con toda pompa y circunstancia. “Cumbre comunista”, ha puntualizado Macarena Puentes, secretaria de Comunicación del PP de Madrid, que entiende de comunismo mucho más que un cromagnon de ordenadores. Luego Macarena ha borrado el tuit, que es la manera que tienen las derechas de tirar la piedra y esconder la mano.

Las cosas están yendo mal para los rancios mantenedores de las esencias. La vieja Santa Alianza entre el Altar y el Trono naufraga. El Altar anda ahora a salto de mata, y el Tronera ha recalado en Abu Dhabi.

Menos mal que, por lo menos, IDA está estudiando economía.

 

jueves, 9 de diciembre de 2021

TAMPOCO ES PARA TANTO

 


Una estrella novísima iluminó la Noche Triste blaugrana.

 

Ayer fue un día histórico: Olaf Scholz, socialdemócrata, fue investido canciller de Alemania, sucediendo en el cargo a Angela Merkel, que ha dejado buen y mal sabor de boca al mismo tiempo. El acontecimiento, del que no se esperan grandes desarrollos europeístas porque Scholz tiene más bien fama de gestor cauteloso de escaso carisma, no apagó, sino muy al contrario, la brillante luminaria de doce puntas encendida en lo alto de la torre de María en el templo de la Sagrada Familia de Barcelona. Ha quedado tan bonita que no sé por qué no se repite la jugada en la Puerta de Brandemburgo berlinesa o en la estatua neoyorquina de la Libertad. No hay más que verlas para darse cuenta de lo bien que quedaría una estrella de doce puntas situada en lo alto de la cuádriga de la Victoria, o en el fuego de esa antorcha que debe iluminar el mundo. Nuestra generación hipertecnológica no debe cortarse un pelo al enmendar la plana a los creadores de épocas caducas.

La noche habría quedado redonda de no ser porque el Bayern le chafó la guitarra al Barça. Estaba prevista una remontada heroica y una clasificación por los pelos, pero algo salió mal. Tal vez Ter Stegen. De mí para ustedes, Ter Stegen podría ser un quintacolumnista, un socialdemócrata patriota camuflado, que quiso rendir homenaje al nuevo canciller. Alguien ajeno a las esencias de la catalanidad.

En cualquier caso, la vida sigue. El Barça podrá encontrar refuerzos en el mercado de invierno para afrontar con garantías la Copa del Rey, su único objetivo viable tal como están las cosas.

Tal como están las cosas. No hagan ustedes mucho caso de una propuesta loca y absolutamente apócrifa que habría surgido de los aledaños de Waterloo, en virtud de la cual podría encontrarse solución a la situación desesperada pero no grave del club blaugrana mediante la puesta en marcha de una DUOC (Declaración Unilateral de Octavos de Champions), que nos situaría en órbita europea mediante el inobjetable recurso de “poner las urnas” y montar un referéndum popular que clasificaría al Barça como decimoséptimo candidato a la Champions. Eso sería una lección de democracia para toda Europa, y atraería la rechifla del mundo contra el Estado opresor. Nuestra recién estrenada estrella de doce puntas iluminaría un novísimo panorama deportivo. La medida contaría con el apoyo incondicional confirmado de Lituania y las Islas Feroe. Se estaría negociando además con Escocia, pero hay flecos pendientes importantes, debido a su intención de incluir en el paquete al Celtic de Glasgow.

 

martes, 7 de diciembre de 2021

ENSEÑANZAS DE UN LIBRO

 


Kees Van Dongen, ‘La violinista’, 1920. Hay un arte referido a la vida, y otro referido a sí mismo, y que se realimenta de sus logros anteriores: un arte por el arte. Cada cual habrá de decidir cuál es el que prefiere.

 

Creo que fue Umberto Eco quien afirmó que un libro trata siempre sobre otros libros. No estoy seguro ni muchísimo menos de que sea así, pero sí hay muchos en los que otros libros ocupan un lugar preferente en la trama. Desde luego, entre ellos está El nombre de la rosa, o un libro como el de Irene Vallejo, que habla del origen y el espíritu de los libros (por cierto, disculpen el aparte, ¿escribirá Irene alguna vez “otro” libro? Me permito dudarlo, se ha visto atrapada por la vorágine mediática y anda perdida por el mundo entre celebraciones, presentaciones y artículos de calderilla, a tanto la docena, para alimentar a una legión de incondicionales, que la pagan con su adoración perpetua. Todo eso está muy bien para ella desde un punto de vista alimenticio, pero me duele su ausencia en el ruedo literario, en el “momento de la verdad” para expresarlo con un símil taurófilo).

El libro que estoy leyendo yo ahora mismo trata señaladamente de otro libro, y por elevación de muchos libros más. Se trata de La memoria más secreta de los hombres, de Mohamed Mbougar Sarr, un senegalés treintañero al que han premiado con el Goncourt por la proeza.

Sarr viene a ser un Roberto Bolaño de otro continente. No es una boutade mía, el título que ha elegido es una cita de Bolaño en Los detectives salvajes, y sus protagonistas, jóvenes y prometedores literatos africanos, son otros tantos detectives salvajes que profesan la religión de un libro determinado, salvífico, cuyo elusivo autor desapareció sin dejar rastro en las bibliotecas ni en las hemerotecas, y posiblemente viva aún, o bien en su defecto haya padecido muerte de cruz y ascendido después a los cielos. La búsqueda del autor perdido y la posibilidad de editar su libro hallado en el Templo, o bien mantenerlo como un sacramento secreto para los iniciados, permean una trama de alguna manera disparatada pero muy potente, para emplear el adjetivo utilizado por mi hijo Carlos, que es quien me lo ha regalado (en francés, todavía no está lista la versión española).

Solo llevo leídas cien páginas de un total de 464. Esto no es una crítica ponderada, ni un juicio de valor. Tampoco un spoiler. Les dejo con un diálogo de cama entre un literato joven y una escritora sesentona ya afirmada en el oficio, a la que él ha acudido en busca de orientación erótico-literaria. La traducción es mía, y simplemente tentativa. El tema de la conversación es, obviamente, la literatura:

« ─ … Convertir cada momento de vida en un momento de escritura. Verlo todo con los ojos del escritor, y…

─ Ahí es donde te equivocas. Ahí os equivocáis todos los tipos como tú. Creéis que la literatura corrige la vida. O la completa. O la sustituye. Es falso. Los escritores, y he conocido a muchos, siempre han estado entre los amantes más mediocres que me ha sido dado encontrar. ¿Sabes por qué? Cuando hacen el amor, piensan ya en la escena en que convertirán la experiencia. […] Cuando les hablo durante el amor, casi oigo sus “murmuró ella”. Viven en capítulos. […] Los escritores como tú estáis atrapados en vuestras ficciones. Sois narradores permanentes. Es la vida lo que cuenta, la obra solamente viene después, y las dos no se confunden. Nunca. »

Eco, Bolaño, Sarr. Añadan aún un nombre, el de Iris Murdoch, autora de El libro y la hermandad, una instructiva parábola acerca de cómo los libros presuntamente sagrados pueden afectar negativamente a la vida de los conversos.

 

lunes, 6 de diciembre de 2021

GOBIERNOS QUE FUNCIONAN DE ARRIBA ABAJO

 


Representación simbólica del Poder del Arriba sobre el Abajo: antesala del templo de Ramsés en Abu Simbel, Alto Egipto. El que se movía no salía en la foto.

 

«La dirección final del Gobierno la marca exclusivamente el presidente del Gobierno», ha dicho la ministra de Defensa, Margarita Robles, en declaraciones a La Razón que leo comentadas en el Huffington Post.

Sin duda Doña Margarita se siente cómoda en esa tesitura, porque sigue afirmando: «Todos los demás ministros, sin excepción, tenemos que comprometer todo nuestro esfuerzo en la tarea de ayudar a que España funcione cada día mejor, dejando de lado cualquier consideración de tipo personal.»

De esas palabras se deduce que el único que conoce la forma de que España funcione cada día mejor (oigan, ¿qué es España exactamente?), es el presidente del Gobierno, el cual, cosas de la democracia formal, casi en ninguna parte, y desde luego no en España, es elegido directamente por la ciudadanía. Eso no es bueno ni malo en sí, lo admito sin tapujos, pero ayuda a establecer cautelarmente ciertas limitaciones y cortafuegos saludables al poder cuasi omnímodo que Doña Margarita supone concentrado en la persona del Jefe.

Siempre ha ocurrido que los que mandan desconfían, no solo de la capacidad del pueblo para saber lo que le conviene (el pueblo no tiene puñetera idea, es el axioma inexpresado de ese sentimiento), sino incluso de la capacidad del “círculo de confianza” para interpretar de forma adecuada las directrices inspiradas del líder, y para cargar resignadamente con el mochuelo cuando, como suele suceder, las cosas no salen como se esperaba.

Esa desconfianza se ha expresado de distintas formas. Don Alfonso Guerra declaró en una ocasión histórica que “el que se mueva no sale en la foto”. Así ocurrió, desaparecieron de la foto unos cuantos. Don Alfonso en cambio sigue ahí, con una conducta ejemplar según sus propios parámetros: es de las pocas personas que han seguido rígidamente inmóviles mientras todo el mundo se movía a su alrededor.

En los partidos comunistas contábamos con el mecanismo del centralismo democrático, que ayudó enormemente al colectivo a sobrevivir en los tiempos oscuros del nazifascismo, pero en cambio acabó con la organización por la vía rápida tras el final del “comunismo de guerra” y el acceso a una democracia para la que la norma uniformizadora resultaba contraproducente.

Etcétera. Estamos hablando de un pecado original del Poder, y es posible rastrearlo en mil y un lugares, incluidos los restos arqueológicos de Abu Simbel.

Las declaraciones de Doña Margarita disparaban por elevación contra Yolanda Díaz, ministra como ella, y cabeza de una porción minoritaria del Gobierno que no está sujeta a ninguna norma interna de disciplina, sino a un pacto de coalición. Somos muchos los que nos sentimos más identificados con la contribución de Doña Yolanda a que España “funcione mejor”, que con la de Doña Margarita, sea esta la que fuere.

En general, y con esto concluyo, somos muchas las personas que preferimos que las iniciativas políticas circulen de abajo arriba, a partir de los impulsos surgidos de esa (p.) base que siempre tiene la desgracia de estar equivocada, según los criterios algo rígidos de nuestras Margaritas. En su formulación última, necesitada de mayor concreción y de un esqueleto robusto de normas adecuadas, nuestra posición política podría llamarse “federalismo”, y estar basada en el principio de subsidiariedad.