miércoles, 31 de marzo de 2021

LA IMPORTANCIA DE LOS AUDIOVISUALES

 


Instalaciones de Tivitré en Sant Joan Despí, oscuro objeto del deseo de dos socios conjurados y mal avenidos.

 

No pudo ser. Finalmente, el Sumo Pontífice de Waterloo negó el placet al joven catecúmeno que ejercía de postulante. El trámite engorroso de la investidura del nuevo govern queda aplazado hasta el 29 de mayo si hubiere mientras tanto fumata blanca, y en caso contrario hasta que los augures concernidos designen una nueva fecha para que la plebe se pronuncie.

La túnica sagrada ha sufrido un nuevo desgarrón. Irremediable, añado, ya que, por definición o por convención, se trata de una túnica sin costura.

Era un caso bastante claro de la fórmula antiquísima: «Al Carles lo que es del Carles, y a Oriol lo que es de Oriol». Y sin embargo, ha habido tironeos arrebatados que han acabado por joder la marrana, que como ha explicado López Bulla en otra parte, no es ninguna cochina, con perdón.

La punta del desacuerdo ha sido la CCMA, es decir y hablando en cristiano viejo, la Corporación Catalana de Mierdas Audiovisuales. En opinión de Esquerra, se trata de una parafernalia aneja al govern, y en consecuencia le corresponde por derecho consuetudinario. Para la Curia legitimista, en cambio, se trata de un pilar infaltable en la arquitectura de lo que llamaríamos derecho procesal, en el sentido de que rige desde las alturas el orden y la proporción de los numerosos meandros del procès.

Resulta que hay distintas concepciones entre los profetas sobre cuál ha de ser el curso tortuoso del procès y su resultado final. Tales concepciones son incompatibles entre ellas, por más que los fieles cierren los ojos a esa realidad y se planteen que todos deben ir a una por el precipicio abajo, y cuando lleguen al fondo ya habrá tiempo de pelearse entre ellos.

Alguien pensará por lo demás, de buena fe, que las Mierdas Audiovisuales no se merecen tanta brega entre hermanos conjurados. Error. Miren hacia fuera y verán la monomanía de Boris Johnson con desmontar la BBC y sustituirla por un aparato de propaganda privado, subrayo la palabra. Donald Trump, en un contexto audiovisual distinto, utilizó como ariete la Fox News, cuando las demás grandes cadenas, incluida la CNN, se negaron a someterse al mando incondicional del baranda. Algo similar a lo que había ocurrido hace ya algunos decenios en Italia, entre la Tivicinque de Berlusconi y la RAI.

Lo que subyace entonces, en el contencioso entre el Papa de Waterloo y la Curia de Pineda de Mar (no confundir con la inmarcesible y heroica Pineda de Marx, que es enteramente otra cosa), es la “privatización” de Tivitré, es decir su transformación definitiva, del medio público que sobre el papel sigue siendo (de aquel estrato geológico solo subsisten en la actualidad algunos leves indicios), en medio privado al servicio de una opción muy determinada de viaje a Ítaca.

El joven Aragonés creía haber cedido lo bastante al conceder la presidencia del Parlament a la quinta columna; pero no ha sido suficiente. No es un caso para Waterloo de “o esto o lo otro”, sino de “esto y lo otro”. El aparato de propaganda, como ya intuyó Goebbels en un entorno parecido de asalto al poder, es absolutamente esencial para el éxito de los golpistas. Es lo único capaz de dar visos de realidad a una ensoñación.

Tampoco fue Goebbels el inventor original del recurso a la manipulación de la realidad, sino aquel loco de Sevilla del que nos habla Cervantes en el prólogo a la segunda parte de su Don Quijote. Recuerden su pregunta a quienes le veían soplar con esfuerzo por un cañuto acoplado en la parte posterior de un perro callejero, hasta dejarlo inflado como una pelota: «¿Pensará vuestra merced ahora que es poco trabajo hinchar un perro?»

 

martes, 30 de marzo de 2021

LA DOBLE LLAVE

 


¡He cerrado la verja de hierro que guarda la entrada

y he arrojado después al estanque la llave oxidada!

Tomás MORALES, ‘Balada del niño arquero’

 

Junts ha anunciado a bombo y platillo su abstención en la segunda sesión de desvestidura prevista para hoy, pero intuyo que podría haber sorpresas.

Hay un indicio material, y es la declaración, que recoge esta mañana El País, de que «Junts exige a ERC unidad de voto en temas soberanistas en el Congreso para investir a Aragonés». Se trata de una exigencia muy asumible por la segunda parte contratante, y tiene la doble virtud de significar muy poco, y dejar a salvo el puntillo de honor por ambas partes.

Hay otro indicio, no material. Junts no puede seguir indefinidamente con el catenaccio y la presión uno contra uno, porque los reglamentos no se lo permiten. En el caso de que torpedee esta segunda sesión y emplace a la contraparte a seguir negociando, habrá perdido la llave parlamentaria de los acontecimientos, que empuña Laura Borrás.

De regreso a la sociedad, se habrá acentuado la parálisis del país, cuestión que a Junts le importa menos que un bledo; pero ERC sentirá gravitar sobre sus hombros una presión social creciente, y una urgencia irresistible a buscar salidas viables.

Aragonés es el único candidato posible para el 52% de la cámara. No se contemplan otras opciones, y esa situación implica una exigencia social y ciudadana muy polarizada hacia Esquerra.

Hay dos posibles salidas, como ustedes saben: la más natural sería que ERC contara con el PSC como socio, pero esa es la que menos gusta en el cuartel general de la formación y en la antecámara perfumada de incienso del Cardenal Junqueras.

La otra salida es el recurso último a los Comuns, dejando que sean estos quienes abran la lata. Es la apuesta original de Jéssica Albiach, y su recorrido es francamente corto. Illa pondría condiciones fuertes para prestar un apoyo externo, y Puigdemont las suyas irrenunciables, y el zafarrancho permanente estaría asegurado. La convocatoria de nuevas elecciones sería más que probable, pasados seis meses y un par de millones de vacunaciones.

Me parece dudoso, de todos modos, que Junts esté dispuesto a correr el riesgo de que ERC se incline por alguna de las dos salidas. Preferirá mantener el control remoto, dejar que la CUP se asegure su libra de carne, y asegurar pro domo sua los favores institucionales que el governet de Aragonés estará más que dispuesto a concederle graciosamente.

Un ejemplo sublime de esa generosidad entre los hermanos de sangre conjurados es el recentísimo acceso de Laura Borrás a la condición de funcionaria del Estado opresor, mediante una oposición fantasmal a una plaza de la UB abominada por la ordenación universitaria “de país” realizada en la época del pujolato por Andreu Mas-Collell. No ha habido convocatoria pública y Laura ha sido la postulante única, porque era la única informada. Ramón Tremosa ha sido al parecer el muñidor del entresijo, un ejemplo elocuente de la democracia rigurosa y la transparencia cristalina de las políticas de nuestros próceres.

Ahora bien, tampoco es enteramente descartable que Junts eche la doble llave oxidada a la verja de entrada, y la arroje después al fondo del estanque en sombra. Junts está en pleno proceso de fuga hacia adelante bajo la divisa del “cuanto peor, mejor”. Los romanos están locos, decía Asterix desde su buen sentido de aldeano galo irreductible. Los procesistas están más locos aún.

 

lunes, 29 de marzo de 2021

TODO FLUYE


El Ever Given de través, en el canal de Suez.

 

El portacontenedores gigante Ever Given, de la compañía naviera Evergreen, quedó atravesado durante seis días en el canal de Suez como el perro del hortelano, que ni comía ni dejaba comer, y en el trance oscureció durante algunos telediarios la pandemia, y llegó a postularse como la nueva “catástrofe del siglo” para el pasado fin de semana. De inmediato se hicieron cálculos escasamente ponderados sobre los chorrocientos miles de millones perdidos en el percance, dado que Suez es uno de los cuellos de botella ineludibles en el tráfico marítimo intercontinental; y se aseveró por casi unanimidad que el suceso suponía un golpe de muerte para el comercio mundial.

Hoy lunes, una vez reflotado el tremendo armatoste y comprobado que, siguiendo la proposición del filósofo Heráclito de Éfeso, panta rei, todo fluye, observo que fluyen también y desaparecen de las páginas de la prensa solvente y de las cadenas televisivas las alertas sobre el gravísimo descalabro, y no aparece nadie que se manifieste dispuesto a plantear modificaciones alternativas a la base estructural de la distribución comercial mundial “just in time”, que pivota en gran medida sobre los portacontenedores gigantes por mar, y los trailers gigantes por carretera.

Recuerdo que el caso Prestige planteó en términos muy crudos (excusen el juego de palabras) el problema de los superpetroleros. Antes, Chernóbil había puesto en cuestión las formas más bestias de producción del volumen de energía necesario en el actual escalón tecnológico planetario. Ahora el Ever Given viene a sumarse a los nombres anteriores para despertar de forma efímera la conciencia de las gentes ante desastres reiteradamente anunciados. De forma efímera, digo, porque las modificaciones del statu quo son mucho más laboriosas. Se establecen moratorias para las nucleares después de su fecha oficial de caducidad, el suministro y consumo de petróleo se sigue considerando imprescindible para la economía, y en El País de hoy mismo se da cuenta en la sección de Ciencia y Tecnología de un (sospechoso) estudio de Nature energy (¿quiénes son esos?) en el sentido de que, cito el titular, «los paneles solares generarán 80 millones de toneladas de residuos en tres décadas».

A contracorriente de ese mainstream dispuesto a darlo todo por bueno siempre que cree puestos de trabajo indecente y no ponga trabas al flujo heracliteano de los capitales globales, me resulta enormemente gratificante leer en elDiario.es un artículo del amigo y catedrático de Geografía Humana Juan Romero, sobre el proyecto de crear en Valencia un gran puerto de portacontenedores, conectado a un gran espacio para terminales de trailers. Lo tienen aquí: https://www.eldiario.es/comunitat-valenciana/opinion/ampliacion-puerto-valencia-hay-alternativa_129_7354515.html

  

domingo, 28 de marzo de 2021

MADRID DISFUNCIONAL

 


La nueva “movida” pandémica madrileña, después del toque de queda.

 

Leo en la Vanguardia la alarma que nos transmite Enric Juliana sobre las elecciones autonómicas madrileñas, y acto seguido me llega, en el mismo sentido, la entrega diaria del blog Metiendo Bulla, una de las fuentes preciosas de opinión que riegan el territorio más bien áspero de nuestra izquierda. Coincido en líneas generales con la opinión de Juliana y de Bulla, pero se me ocurre un añadido importante a lo que ellos dicen, sin embargo: esa embestida (“embestidura”, que escribía un amigo hará un par de días a propósito de Cataluña) perceptible de las derechas no obedece a un plan estratégico global (reconstituir un “centro-derecha” vincente, según el sueño húmedo de Casado), ni tiene visos inmediatos de hegemonizar el panorama político: la moción de censura en la autonomía murciana, por ejemplo, se sofocó en los minutos del descuento tirando de talonario; pero en Murcia capital, la censura salió adelante.

Entonces, el mordiente de la actual ofensiva casadista no obedece a una maniobra de amplio respiro tendente a una recomposición de fuerzas, sino al aprieto creciente en que se encuentra la burbuja madrileña, faraónica, disfuncional y no sostenible, debido a la pérdida de la anterior complacencia de un gobierno central cómplice y colaborador necesario de sus desmanes.

Madrid ha vivido de la extracción de rentas generadas en el resto del país, desde su condición de centro financiero y administrativo privilegiado. La rebaja de impuestos, en particular a las sociedades mercantiles, la ha situado como un remedo de paraíso fiscal, condición magnificada por la insistencia en una arquitectura radial (disfuncional) de la red de comunicaciones ferroviarias y por carretera, que obliga a pasar por el centro de la meseta incluso al corredor mediterráneo. Ambas circunstancias, nada casuales, han generado unas plusvalías continuadas a una autonomía/capital que ha vivido un crecimiento elefantiásico en lo humano y en lo económico, a partir de una visión administrativista del Estado de las autonomías. Ha habido una confusión continuada entre Madrid y España, entre “marca España” y “marca Madrid modelo de éxito”.

El modelo “marca Madrid” no es generalizable, porque exige el respaldo de la capitalidad y del banco central, y ningún otro territorio español continental, insular o africano, lo tiene. No es sostenible, porque implica la puesta en marcha de una aspiradora de recursos periféricos que empobrece el entorno en la misma medida en que enriquece el cogollo, el gratin de la crema cocida al horno financiero. Una reconsideración del modelo de crecimiento en España deberá tener en cuenta estos parámetros y diseñar las correcciones oportunas para que Madrid no sea tan rico, ni la España periférica tan dependiente.

Y ahí están las claves de la nueva “movida” madrileña, de su insumisión a un gobierno central visto como “socialcomunista” y abiertamente confiscatorio. La reclamación genérica de “libertad” se concreta en el ánimo belicoso, por parte de una sociedad muy funcionarizada, de mantener íntegros y bien consolidados los privilegios arrancados y los intereses creados.

Esa “libertad” reclamada podría ganar las próximas elecciones en Madrid, y en cambio perderlas la idea de la solidaridad. Sería un revés para las políticas de progreso y de participación que se están poniendo en marcha desde el gobierno central, pero no sería en ningún caso un órdago de las derechas, una toma del poder por asalto. La situación diferencial de Madrid es peculiar y no exportable. A lo que entiendo, la oposición de las derechas va a tener ahí su fortaleza principal durante bastante tiempo aún.

Sería importante que candidatos como Gabilondo y Errejón tuvieran conciencia de la contradicción principal, no tanto para pescar en caladeros de votos que ahora se desdeñan, sino para plantear una alternativa más consistente al “modelo”. Sin embargo, hasta donde puedo verlo, los dos están situados más dentro de la burbuja que fuera de ella, con más énfasis en los problemas de la corrupción, la polución, la pobreza energética o la necesidad de una sanidad pública (problemas todos ellos gravísimos, en efecto) que en la defensa de una alternativa global, que implique un cambio económico y social de sustancia, en el que Madrid deje de ser esa locomotora financiera del país que reclama continuamente “más madera” desnudando de ella los vagones, como en aquella película de los Hermanos Marx.

 

sábado, 27 de marzo de 2021

#metooWaterloo

 

Lillian y Dorothy Gish hacen la reverencia en la carátula de 'Orphans of the Storm’ (Las dos huérfanas), película muda de 1921.

 

No le den más vueltas, el procesismo templado es un oxímoron, no existe ni puede existir en ninguna parte. El procesismo es en sí mismo “rauxa”, arrebato, un sentimiento profundo y oscuro, un destino fatal. “El corazón tiene razones que la razón no conoce”, tal como lo expresó don Blas Pascal, tal vez antepasado lejano de nuestra Marta Pascal.

Estoy hablando de los clientes del procesismo, no de sus promotores y de sus gestores, que merecen calificativos más duros. Ninguno de ellos es un oxímoron, son simplemente los accionistas de una marca patentada que andan moviendo por los mercados de futuro en busca de primaveras que piquen el señuelo. Antes fue Grand Tibidabo, ahora es la República Catalana con conexión automática #metooWaterloo incluida de serie.

Los clientes de buena fe del procesismo siguen esperando la Parusía. Les gusta la idea de una República; a muchos les gustaría que además fuera social, justa y benéfica. Desengáñense, no se la van a traer los Reyes Magos, y los líderes del actual cotarro están jugando al chicken game, a ver si el hotro se tira antes de la moto que el huno, mientras los dos van lanzados a todo gas hacia el borde del precipicio.

En tan grande polvareda estamos perdiendo a Jéssica Albiach, “orphan of the Storm” exactamente un siglo después que Lillian y Dorothy, huérfana en la tempestad de la investidura. Asens, Pisarello y Doménech, los profetas previos del procesotempladismo fetén, andan ahora al parecer ocupados en otras cosas, y no saben/no contestan cuando Jéssica les pide ayuda para explicar qué está fallando en el plan infalible según el cual los Comuns serán el alma eficiente de un govern templadoprocesista social, junto a ERC y con apoyo externo del PSC. Los cuales, por otra parte, se empecinan de forma reiterada en negar la mayor, pero finalmente no tendrán otro remedio que claudicar, por la fuerza misma de las cosas.

El martes veremos en la tele el siguiente capítulo del serial. Eso si no accionamos el mando a distancia para seguir las desventuras de Rociíto o las hazañas de la selección de fútbol estatal, en la que el coach Luis Enrique se está jugando las habichuelas en paralelo a los esfuerzos de Aragonès i Garcia por llegar a su Ítaca particular.

 

viernes, 26 de marzo de 2021

SESIÓN DE DESVESTIDURA

 


Dios no juega a los dados, dijo Einstein, que al parecer lo sabía de buena tinta; pero ciertos diosecillos menores bastante revoltosos están aún enfrascados en el trance de jugarse a los dados la túnica sagrada, y por esa razón no tendremos hoy en el Parlamentet una sesión de investidura sino de desvestidura del joven Aragonés.

Todo está bajo el control de la augusta Sibila de Borrás, ríanse ustedes de la de Delfos. En el escalafón de la República In Péctore, en lo más alto de la jerarquía está Waterloo, y a su mando estricto y bajo su control omnímodo el Consell de la República, grupo de amiguetes de farra del que acaba de desertar Meritxell Serret, sin que la noticia haya llegado al parecer a las cámaras áulicas, en las que reina indiscutido el silencio de los corderos.

La representante de Waterloo en la tierra catalana es la Sibila Laura, que tiene permiso expreso del Empíreo para hacer y deshacer en su nombre. Laura ha empezado a rodearse de personas de confianza para llevar a cabo el mandato de recrear Cataluña en seis días y descansar el séptimo.

Entre las instituciones que controla (Parlamentet, TV3, Cambra de Comerç, Barça) hay una sola, de importancia residual, que está dejando para el sexto día de la Creación, o tal vez para la décima semana entrante (luego llegaremos a eso). Esa guinda que falta para coronar el comistrajo es el Governet.

Mientras tanto, calma no se apresuren, todo está debidamente controlado. Por ejemplo, ahí queda el proceso de vacunación anti covid, catalogado y clasificado de manera ejemplar para ejemplo del mundo, salvo una pequeñísima franja entre los 66 y los 79 años. Desdichadamente, soy uno de las/los que se encuentran en ella. Nosotras/os habremos de ponernos al final de la cola de vacunación masiva, y como cuando nos llegue el turno tendremos ya más de 90 años y estaremos bastante diezmadas/os, quedaremos de nuevo fuera de turno y deberemos ser redirigidas/os en nuestras sillas de ruedas a la cola especial de los casos irresolubles.

El consuelo que nos quedará en ese trance es que los Mossos no nos dispararán mientras tanto con pelotas de foam, gracias al trascendental acuerdo patriótico alcanzado por ERC y la CUP. Es un alivio saber que la larga espera a la que estamos abocados no se verá amenizada por ese tipo de rigodones con foam. Las fuerzas antidisturbios nos abrirán versallescamente paso cuando nos dirijamos finalmente a los ambulatorios en correcta formación con mascarilla y distancia social, y espero que también nos hagan la ola cuando rompamos escaparates para apoderarnos de artículos de lujo en las tiendas elegantes. No lo digo porque me apetezca mucho la ordalía, pero conviene saber ver el lado bueno que a veces presentan los grandes consensos de país. Tengo el sueño húmedo de lucir una pashmina de Armani.

Puestos a innovar, la sesión de desvestidura de hoy debería ir acompañada por una música sensual que nos pusiera en situación. ¿Verdad que las/los veteranas/os entre ustedes recuerdan la película “Nueve semanas y media”? Bueno, pues algo como aquello de Joe Cocker, You Can Leave Your Hat On, se llamaba. Pere Aragonés no es Kim Basinger, eso es indiscutible, pero ya que le van a birlar la túnica por la que suspira, deberíamos permitirle que se dejara el sombrero puesto.

 

jueves, 25 de marzo de 2021

COMO CUERPO INANIMADO




Retrato ideal de Dante, con Florencia a la derecha y el Infierno al fondo.

 

Io venni men cosí com’ io morisse;

E caddi come corpo morto cadde.

DANTE, Commedia. Inferno, Canto V, 141-42.

 

Hoy hace 700 años más o menos justos (ha habido por medio una reforma del calendario) que murió Dante Alighieri en Ravenna, de resultas de unas fiebres atrapadas al volver de una embajada en Venecia. A su Florencia natal, no pudo volver nunca debido a una condena a muerte no revocada a pesar de mil gestiones, llevadas a cabo por él tanto en nombre propio como mediante el requerimiento de algunos de sus poderosos valedores: el condottiero gibelino Uguccione della Faggiola, por ejemplo, a quien tal vez Dante aludió en el Canto I de su poema como el “Veltro” (el Lebrel) que había de dar muerte espantosa a la Loba (la Violencia) que señoreaba su ciudad. También su esposa, y madre de sus hijos, Gemma Donati (*), trabajó de forma incansable durante años por su rehabilitación cívica, sin resultado.

Cayó, pues, Dante en la fecha del día de hoy de 1321, come corpo morto cade, “como cuerpo inanimado” según versión del poeta Ángel Crespo. El poeta utilizó esa expresión precisa en el Canto V de su Inferno, al concluir el relato de su encuentro con Paolo Malatesta y Francesca de Rímini, dos condenados para la eternidad por el pecado de la lujuria. Francesca era hija de Guido da Polenta, amigo de Dante, que la conocía bien. Los dos jóvenes amantes fueron sorprendidos por Gianciotto Malatesta, hermano mayor de Paolo y marido ultrajado, y atravesados en el acto, juntos como estaban, por un mismo golpe de espada. 

La invención del poeta brilla en particular cuando Dante pregunta al espectro de Francesca cómo pudo incurrir en aquellos dubbiosi desiri (deseos dudosos), y ella le responde lo que el amigo de la familia nunca pudo escuchar en vida de sus labios: “Nessun maggior dolore / che ricordarsi del tempo felice / nella miseria…” Y cuenta cómo leían juntos, solos y sin sospechar nada, la historia de los amores de Lanzarote con Ginebra; y al llegar al paso del primer beso de los amantes, Paolo “la bocca mi baciò tutto tremante.” Allí acabó la sesión de lectura: “Quel giorno piú non vi leggemo avanti.”

Es entonces, al oír la triste explicación puntuada por los sollozos de Paolo, ensartado con Francesca para la eternidad por el acero de la espada asesina, cuando Dante siente una compasión vivísima que le produce, en el poema, un desmayo mortal.

La ciudad de Florencia intentó, siglos más tarde, resarcir a su hijo más universal de la deuda histórica que tenía con él. En un costado de la nave lateral de la iglesia de Santa Croce se erigió en 1829 un mausoleo en cuyo frontispicio campean las palabras «Honrad al más alto poeta». Pero el cuerpo de Dante reposa inconmovible en Ravenna, y el mausoleo florentino permanece vacío. Se diría que el poeta laureado sigue sin perdonar la vieja inquina de sus contemporáneos.

 

(*) He escrito en otra ocasión sobre la leal y afectuosa Gemma, que nunca aparece citada en la obra dantesca, en contraste con la elocuencia desbordante que emplea el poeta al referirse a Beatrice Portinari, vecina y conocida de la familia Degli Alighieri. Ver http://vamosapollas.blogspot.com.es/2017/03/gemma-donati.html

  

miércoles, 24 de marzo de 2021

CABALLEROSIDAD

 


Edward BURNE-JONES, ‘El rey Cophetua y la mendiga’.

 

Ella tiene los pies como Marilyn Monroe
y una tierna
indefensión en los hombros.
Están en una sala y la ventana
descorre sus cortinas a un atardecer
boscoso,
pero es como si fuera
una esfera
de cristal. No se miran.

Olvido GARCÍA VALDÉS. “El rey Cophetua…”, etc.

 

Ahora que ruedan por las televisiones ecos de maltratos de género que afectan a famosas y conmueven a la clase política, quizá conviene recordar cómo eran las cosas en los tiempos en que los hombres de bien prestaban a las féminas la protección de su esforzado brazo, y las féminas eran como jarrones de alabastro de una pureza sin igual, fuera cual fuere su condición social.

El rey Cophetua se enamoró de una mendiga a simple vista, y la convirió en su reina. La leyenda fue puesta en rima por sir Alfred Tennyson y en colores por sir Edward Burne-Jones, gente más allá de toda sospecha. Olvido García Valdés aportó, más de un siglo después de perpetrados los hechos, un comentario en sordina muy tenue, mitad melancólico mitad irónico.

Hay una caballerosidad arquetípica que nunca olvida, antes bien tiende a subrayar, que la categoría de la realeza corresponde al varón, y la de la mendicidad, a la mujer. El varón es fuerte y silencioso, y la mujer en cambio, frágil y deseable. En ese contraste reside la esencia de la voluptuosidad.

Pero no hay miradas ni palabras entre él y ella. En la pintura, la mendiga ocupa el trono y el rey se inclina delante de sus pies de Marilyn Monroe, pero el espectador entiende enseguida que los dos han intercambiado sus posiciones reales, que todo es un juego de espejismos.

Un juego de espejismos que no se expresa de forma pública por caballerosidad, por un respeto ancestral a los mandatos inexplicables de la belleza. Sería un patán repugnante el maromo que de forma pública y entre dos regüeldos acusara a la bella de haber ascendido a esa posición, no por sus méritos morales ni por su deslumbrante belleza, sino por haberse agarrado de forma oportunista y con todas sus fuerzas de una coleta de varón.

 

martes, 23 de marzo de 2021

NO HAY UN LADO BUENO DE LA HISTORIA

 


‘El corro infantil’, pintura de Hans Thoma.

 

Pinto, pinto, gorgorito

Dónde vas tú tan bonito

A la acera verdadera

Pim, pam, pum, fuera.

(CANCIÓN INFANTIL)

 

La acera verdadera solo existe en los juegos del corro, solo la cantan voces infantiles. Siempre es tentador dejarse decir que la Historia nos absolverá, que ella nos dará la razón, que nuestra forma de pensar es coherente con la marcha triunfal de la Historia universal hacia el progreso de la humanidad. Son grandes palabras, bastante gratuitas. La Historia (con mayúscula), sencillamente, nunca hace eso; va a su bola.

Desde esta perspectiva, y justamente por esta razón, pienso junto a otros muchos que la única forma sensata de tratar adecuadamente a la Historia es situarse contra corriente. No exactamente ser antisistema, pero sí escéptico en relación con los grandes sistemas. Y en los momentos trascendentes en que la Historia pretende dar lecciones de un valor universal, dedicarnos a hacer novillos.

Eso no quiere decir que esté en contra de la Historia como ciencia, aclaro; pero sí lo estoy de la Historia como Absoluto, como Fin Último que justifica todos los Medios.

Ha dicho Isabel Díaz Ayuso que si te llaman fascista, eso quiere decir que estás en el lado bueno de la Historia. Es una insensatez, por supuesto, pero también lo es la suposición simétrica contraria: que estás en el lado bueno si te llaman comunista.

Porque no hay lado bueno. Dejemos a la Historia en paz y dediquémonos con menos prosopopeya a procurar que la casa común esté más limpia, mejor ventilada, y pintada en colores más alegres. Que los que vienen detrás de nosotros no se vean obligados a vivir en la pocilga que les hemos dejado en herencia.

Esa es en sustancia toda la historia (con minúscula).

 

lunes, 22 de marzo de 2021

OMERTÀ

 


Involtini de berenjenas. (Fuente, Petitchef)

 

En la Rocca de Corleone se reunieron en fecha indeterminada Don Carlo Piudelmonti, heredero de una larga saga de padrinos benévolos, y Donna Laura Borrassi, la no tan joven mezzosoprano meritoria recién ascendida a la primera línea de la jerarquía.

Hablaron un poco de todo, mientras los sirvientes les traían profusas bandejas de antipasti, que Piudelmonti daba a probar con aire distraído a su adorable pareja de perritos mascota antes de catarlos él mismo entre sorbito y sorbito a una flauta de prosecco. Nunca puede uno estar del todo seguro sobre quién se infiltra en las cocinas.

La conversación se iba deshilachando, de un tópico a otro. Ambos comensales se expresaban, por supuesto, en un dialecto calabrés muy puro, que intentaré traducir para ustedes de forma aproximada. En algún momento se trató al desgaire de un tema secundario, pero fastidioso: a quién pondrían de presidente interino de la Sacrosanta República Virtual de Corleone In Péctore.

─ Déjalo de mi cuenta, Carlo ─ susurró la Borrassi después de saborear unas hilachas de carpaccio de carne de buey marinada en salsa de mostaza ─. Tengo dos candidatos, me lo pienso de aquí al viernes.

─ Con Illa no quiero saber nada.

La virginal Donna Laura se ruborizó hasta la raíz de la melena.

─ Por supuesto. ¿Con Illa yo, en público? Jamás, sería indecente.

─ Pero ese chico nuevo de los Orioli está aún muy verde…

─ Le estoy dando un cepillado a conciencia.

─ Tivitré debe quedar en todo caso para uno de los nuestros.

─ Ahí le duele. Los Orioli tienen que entender que es el Governo o bien Tivitré; las dos cosas a la vez, no. Sería más fácil hacérselo entender si hubiéramos ganado nosotros las elecciones.

La mirada de Piudelmonti, fija hasta ese momento en la bandeja de involtini de berenjenas al ragú, osciló rápidamente para encontrar los ojos de su invitada. Sin poder ocultar su sorpresa, preguntó:

─ Ah, pero ¿no hemos ganado nosotros las elecciones?

 

domingo, 21 de marzo de 2021

OTRO SOROLLA

 


Joaquín Sorolla i Bastida, ‘Clotilde con traje de noche’, 1910. Casa-Museo Sorolla, Madrid.

 

Madrid puede ser una ciudad muy inhóspita. En mis años sindicales, cuando la negociación de un convenio me llevaba allá, tenía dos refugios de preferencia. Frente al piso de la calle Alcalá donde negociábamos el convenio del Papel se abría el parque del Retiro, y a mí me gustaba en ratos libres llegarme hasta el pequeño estanque que se extiende debajo de la Casa (o Palacio) de Velázquez, y a orillas del Palacio de Cristal. Un rincón idílico, incontaminado en más de un sentido.

Mi otro lugar de reposo era la Casa-Museo Sorolla, en la avenida Martínez Campos, a diez minutos de paseo desde el domicilio de mis padres. Es un rincón encantador: una casa de dos pisos con jardín, espacios amplios y mucha luz. En ella se guarda una colección de obras del pintor, señaladamente algunas que no fueron creadas de encargo sino pintadas para sí mismo.

Sorolla fue uno de esos artistas que siguen el gusto de su época, no necesariamente buen gusto, y producen sobre todo para vender. Se dio a conocer en 1884 al ser distinguido con la medalla de segunda clase en la Exposición Nacional, por una composición titulada “Defensa del parque de artillería de Monteleón”. El tema y el estilo iban dirigidos de forma consciente a la consecución del premio. Eran un exponente bien cocinado del género que no muchos años después los representantes de las vanguardias definirían como “putrefacto”.

No estaba muy lejos de esa valoración el criterio personal del autor. A un conocido que le felicitó por su éxito, le comentó de forma destemplada: «Aquí, para darse a conocer y ganar medallas, hay que hacer muertos.»

Su etapa de realismo social, sus pinturas casi impresionistas al aire libre y la serie sobre España del gran encargo de la Hispanic Society, contienen mucha calidad técnica unida a una atención invariable al gusto del cliente, más que al suyo propio. Siempre se advierte en Sorolla una “transacción de conveniencia” entre ambos extremos.

Pero sus preferencias íntimas revelan también un cierto eclecticismo. Estudió a fondo a Velázquez, un pintor de corte que trascendió de largo la cortesanía, y en dos visitas a París entró en contacto con el impresionismo pero prestó más atención a la obra más “clásica” de Édouard Manet, y a algunos retratistas notables del momento, como John Singer Sargent. Ese “otro” aprendizaje se plasmó en algunas obras hechas por simple placer, para sí mismo, sin ánimo comercial. En un lugar destacado de la sala-estudio de su casa-museo está el gran retrato de su esposa, Clotilde García del Castillo, en traje de noche, que es Sorolla y es al mismo tiempo Velázquez y Manet y Sargent.

Pongo abajo como término de comparación el retrato de lady Agnew of Locknaw (1892) de Sargent, que se conserva en el Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo. Paleta de colores absolutamente distinta, visión estética similar en los dos artistas.

 


sábado, 20 de marzo de 2021

SENTARSE ENCIMA DE LA MANTEQUILLA

 


En lo más alto de la escalinata de San Luis, que une los dos niveles del castillo de Peyrepertuse, mal llamado cátaro, en el sur de Francia. Años noventa.


… que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

 

Leo en la prensa del día que nuestro ex vicepresidente favorito ha empezado su campaña electoral por la presidencia de la CAM con una declaración de principios sobre la rebaja de los alquileres, a la intención del gobierno Sánchez del que acaba de descolgarse para sentirse más cómodo.

Don Venancio Sacristán habría arqueado una ceja interrogativa. ¿Es esa una aplicación del principio de que “lo primero es antes”? ¿Es una forma de promover la unidad del frente antifascista ante el peligro de involución duradera que representa un gobierno de centro-ultra-derecha en Madrid? ¿Cuál es la estrategia implícita en ese movimiento pro-rebajas de alquileres, y cuál la táctica?

Iglesias habría sido tal vez más prudente ateniéndose al consejo de Don Quijote al trujimán, y siguiendo con su canto llano, sin meterse en contrapuntos “que se suelen quebrar de sotiles”. El mensaje al electorado habría ganado en claridad: derribar un gobierno ultraliberal que se adorna con ribetes de fascista es un objetivo sin duda prioritario respecto del tema del coste del alquiler. Cierto que quienes padecen alquileres elevados agradecerán el guiño del candidato y lo mismo se deciden a votarlo, pero lo mismo no. Quizás convendría un enfoque algo distinto, más dirigido hacia el rechazo de quienes negocian con fondos buitre, para dejar situado el tema de los arrendamientos urbanos en una perspectiva de cambio más global, y en una administración más racional de los esfuerzos.

Me atrevería a decir incluso que el tema de los alquileres, con toda su innegable crudeza, viene a ser, por así decirlo, la guinda del pavo en la agenda política del momento. O la mantequilla.

Me explico respecto de la mantequilla. En “Tres hombres en una barca”, obra de Jerome K. Jerome que debería ser de lectura recomendada en todas las escuelas del país (de paso, los escolares reirían más y serían más felices), uno de los tres amigos que preparan una excursión en bote de remos por el Támesis aparta con decisión a los otros dos, que en sus esfuerzos por empaquetar prendas de vestir y víveres, se estaban estorbando continuamente el uno al otro. “¡Basta! ¡Dejadme a mí, inútiles!” Casi lo siguiente que hace es sentarse encima del paquete de la mantequilla colocado transitoriamente sobre una silla. El autor del libro sostiene que no fue en absoluto un accidente, sino que lo hizo a propósito, solo para demostrar de lo que era capaz.

 

viernes, 19 de marzo de 2021

CONTRA LOS AXIOMAS

 


Palmiro Togliatti.

 

Un amigo ha comentado uno de mis recientes posts (“En orden disperso”) desde la sospecha de que estoy haciéndole el trabajo sucio a la derecha. El mismo caballero le ha preguntado abruptamente a José Luis López Bulla quién le paga. En los dos casos, los interpelados habíamos expresado nuestra perplejidad por la ausencia de las habituales formalidades de “cortesía consensuada” en la dimisión de Pablo Iglesias como vicepresidente del gobierno, para implicarse como candidato en la batalla electoral de Madrid.

Resulta que eso no se discute, y punto. El axioma (saben ustedes cómo se define el axioma: una verdad tan evidente que no necesita demostración) que se pone en funcionamiento en este caso, es la infalibilidad del líder. Si Pablo lo ha hecho así, es que está bien hecho.

Lejos de mí la idea de trabajar ─menos aún de ensuciarme─ en beneficio de IDA. Y no veo mal el salto mortal de Pablo si aterriza en el núcleo de dirección (la presidencia iría a parar casi con toda probabilidad a Ángel Gabilondo) de una CAM sostenida por una idea de progreso y de solidaridad con las restantes comunidades. Pero 1) esa eventualidad es incierta; Pablo corre un riesgo alto de quedarse a mitad de camino y en una posición desairada; 2) mucha tiene que ser la penuria de cuadros en el partido para que el líder sea el encargado de lanzar el córner y correr a rematarlo él mismo. ¿Existe un “equipo” propiamente dicho en la dirección de Unidas Podemos? ¿O estamos presenciando un one-man-show?

Las invectivas lanzadas desde la fe en el axioma no son respuesta adecuada a esos interrogantes. No proceden directamente del secretario general, sino de alguien actúa por iniciativa propia con ánimo de destapar conspiraciones donde no las hay.

Digo más, los secretarios generales no suelen apreciar tanto exceso de celo por parte de sus adláteres. Rossana Rossanda nos dejó en una larga entrevista el relato de la actitud de Palmiro Togliatti hacia Mauro Scoccimarro, que acudía como miembro de la comisión de control del partido a las reuniones de la redacción de Rinascita. La encuentran en https://pasosalaizquierda.com/entrevista-a-rossana-rossando/

Cito con cierta extensión:

«[Togliatti] había cambiado totalmente la redacción de ‘Rinascita’, que era algo así como su revista personal, trayendo a gente como Aldo Natoli, y después Bruno Trentin, Luciano Barca, Romano Ledda, etc., y yo, generalmente considerados como jóvenes inquietos. El único de los veteranos que permaneció fue Mauro Scoccimarro, de la comisión de control del partido. Frente a la mesa de trabajo de Togliatti, en perpendicular, había una mesa donde nos sentábamos nosotros. En el otro lado de la mesa, Scoccimarro, como diciendo: yo tengo una relación de iguales. Me acuerdo de que conforme Scoccimarro abría la boca, Togliatti, que era maligno, le decía amablemente, «¿Quieres hablar, Scoccimarro?». Él decía que sí, por supuesto, y Togliatti sacaba inmediatamente del cajón de su mesa uno de los catálogos de antigüedades a los que era aficionado y comenzaba a hojearlo. En cuanto Scoccimarro callaba: «¿Has terminado, Scoccimarro?». Y cuando este decía que sí Togliatti volvía a meter el catálogo en el cajón.»

 

jueves, 18 de marzo de 2021

LA LIBERTAD EN MURCIA

 


Es más gratificante anunciar victorias futuras (lendemains qui chantent), que reflexionar sobre los reveses. Incluso cuando se trata de reveses menores. (Ah, ¿pero hay reveses menores?) Mi amigo Maxi Antequera es ejemplar en la permanente actitud vigilante sobre nuestra propia praxis. De vez en cuando me escribe en FB, sobre algún problema candente: “PACO, sobre esto tenemos que analizar y debatir mucho.” Cuánta razón tienes, Maxi.

La moción de censura en Murcia ha decaído, por 21 votos a favor, 23 en contra, y una abstención. Hubo (me cuesta hasta escribirlo) un intento in extremis de sumar a la censura los votos de tres expulsados de Vox; intento que ha sido neutralizado mediante diversas contraofertas, incluida la consejería de Educación para una persona que no ha pasado en su currículo académico de la EGB. Bien. Ya se sabe dónde suele estar colocada la Educación en unos presupuestos de la derecha: había que adjudicar en la rifa una “maría”, una consejería de relleno con pocos recursos y no muchas oportunidades de enriquecimiento, y se ha encontrado a la persona idónea.

Pablo Casado, presente en el hemiciclo para demostrar su “amor” a las tierras murcianas, ha aprovechado para sacar pecho: “Hoy empieza la reunificación del centro-derecha en torno al PP.” López Miras ha sido menos concreto y más declamatorio: “Hoy gana la libertad.” Los dos han lanzado al “sanchismo” una advertencia curiosa: “No todo vale en política.”

No son afirmaciones para hacer burlas sobre ellas. Son casamatas, puntos nodales de resistencia en una guerra larga de desgaste y de posiciones. La búsqueda de atajos, emboscadas y golpes sorpresa puede acabar así de mal, en una región caracterizada desde las postrimerías del siglo XIX por el arraigo del cacicato, una infraestructura ideológica muy anterior al franquismo o a los fascismos del XX.

Vox ha pedido la convocatoria inmediata de elecciones para dar “estabilidad” a la región. El rebufo ultra podría ser considerable, después de un intento de maniobra de ingeniería política fallido por la razón última de que se contaron solo los números, y no a las personas de los parlamentarios; y porque se previó una acción, sin tener suficientemente en cuenta las posibilidades de reacción.

No es agradable analizar los fallos propios, tiene mucho más predicamento insistir en la desvergüenza, la falta de escrúpulos y el transfuguismo de la segunda parte contratante.

Pero eso era cosa sabida de antes. Y en cambio se lanzó la operación “como si” la desvergüenza, la falta de escrúpulos y el transfuguismo no fueran precisamente las características definitorias de las personas con las que se quería contar en firme para una “regeneración” democrática en las instituciones de gobierno de la región, que es tanto como decir la torre del homenaje.

Debajo de la torre está el foso de los cocodrilos.

Vale la pena analizar todo lo sucedido, en un momento en el que se emprenden nuevas ofensivas en la línea del frente. En Murcia se ha jugado al cadornismo, y quienes han salido perdiendo han sido los/las murcianos/as. Las cosas no han quedado igual que estaban antes, las posibilidades de un cambio se han esfumado para mucho tiempo, y el desánimo es contagioso.

Todas las reflexiones anteriores podrían ser útiles, o no, en la batalla pendiente en Madrid, que ya no requiere una mayoría en el recinto del parlamento, sino un corrimiento en el voto popular. Palabras mayores.

Se piensa en una blitzkrieg, una guerra relámpago que lleve en volandas a las fuerzas plurales de las izquierdas al sorpasso. La empresa es difícil, y el tiempo, muy corto.

¿Qué pasará, a fin de cuentas? No me pregunten a mí; si quieren el consejo de un experto, consulten a Maxi Antequera. Maxi las ha visto de todos los colores, y tiene un olfato muy fino para detectar posibilidades ventajosas en estas coyunturas difíciles. Arriba le tienen junto a Julio Anguita. Maxi es el que está en primer plano. El que aparece a la derecha de Anguita, es Pere Portabella.

 

miércoles, 17 de marzo de 2021

EN ORDEN DISPERSO

 


Mónica García, cabeza de lista de Más Madrid en las elecciones a la CAM.

 

La batalla de Madrid se librará en orden disperso. Leo varios cálculos aritméticos que insisten en la casi proporcionalidad del voto, para concluir que la cuestión no tiene mayor importancia.

Sí la tiene.

Cada opción pedirá el voto para los suyos, y no, en cambio, para un proyecto común. Ese elemento imponderable resta fuerza y decisión a un espacio político tangible que se desea visualizar, pero que se desdibuja debido a la inexistencia de un proyecto ganador que arrope al conjunto.

Puede que finalmente las tres partes implicadas acuerden un pacto de no agresión mutua, y puede que las tres tengan números suficientes para sumar, pero haría falta algo más: la seguridad para el electorado de que hay un camino largo por recorrer juntos y que determinadas broncas han terminado ya para siempre.

Posiblemente la manera de irrumpir Pablo Iglesias en la refriega ha sido intempestiva y maleducada con los socios a quienes pedía candidatura unitaria, e incluso primarias. Esas cosas deben hablarse y pactarse antes de hacerlas públicas.

La respuesta de Mónica García ha sido desabrida y desalentadora. De modo que hasta el momento todo indica que las tres listas de progreso no solo competirán contra el tándem PP-Vox, sino además entre ellas.

Detecto en los amigos de FB que apoyan el liderazgo de Podemos una carga muy profunda de rechazo a las críticas de los afines, y de descalificación de quien no piense como ellos.

Imponer una solución determinada a aquellos de quienes se demanda colaboración, no me parece la forma adecuada de emprender este reto descomunal. Todos ─y no solo los “hotros”─ hemos de ser conscientes del envite, y comportarnos a la altura de su dificultad.

El problema no está en el espacio socialista, que es plural ─lo recalco─ pero vota unido, y tiene asegurado un porcentaje de voto estimable, posiblemente al alza. En la otra parte, si no hay modo de que UP y Más Madrid concurran juntos en una lista común, por lo menos debería darse entre ellos una pacificación de agravios pasados, una puesta en común de objetivos, y una voluntad común explícita de concurrir con el PSOE en un proyecto ganador para Madrid, signado por la seguridad de una lealtad recíproca.

El problema, entonces, está en cuál es la disposición con la que concurre a los comicios la izquierda de la izquierda: con qué planteamiento, con qué perspectiva, y con qué ambición.

No es lo mismo competir para ganar, que hacerlo para salvar los muebles. Esos son matices que capta a la perfección un electorado potencial al que nos empeñamos en calificar de “idiota” con una impaciencia y una agresividad que resultan contraproducentes.

Si queremos que la “gente”, la buena gente, nos siga, hemos de ofrecerle bastante más.

Ese es el reto real.