El cordero místico de San Bavón, antes y después de la restauración reciente. Fotografía tomada de El País. © LUKASWEB.BE-ART IN FLANDERS VZW, PHOTO
KIK-IRPA
Ángeles García entrega
en elpais una magnífica crónica cultural que trata de la exposición celebrada en Gante
para presentar al público la restauración del políptico del Cordero místico,
una de las obras capitales de la pintura universal, obra de Jan Van Eyck, que culminó
a partir de 1426 el trabajo iniciado por su hermano Hubert, fallecido ese año.
El Museo de Bellas
Artes de Gante ha titulado la exposición Una
revolución óptica. El políptico, que adorna la cabecera de la catedral de
San Bavón, se muestra ahora «tal como fue pintado», según afirma sin pestañear
la restauradora Livia Depuydt-Elbaum, responsable del taller encargado de los
trabajos. Al parecer hubo burlas en twitter a cuenta de la cabeza del cordero,
cuyo antes y después pueden comparar ustedes sobre estas líneas.
La diferencia entre
ambos es demasiado evidente. Doña Livia afirma que no solo el cordero que
centra la parte inferior de la vasta composición pictórica, sino el 70% de la pintura, fue repintado
en torno al año 1550. Desde esa fecha, las pinturas sobre tabla que veían los
visitantes del templo no eran las que pintó Van Eyck, sino otras, ciertamente
parecidas.
Los ojos demasiado
humanos del cordero místico que simboliza al Redentor pueden ofrecernos una
pista acerca de lo ocurrido. Las fechas que se barajan no son inocentes.
En 1430, cuando Van
Eyck concluyó su obra, Flandes estaba bajo el dominio de los duques de Borgoña.
En todos los Países Bajos estaba muy difundida entonces una forma de
religiosidad de un fuerte aliento místico, la llamada Devotio moderna, cuyos principales impulsores fueron Gert de
Groote, fundador del movimiento de los Hermanos de la Vida Común, y otros como Jan
Ruysbroek y Tomás de Kempis. El rostro de ese cordero simbólico con ojos
humanos podría estar conectado a ese tipo de religiosidad “de alto voltaje”, en
la que el elemento divino trasciende la materia terrenal.
Después del
matrimonio del flamenco Felipe el Hermoso con la princesa Juana de Castilla,
Flandes entró en la órbita de la monarquía española. Carlos V (nacido precisamente
en Gante) reunió las dos herencias, y reorganizó los Países Bajos bajo el
gobierno de la regente María de Austria, si bien respetó de forma exquisita las
instituciones autóctonas, en particular los Estados Generales.
La situación varió
bruscamente a partir de la abdicación de Carlos en su hijo Felipe II, en el año
1555. Margarita de Parma era entonces la regente de los Países Bajos, pero
quien en realidad tuvo vara alta en el territorio fue el cardenal Granvela,
obispo de Arrás. Vino casi enseguida la rebelión de parte de la nobleza, encabezada
por los condes de Egmont y Horn, que fueron ejecutados, y por Guillermo de
Nassau, que dirigió la escisión de las Provincias del Norte.
El repintado del
políptico de Gante pudo inscribirse en la nueva política religiosa
intransigente. Lo digo simplemente como una hipótesis, pero las fechas
coinciden.