martes, 14 de diciembre de 2021

CACOFONÍA

 


A veces el milagro de la comunicación social se obtiene por medio de un parche, o pegote, o arreglo improvisado. Ningún esfuerzo sobra. (Calle de Valderrobres, Teruel).

 

En un artículo de opinión en La Vanguardia, hace pocos días, su autor acusaba a CCOO de “tirarse al monte” y torpedear el diálogo social. Lo que había hecho Unai Sordo, sin embargo, era reclamar la derogación completa de la “reforma” laboral vigente por la razón, precisamente, de que esa “reforma” había significado un torpedo por debajo de la línea de flotación del diálogo social.

En síntesis, entonces, el articulista argumentaba que la exigencia de restablecer el diálogo social era irrazonable, porque no buscaba el consenso con la contraparte dentro del marco acogedor de una norma que privilegia a la patronal y deslegitima a los sindicatos. En consecuencia, CCOO no solo hacía mal al torpedear el torpedeamiento, sino que además estaba faltando al respeto debido a los torpedeadores. Solo sería “razonable” para los sindicatos dialogar después de aceptada su propia falta de legitimación para dialogar.

¿Advierten la cacofonía?

No es este del diálogo social el único caso escandaloso para nuestras derechas. Voces procedentes de la política y de los medios de comunicación condenan las condenas al franquismo, y las consideran un delito de odio punible. Entienden ─supongo─ que se ha de ser más agradecido con quien te fusila. Los presos, los represaliados, los expropiados, los exiliados de un régimen totalitario, vienen ahora a reclamar reparación, contra toda lógica basada en el statu quo. Ese asunto está ya cerrado, despotricar del régimen anterior sería puro revanchismo.

En medio de tanta cacofonía tiene que ir abriéndose paso, trabajosamente, una línea política reivindicativa de derechos para todos (y no solo para unos) y de responsabilidades para todos (y no solo para otros). Los avances parciales pero continuados en esa línea se notan mucho por la algarabía que provocan: “A esto no hay derecho”, gritan en tono destemplado los que niegan derechos a la otra parte.

Cacofonía.