viernes, 14 de abril de 2023

DESDE TODOS LOS ÁCIMUTS

 


Ayax retorna a las líneas argivas cargado con el cadáver de Aquiles para evitar su profanación. Detalle del llamado “Vaso François”, pintado por Clitias hacia el 580 aC.

 

La guerra de Troya, ese fogonazo inicial de la modernidad, marcó el punto crucial en el que cada “polis” dejó de ser autosuficiente en su línea política, y se empezaron a establecer alianzas estratégicas con el fin de conseguir una superioridad numérica efectiva frente a fuerzas rivales que, por su parte, se estaban valiendo de la misma política de acuerdos entre sus propios aliados.

Las fuerzas argivas no lo tuvieron fácil. Homero achaca el problema a querellas en el Olimpo entre las divinidades, Se impusieron a los aliados ordalías tan fuertes como el sacrificio de Ifigenia, hija de Agamenón y Clitemnestra, los reyes de Argos, porque de otro modo no había esperanza de que un viento favorable empujara la flota aliada hacia la Tróade. La cosa pudo arreglarse por la intervención de Artemis a última hora, pero la guerra se prolongó durante diez años de matanzas con la pérdida de toda una generación, incluido en ella el guerrero más dotado, Aquiles de los pies ligeros, al que una flecha envenenada atravesó el tendón, única parte vulnerable de su anatomía.

Alguna enseñanza deberíamos extraer nosotros, fieles seguidores en todo de la modernidad, de aquellos polvos, para que no se nos conviertan en lodos indeseados en el riguroso presente.

Solo la mayor cohesión en las filas de los aliados, solo el aporte combinado de toda la fuerza preparada para asaltar las altas murallas de la ciudad hostil, solo la concertación de un mando único – aunque plural y democráticamente abierto a las opiniones – de las operaciones, solo la solidaridad más estrecha entre los combatientes, su mutua protección, el apoyo inmediato prestado a los que resultan heridos, puede asegurar el éxito final de la empresa.

Está todo escrito desde hace siglos, y las reglas no han cambiado, por lo menos en esto. Episodios como el lawfare, la deslocalización de empresas privadas costeadas y sostenidas con dineros públicos, el despiste voluntario de los tribunales ante las obligaciones que les marca la ley suprema del Estado, y otras cuchufletas aún que estamos viendo a diario por parte de los partidarios del Rey Palomo yo me lo guiso yo me lo como, solo podrán ser contrarrestadas con la unidad, la solidaridad y la cooperación de todos los actores políticos determinados a respetar y hacer respetar los derechos, la igualdad de las personas y los territorios, y el común acatamiento a las leyes, que deben gobernarnos absolutamente a todos, desde todos los acimuts.