Estado
actual de la laguna de Santa Olalla, en el Parque Nacional de Doñana (fuente,
RTVE.es)
Voi
altri signoroni
Che avete
tanto orgoglio,
Abbassate
la superbia…
De “soberbia de señorito” ha calificado la vicepresidenta tercera
del Gobierno Teresa Ribera la extraña movida del presidente de la Junta
andaluza, Juanma Moreno Bonilla, en torno a Doñana. Ha dispuesto el baranda libre
acceso a los pozos y lo ha hecho disparando con “pólvora del rey”, tropo con el
que se indica que ni invierte nada del presupuesto juntero en medidas de previsión
y de defensa del parque maltrecho por la sequía y los riegos clandestinos, ni
va a pagar las multas previsibles de la Unión Europea por el esquilmo de un
espacio natural protegido en el más alto nivel, el de patrimonio mundial.
Bonilla legisla de boquilla sobre un desaguisado ecológico monumental
que, eso sí, es todo menos reciente. Se condena a un espacio privilegiado de la
biosfera a la destrucción irreparable, a cambio de la seudo protección inútil a
“cien familias” de la industria frutícola a las que se permite acceder sin
restricciones a unos acuíferos agotados. Una situación kafkiana que podría ser
un ejemplo de libro sobre la forma de ejercer la antipolítica.
Señoritos y tiranuelos dispuestos a dejar bien sentado que
en el patio de vuestra casa mandáis vosotros, por más que ese patio lleve sin
barrer la tira de años, y no hayáis previsto una partida del presupuesto
institucional siquiera para una escoba: “Abbassate la superbia e aprite il
portafoglio”.