Isabel Díaz Ayuso y Enrique Ruiz Escudero durante la visita al hospital Ramón y Cajal. Fuente: Diariofarma.
“Yo voté a Ayuso”, se excusó Guadalupe Pajares, médica de
familia que cumplía el pasado domingo, durante el puente de Todos los Santos, una guardia en
solitario en un centro de atención primaria de la población madrileña de Guadarrama,
y fue atacada a patadas y puñetazos por un paciente con
síndrome de abstinencia al que no había podido imprimir una receta electrónica por
un fallo del sistema informático del que había dado aviso 48 horas antes, sin
resultado. “Se están cargando la sanidad pública”, añadió la doctora, en alusión
al “plan de urgencias kamikaze” implantado por la Consejería de Sanidad sin médicos,
sin enfermeros, sin celadores y por lo visto también sin sistema informático.
El consejero responsable de la Sanidad madrileña, Enrique Ruiz Escudero, por su
parte, había acusado el viernes a los médicos de “boicot”, por fallar a la
reapertura de los centros. Tomen nota, siempre conviene oír a las dos partes en
un pleito así.
Se tomarán medidas, supongo. Por ambas partes, supongo. Las
medidas son difíciles, sin embargo. Ni la Consejería está en disposición de
despedir a los trabajadores sanitarios, porque carece de repuesto, ni estos últimos
pueden recurrir a la huelga, porque los centros en los que se cubren las urgencias
extrahospitalarias están ya cerrados y sin personal ni medios técnicos para
atender al personal. El 7 de noviembre se llevará a cabo una manifestación de
protesta. Después, ya veremos.
Llama la atención esa declaración de salvaguarda de la doctora
Pajares: “Yo voté a Ayuso”. ¿Por qué la votó? ¿No vio venir lo que iba a pasar,
siguió sencillamente la corriente porque pensaba en otras cosas? ¿Se siente
orgullosa aún de su madrileñidad rampante, de la opción política a la que entregó su
confianza? ¿Cree con sinceridad que la política es algo abstracto que no tiene
nada que ver con su vida y su trabajo, y que por tanto hizo bien al votar por “la
Patria”, dejando a un lado su propio interés y el de todos los que la rodean?
Dejando a un lado, subrayo, el interés, entre otros muchos,
por ejemplo del paciente que le soltó de repente, en mitad de su explicación
bienintencionada: “Hija de puta, si no me solucionas esto te mato. Os
quejáis y estáis de huelga cuando teníamos que daros de hostias por vagos.” Ese
paciente violento y exasperado que, obviamente, no tenía razón al sacudirle un
puñetazo en la cara e intentar luego llevar la agresión más allá, retenido solo
por los esfuerzos de un enfermero.
¿Había votado la doctora Pajares a Ayuso por considerar su
Comunidad de Madrid “un modelo de éxito”?
Y, la pregunta del millón: ¿volverá a votarla la próxima
vez, a pesar de todo?