martes, 5 de octubre de 2021

NADA PERSONAL

 


 Carmen sentada en el palco proscenio del teatro de Amfiareo. A su espalda un duende, o tal vez un sátiro ya entrado en años, esboza un gesto tal vez de amenaza, tal vez protector. (Foto, Albertina RM)

 

Nuestro regreso desde Grecia ha estado marcado por señales ominosas. Viví en directo la caída de las redes; me estaba felicitando por guachap mi cuñado Jesús (soy un Paco de Asís, aunque llevo mi cupo de gloria con discreción), y de pronto todo se oscureció. Durante horas, Facebook solo me mostró una página en blanco y sus condolencias por no poderme conectar. Llamé a Mark Zuckerberg dispuesto a echarle la bronca y me dijo que no era nada personal, que a él la broma le estaba saliendo por seis mil millones de dólares. Encima hube de consolarle, los muy ricos son incapaces de soportar el menor rasguño.

Subirme a un avión en semejante agujero negro informático me producía aprensión, pero de madrugada las cosas parecían haberse arreglado. El avión ha volado, en efecto, aunque en el cruce de la península itálica hemos tenido uno de esos zarandeos estrepitosos. Yo estaba volviendo del baño a mi asiento de la fila 15, y por poco me derrumbo en el regazo de una señora que hojeaba una revista de vanidades. La azafata me dio una voz, pero en griego, de modo que tanto pudo ser una maldición sacra como una llamada a mantener la verticalidad y el pundonor a toda costa. He conseguido llegar a mi asiento casi a rastras, me he abrochado el cinturón, y el aparato ha salido finalmente airoso de la turbulencia. Tampoco había nada personal en el incidente.

Llegado a Barcelona, me entero de que el Constitucional, a instancias de Vox, condena el estado de alarma por el covid debido a que lesionó etéreos derechos de los diputados a las cortes franquistas. El ponente ha cambiado su voto y así han ganado 6-4. Mientras, un pool de periodistas de investigación ha destapado la caja de Pandora y la ha encontrado repleta de secretos de famosos/as españoles/as.

Dentro de un orden, claro es. Aparecen en la lista el ya conocido y manoseado Emérito, más algunos personajes tan característicos d’un temps i d’un país como pueden ser Pep Guardiola y Shakira. No aparece en cambio Florentino Pérez, por lo que se le supone tan inocente de este fraude como un corderito recién nacido. Para el mes de enero, Floren espera conseguir a Mbappé, el último cromo de su colección, por una cantidad de millones similar a los que tanto echa de menos Mark Zuckerberg. Suerte, campeón.

Y de este modo se ha cerrado el círculo. El aleteo de una mariposa en Amfiareo, lugar sagrado del Ática donde habíamos ido la familia a celebrar la fecha de mi santo patrón, ha conducido por misteriosas líneas de consecuencia a espectaculares derrumbes en la conectividad de las redes por un lado, en la estabilidad de un avión de línea después, y finalmente en el sereno juicio de los jueces y en otros sesgos absurdos de la actualidad.

Pero todo ello sin que intervenga en los cataclismos ningún elemento personal. Vivimos en una globalidad desastrosamente aséptica. Yo prefiero Amfiareo.

 


Junto a la fuente sagrada de Amfiareo, que fluye a los pies del templo principal. El lugar fue muy visitado en la antigüedad como sanatorio, pero también debido a un oráculo de una veracidad pasmosa según Heródoto, que lo colocó a un nivel parecido al de Delfos. Los dos, sin embargo, se la metieron doblada al rey lidio Creso, que deseaba saber si su proyectada invasión al imperio persa tenía buenas probabilidades de éxito.