domingo, 14 de marzo de 2021

PERSONALISMOS


La “vie en rose” en la Costa Daurada, al atardecer del pasado 7 de marzo, vista desde las torres del telégrafo entre Calella y Poldemarx. La silueta de la ermita de Sant Pau se recorta en oscuro contra el azul más claro de la villa. (Foto, Carles Rodríguez Martorell)

 

… los focos están, una vez más, agotadoramente dirigidos a lo que les pasa a los propios políticos y no a los ciudadanos…

(Soledad GALLEGO-DÍAZ, en El País)

 

Subrayo el adverbio “agotadoramente” en la frase de Sol Gallego. La minicrisis de Murcia despertó todos los recelos de la dirección del PP, que encomendó a Ayuso apretar el “botón nuclear” de una convocatoria anticipada de elecciones. Una reacción apoyada, por lo visto, en algunos sondeos de opinión que afirman que Ciudadanos se hundirá en Madrid, y Vox y PSOE crecerán, pero no lo suficiente para privar a Ayuso de una reedición de su cuestionable liderazgo.

A la izquierda de la izquierda del PSOE (*), se han emprendido rogativas a fin de recuperar a la no hace tanto defenestrada Manuela Carmena, para que caritativamente se preste a ejercer las funciones propias de Santa Rita de Casia, patrona de los imposibles. Curioso ejercicio el de embarrar primero un liderazgo positivo como el de Manuela, y rectificar después a regañadientes y de forma indirecta, de modo que no se note mucho que se ha cambiado de opinión. No sé si la abuelita de Madrid estará por la labor: la Comunidad no es la Alcaldía, y a ella le gustan poco las batallas macro ideológicas, y sí en cambio está por la reivindicación del buen sentido común de siempre para abordar los problemas cotidianos más próximos a la ciudadanía.

Esa ciudadanía que no aparece ni como telón de fondo en las cuestiones que se ventilan en Murcia, ni en Madrid, ni tampoco en Cataluña, donde Laura Borrás ha dado comienzo a un ejercicio particular de personalismo narcisista que hace temer que la legislatura que viene se caracterice por un forcejeo también “agotador” entre govern y Parlament a fin de ver quién mea más largo en la ficción de una independencia de bambalinas.

Mientras, la vida sigue y una primavera esplendorosa se despliega en Poldemarx, adonde Carmen y yo no podemos ir todavía por mor del confinamiento comarcal. Aseguran los voceros oficiales que a partir de mañana será ya posible, aunque solo en «desplazamientos de burbujas de convivencia», signifique ello lo que signifique.

 

(*) El PSOE tiene una derecha y una izquierda, en efecto. Cualquier observador imparcial puede advertirlo al primer golpe de vista. Los ejercicios dialécticos consistentes en descalificar a las posiciones de izquierda dentro del partido asegurando que son paripés que esconden una tendencia irresistible a la postración ante los poderes fácticos, habrían sido descalificados a su vez, tanto por la lógica aristotélica (un instrumento de conocimiento antiguo pero bastante sólido), como por la dialéctica hegeliana y por los análisis sobre las clases sociales y la ideología llevados a cabo por Carlos Marx y por Vladimir Lenin, dos pensadores por encima de cualquier sospecha de derechización que en general mostraron poca paciencia y considerable irritación con las simplificaciones infantiles esgrimidas por algunos neófitos.