En un
mesón de las cercanías de la tumba del Apóstol, comparten yantar Eli Wallach,
Sergio Leone, Clint Eastwood y Lee Van Cleef (1960). Con pan y vino se anda el Camino.
(Fuente, La Cineteca).
La casualidad hizo que me encontrara con don Alberto XX en una
etapa del Camino de Santiago. Yo iba para allá, él no lo sé de cierto.
– ¿No saluda a los amigos, don Alberto?
– Eh, ah.
- ¿Va usted o viene de la tumba del Apóstol, si no es
indiscreción?
– Yo siempre estoy de vuelta.
– Vaya ridi en el Senado, ¿no? – comenté, por decir algo.
– Eh, ah.
– Me refiero a eso de que no se preparó la intervención
porque prefirió ir a la Feria.
– ¿Qué Feria?
– La de Salamanca.
– ¿Cuándo he estado yo en Salamanca?
– Es la explicación que dio usted mismo.
– Si lo he dicho yo, será.
– Y por eso le pasó lo que le pasó en el Senado.
– ¿Cuándo he estado yo en el Senado?
– Si no lo sabe usted…
– Oiga, pídame una ración de eso que está comiendo. La
discusión me ha abierto el apetito.
– ¡Mesonero! – llamé a través del ambiente enrarecido del
refectorio repleto de peregrinos –. ¡Unos pimientos de Padrón aquí para don Alberto!
– De los que no pican – reclamó el mentado.
– Unos pican e outros non – se disculpó el mesonero.
– Mejor me pone un pulpo a feira.
– A feira de Salamanca – puntualicé yo.
– Nunca estuve en Salamanca – insistió el hombre.
– O tal vez sí – retruqué yo.
– O tal vez sí – concedió, moderado, el líder.
“Chi va piano, va lontano”, dicen los italianos.