Carátula
de una edición de “Borracho”, el primer gran éxito de Los Brincos (1965).
"No
quiero estar borracho otra vez, otra vez.
Porque te
veo doble y no está bien, no está bien.
No
quiero estar borracho, quiero vivir feliz.
Así,
así, así, así…"
Los
Brincos, “Borracho”
En Chile el pueblo votó por el progresista Boric, y ha
votado ahora en contra de la nueva Constitución democrática que él proponía. Seguirán
teniendo la Ley Augusta de Pinochet, condividida por un gobierno en las
antípodas. ¿Sirve de algo esa actitud, o solo se trata de un arrepentimiento vicario,
sin propósito de enmienda?
La noticia comparte portada en la prensa de hoy con los
resultados de dos sondeos de opinión en España: en el primero, una mayoría
amplia, que incluye votantes del PP, respalda las medidas de ahorro energético
de Sánchez; en el segundo, se detecta un incremento en algunas décimas del apoyo
al PP de Feijoo, que sigue siendo la opción con mayor intención de voto.
Podemos hablar de esquizofrenia, término que mola mucho y
se entiende poco; Erich Fromm, más incisivo, lo llamó “miedo a la libertad”.
En un chat en FB vine a decir ayer mismo que mucha gente
prefiere las certezas falsas del PP a las incertidumbres ponderadas de la izquierda. “Lo pasaremos mal”, apunta Sánchez, y Feijoo se crece: “Lo pasaréis
mal con Sánchez.”
En Murcia, Castilla y León y Andalucía, los nuevos gobiernos
autonómicos se han esmerado en aumentar el número de asesores y las nóminas de
todos, tanto gobernantes como adláteres. Hay ya un cuadro de honor nutrido de
políticos autonómicos con ingresos anuales por encima de los del presidente Sánchez.
Para lo demás, los conservadores ultras y los ultraconservadores
no han mostrado el mismo interés. Pruebas al efecto, el Mar Menor y las lagunas
de Doñana, arruinadas por desidia y caciqueo. En Andalucía el paro sigue aumentando,
contra la tendencia generada en el resto de España por las medidas laborales del Gobierno.
En la Comunidad de Madrid la situación no se percibe tan mala como es, porque las estadísticas oficiales se falsifican sin rubor. Un indicio, sin embargo: hace
muchos meses que hemos dejado de oír la tarabita de que Madrid es un modelo de
éxito, y si le va bien a Madrid le va bien a España.
Aquello lo decía Miguel Ángel Rodríguez, una eminencia gris
siempre con la copa de güisqui en la mano. El susodicho puso el grito en el
cielo porque en su pub se les había acabado el hielo. Los corifeos de la
caverna y de la galerna remacharon: “¡Hasta cuándo vais a abusar de nuestra
paciencia! ¡Ya falta incluso el hielo para el güisqui after hours!”
El no va más, el acabose. “No quiero estar borracho otra
vez, otra vez.”
No quiero volver a ver doble.