sábado, 10 de febrero de 2018

LA LITERATURA SERÁ SOMETIDA A INVESTIGACIÓN


En la reciente edición conmemorativa de “La librería” de Penélope Fitzgerald (Impedimenta, traducción de Ana Bustelo), el yerno de la escritora, Terence Dooley, aclara algunos recovecos del proceso de creación de dicha obra. La autora no intentó reflejar con fidelidad fotográfica su experiencia como librera en un pueblo de Suffolk llamado Southwold, sino que, a partir de ese núcleo inicial, tomó una perspectiva bastante más amplia. En dicha perspectiva tiene una parte particular una novela corta de Balzac, Le curé de Tours. Penélope no ocultó este débito de su imaginación creadora, antes al contrario, lo señaló con sutileza: la Mademoiselle Gamard balzaciana, que consigue expulsar al ingenuo cura de su casa y privarle de su biblioteca, se convierte en “La librería” en Mistress Gamart, que ostenta las mismas características depredadoras.
No hay en ello ningún desdoro para Penélope Fitzgerald. Seguro que si investigamos desde el mismo ángulo crítico el libro de Balzac, encontramos también algún precedente escrito, ilustre o anónimo. La literatura de fuste se basa siempre en la realidad, pero el artista tiene de la realidad una experiencia personal muy limitada, y es normal que amplíe sus perspectivas y afile sus instrumentos técnicos en la lectura de otras obras que pueden serle de utilidad para dar forma a aquello que solo él puede expresar. Lo ha demostrado, en relación con ocho dramas históricos de Shakespeare, una investigación reciente realizada con tecnologías informáticas sofisticadas. El dramaturgo se inspiró (no “plagió”) en libros de historia que estaban a su alcance. El prodigioso esfuerzo informático no demuestra, así, nada que no supiéramos ya intuitivamente.
Un libro siempre se refiere a otros libros, dejó escrito Umberto Eco al referirse al saqueo erudito de las letras y las historias medievales que llevó a cabo para componer “El nombre de la rosa”. No era concebible que un artefacto de esas dimensiones hubiera salido de improviso de un alma prístina encerrada en una torre de marfil.
“La literatura será sometida a investigación.” Lo escribió Bertolt Brecht, como título de uno de sus poemas “didácticos”. Brecht no solo era didáctico en su teatro, en efecto; toda su obra respira didactismo, lo cual ha perjudicado a la larga su validez universal. Está lleno de enseñanzas útiles, pero le falta un escalón para alcanzar la trascendencia que poseen las obras maestras.
En este poema en concreto, sin embargo, da consejos excelentes para apreciar el soporte más material de la literatura. A saber:
«Invocaciones de súplica a seres ultraterrenales / probarán que seres terrenales se alzaban sobre seres terrenales. / La música exquisita de las palabras dará solo noticia / de que no había comida para muchos.»
(Cito según la traducción de Jesús López Pacheco y Vicente Romano para Alianza Editorial, Madrid 1968.)