viernes, 29 de enero de 2021

AL JEFE DE LA OPOSICIÓN LE CRECEN LOS ENANOS

 


La política de catenaccio, marcaje por zonas y bloqueo al gobierno, que ha diseñado Pablo Casado, no acaba de salirle bien. Siempre miró por el rabillo del ojo al contingente díscolo de Arrimadas, pero siempre también creyó en el seguidismo a machamartillo de Vox, un grupo salido de sus propias filas, nutrido desde sus propias fundaciones, amorosamente colocado en la vía parlamentaria con el fin de encargarse del trabajo sucio y ser la correa de transmisión de los sofisticados argumentarios elaborados en Génova.

Pues no. Ciudadanos se mantuvo firme en la embestida por el control de los fondos europeos, la satánica cohorte independentista se pronunció de forma inequívoca por el mismo tenor con la idea de socavar las “antinaturales” expectativas electorales de PSC + Comuns, y en esa brillante encerrona, en esa Sinigaglia destinada a dar otra vuelta de tuerca, tal vez definitiva, a la asfixia de Sánchez, quien ha fallado ha sido el socio más inesperado: Vox se ha abstenido.

Convengamos en una de dos hipótesis: a) Sánchez tiene baraka; b) Casado es el Pupas, si monta un circo le crecen los enanos.

Mientras, ha empezado la campaña electoral catalana, con la incógnita todavía de cuál será el día definitivo de las urnas.

Toda prudencia es poca, pero todo retraso es imprudente también. Los expertos del cambio climático alertan de que estamos a 100 segundos virtuales del fin del mundo. Cien segundos virtuales dan seguramente para cierto recorrido, pero no conviene en este trance dejar lo primero para luego; y salir del atasco de la política catalana, entra sin duda en la categoría de “lo primero”.

Una vocecita interior me insiste en que esta no va a ser aún ─seguramente─ la campaña electoral del juicio final, y que aún avizoramos la llanura de Armagedón a cierta distancia ─no mucha, la verdad─ del plató que ha organizado La Vanguardia para que se expresaran todos los candidatos a president.

Sí. Bueno. Claro. Tal vez.

Pero a cien segundos virtuales de la foto finish, cada cual habrá de menearse con agilidad si quiere evitar que se le queden los meados en el vientre. Ha llegado la hora de ejercer el tan mentado “derecho a decidir”, y quién sabe cuándo habrá otra ocasión, a cuatro años vista nadie es capaz de profetizar en qué punto nos encontraremos ya de la pendiente por la que vamos rodando entre acusaciones mutuas de traiciones, defecciones y cobardías.

Entonces, conviene que cada cual decida ahora si está con la dinámica del bloqueo o la del cambio; con los del No al decreto de los fondos europeos, con los del Sí, o bien con quienes se han abstenido, a lo mejor por causas peregrinas tales como la represalia contra quienes finalmente no se atrevieron a borrar un mural feminista en Madrid.