jueves, 9 de septiembre de 2021

CARTA DE BATALLA POR UNA NUEVA NEGOCIACIÓN

 


Paso a paso hacia un futuro mejor. Metáfora griega aplicable a Cataluña.

 

No se puede decir que haya saltado la sorpresa en el tema de la ampliación del aeropuerto del Prat; todas las cartas estaban marcadas. El gobierno central ofrecía pero no ofrecía algo que el govern catalán aceptaba pero no aceptaba, con manifestación en contra incluida. Mientras, el Júpiter tonante de Waterloo era de la opinión de que tanto el sí como el no a la ampliación eran traiciones nefandas a las esencias de la ratafía, y lo que había de hacerse en la tesitura era fulminar a todas las partes contratantes con justicieros rayos olímpicos

Nadie habría explicado el desenlace que ha tenido el entremés cómico mejor que mi abuela Pilar, que sostenía que “cuando las cosas van como van, luego pasa lo que pasa.”

─ ¿En serio, abuela?

─ Lo que te digo va a misa, Paquillo.

Si iba a misa, eso quería decir que no había más que hablar.

¿Es el caso del aeropuerto del Prat, sin embargo?

Nos encontramos de nuevo en la casilla de salida, se han perdido cuantiosas fechas de calendario y, todavía peor, cualquiera que se anime a hacer una propuesta diferente habrá de tentarse antes la ropa, porque son muchas las palabras gruesas que han retumbado en los medios: deslealtad, engaño, chantaje, etc.

Oriol Junqueras ha sido especialmente desafortunado en sus manifestaciones públicas. Como ya es tradición en los líderes históricos de Esquerra, Junqueras se precipita a desperdiciar por sistema todos los triunfos que le vienen a las manos en la partida de cartas de la política. En tanto que historiador, su preferencia es siempre mirar atrás. Pero atrás, el único referente que encuentra es el del año 1714: el estigma de una derrota absoluta.

El tema del relanzamiento de las infraestructuras en Cataluña merece una reconsideración y una nueva oportunidad. Más allá de lo que vaya a acontecer el próximo 11S. Más allá de la preservación de la Ricarda, cuestión que ahora aparece más factible. Es cuestión de debatir las medidas pertinentes y todo el contexto, con seriedad y con datos a la vista, en mesas solventes de negociación. Esas mesas pueden tener una constitución u otra, contar con participantes presenciales competentes y con personalidades decisivas no presentes en la brega pero sí representadas adecuadamente. Lo importante de una mesa de negociación no es quién acude a ella, sino qué se acuerda, y con qué garantías se lleva a la práctica.

Entonces apúrense, compañeros, apúrense y no demoren. Llevamos en dimes y diretes lo que no está en los escritos, y mientras, Cataluña se desangra lentamente.