jueves, 16 de septiembre de 2021

SECUENCIA DE UN SOPLIDO

 


Cuatro instantáneas consecutivas, con motivo de una celebración modesta. Fase 1: enfrentándome a la llama altiva y prepotente.

 

Los festejos de mi cumpleaños han quedado aplazados al sábado, porque hoy jueves los nietos tienen colegio y nuestro yerno está atrapado en su consulta médica. Pero algo había que hacer el día 16, que es el fetén de mi aniversario, de modo que Carmen y yo hemos improvisado.

Para empezar hemos invertido media mañana en la enésima visita al Museo Benaki, planta 0 en particular. Siempre sale algo nuevo que no habíamos visto antes o que no recordábamos.

Teníamos el plan inicial de almorzar en Plaka, tal vez un gyros de pollo con rodajas de tomate y salsa tzatziki; pero el calor tiraba para abajo, y Plaka quedaba lejos. Nos hemos vuelto a casa en metro. Carmen ha improvisado un almuerzo para dos con lo que tenía en la nevera, y le ha salido rico.

Llegado el momento solemne del soplido, hemos rebuscado por todos los rincones en busca de 77 velas, que son las que canónicamente corresponden al evento (uno está in mezzo del camin’, que diría Dante, pero más p’allá que p’acá). Solo hemos encontrado una. Estar a dos velas sería todo un lujo para nosotros, vaya.



Fase 2. Ante mi soplido estratégico insistente por ambos flancos, la vela practica el achique de espacios.

 

Como la tarta de pistachos programada no verá la luz hasta el sábado, recurrimos como base de sostén de la vela a unas nectarinas colocadas en un cuenco metálico. Las nectarinas no sostienen bien la vela, y Carmen arregla el desajuste con una servilleta plegada. Yo soplo. Cuidado, me dice Carmen, suave para no desequilibrar la vela. Fácil, en peores nos vimos cuando la transición, la alecciono en plan abuelo Cebolleta.


Fase 3. Mi soplido se hace progresivamente más recio y la llama es ya solo un puntito ínfimo. A la vela no le queda más que el recurso a la heroica.

 

Mi fortaleza pulmonar sobria y envolvente resulta efectiva; mi estrategia, perfecta. La llamita se extingue después de un último parpadeo. Todo ha terminado. No ha hecho falta ir a la prórroga y a los penaltis.


 Fase 4. Objetivo cumplido. “No pudo ser”, titularán mañana los medios de información. La caverna mediática, como de costumbre, calificará de robo escandaloso lo sucedido, y echará la culpa al arbitraje.


Postdata.- Imposible responder a todos los que nos habéis escrito, sois ya más de 140 a estas horas (cuatro menos veinte de la tarde). Un abrazo a todas/os. Sentirnos tan acompañados es más que un placer, es un privilegio.