Javier y Cuca Aristu saliendo de tomarse un café, en el
lungomare de alguna ciudad de la Puglia, probablemente Trani. Fotografía de septiembre
de 2019.
Es mucho lo que se puede
decir de Javier Aristu, de su inteligencia, su talante, su cercanía, su labor
infatigable de muchos años para apuntalar una izquierda política moderna y para
modelar una Andalucía moderna y equilibrada, rica y sostenible. Su último
trabajo en este terreno está aún pendiente de publicación; puede decirse que
Javier ha apurado la vida hasta el último segundo.
Nos ha dejado un amigo, en
toda la extensión de la palabra “amigo”. Es una noticia triste, que nos deja un
poco más desamparados, en particular a los que tenemos más años de los que él
tenía, y sentimos su desaparición como un contrasentido hiriente.
Es la noticia
rigurosamente de hoy, y solo cumple enviar un abrazo sentido a Lina (Cuca), su mujer; a sus hijos Carlos y Ana; y a sus cinco nietos. Todo lo demás que puede y debe ser dicho de Javier, y será
dicho, no es en el día de hoy sino añadidura.
Hoy no tengo palabras para
más, ni consuelo.