Jorge Moragas es el jefe de gabinete de Mariano Rajoy. La
relación entre los dos políticos se remonta al congreso del PP del año 2008.
Eran momentos difíciles para Rajoy, cuyo liderazgo se cuestionaba desde todas
las instancias así ideológicas como estamentales del partido. Según ha
explicado Jorge más tarde, en aquel congreso se le presentó un dilema personal
difícil: «O me unía a Rajoy, o conspiraba.» Fiel a su instinto de político de
casta, resolvió el dilema eligiendo a la vez las dos opciones: se unió a
Mariano, y conspiró.
Veamos el mensaje que envió el 20 de noviembre de 2012,
exactamente a las 20:02:40, a su antigua compañera de colegio y ex novia de
Jordi Pujol Ferrusola María Victoria (Vicki) Álvarez Martín, que había hecho
saber a la secretaria del PP catalán Alicia Sánchez-Camacho, en conversación
recogida y grabada por la agencia de detectives Método 3, que poseía material
sensible acerca de la fortuna de la familia Pujol: «Si dieses una entrevista y lo
contases todo salvarías a España y yo te haría un monumento. Besote.»
Hay cuatro elementos a considerar en el mensaje. Podemos
descartar el último de ellos (“besote”) por trivial. Los tres restantes
contienen alguna miga. El primero, por ejemplo: “si dieses una entrevista y lo
contases todo”. Lo que
pide Jorge a Vicki no es que vaya al juzgado y denuncie unos hechos que podrían
ser constitutivos de delito. El juez, más de un caso se ha dado, podría
decretar secreto del sumario y ya la tendríamos. Denunciar no es mala opción y
da una imagen adecuada de responsabilidad, pero ya que disponemos de un
apetecible montón de mierda, lo que de verdad importa es enchufar cuanto antes
el ventilador. Vicki, obediente, fue a los programas Espejo público de Antena 3 y Hable con ellas de Tele 5, y lo contó todo con
desparpajo. También, después de consultar con su abogado, fue al juzgado y puso
la denuncia correspondiente.
“Salvarías a España.” Considerada en sus propios términos, la proposición resulta
enfática y en exceso ambiciosa. Los pelendengues de la coyuntura económica,
financiera, política, etc., no se resuelven haciendo correr un chisme por el
patio de vecinos. No es aventurado suponer, entonces, que lo que tenía en mente
Jorge (catalán, como todos los demás protagonistas de la historia) era la necesidad
de salvar a España de una amenaza muy concreta, a saber, la secesión amenazada
por la deriva soberanista de la
Generalitat de Catalunya y su determinación de organizar un
referéndum a plazo fijo sobre la independencia.
“Y yo te haría un monumento.” Esta es la parte más enigmática del mensaje. Se me ocurren tres
interpretaciones distintas y les ocurre como a las hijas de Elena, que ninguna
es buena. No voy a entrar en disquisiciones porque importa preservar la
decencia y la seriedad de este blog que es el vuestro, queridos lectores. Pero,
por fortuna, disponemos al respecto de información complementaria. Después de
un rápido cruce de mensajes entre Jorge y Vicki (J.: “¿Pero qué has hecho?”.
V.: “Lo que tú me dijiste”), el 13 de diciembre él precisa más la idea ya
expuesta: «Uauuu! Yo te haré un monumento a tu cuerpo.» A tu cuerpo. Con esa
manera de señalar, podemos descartar sin más otras posibilidades (a tu valor, a
tu lealtad, a tu coherencia, a nuestra amistad…) Y Vicki contesta, menos de dos
minutos después: «Mi cuerpo ya es un monumento ja ja ja.»
No sé si tiene alguna relación con el traído y llevado monumento
al cuerpo de Vicki la reciente declaración de ésta en el sentido de que ha sido
utilizada por el PP. Debería ir a Espejo
público a contárnoslo con más
detalle.