miércoles, 27 de diciembre de 2017

TABARNIA


Vistos desde la distancia, los últimos movimientos en Catalunya obedecen en mayor o menor medida a reorganizaciones tácticas consecuentes a un cambio de frente en el territorio de las derechas.
La novedad parece consistir en una amplia maniobra de flanco del Partido Popular con la idea de contrarrestar, y de ser posible frustrar, la resistible ascensión de Ciudadanos en todo el territorio del Estado, y de su líder Arrimadas en la autonomía intervenida, después de las elecciones del 21D.
No se me ocurre otra manera de interpretar tres iniciativas que bien podrían ser calificadas de avanzadillas para un posterior despliegue:
1) El ministro de Hacienda Cristóbal Montoro ha señalado las bonanzas del artículo 155 como las responsables de que la economía catalana no haya caído en picado, a pesar del desgaste sufrido por los desatinos independentistas. Uno no alcanza a ver dónde han estado tales bonanzas, ni de qué forma han actuado en la ocasión para producir tales resultados. Una estimación ponderada alternativa iría en la dirección de estimar que el relativo sostenimiento de la economía de Catalunya se ha debido: a) para los creyentes, a que la divina providencia (ningún parecido con Montoro) lo ha dispuesto así; b) para los escépticos o los laicos, a la fuerza inercial o velocidad de crucero adquirida desde años atrás, y en particular a una mejora sensible de las exportaciones.
2) El candidato popular a president, señor García Albiol, ha tachado a Arrimadas de cobarde por no postularse para el gobierno a pesar de ser la opción más votada. Resulta chusco que el sheriff Albiol se descuelgue con bravuconadas de cantina del Far West, sabiendo cómo está el percal (difícil para C,s conseguir apoyos después de una campaña tan traumática) y sabiendo además cuáles son sus propios resultados, con tan solo cuatro escaños, el último de ellos arrebatado por los pelos gracias al voto exterior.
No es muy comprensible, dicho sea de pasada, que voces desde Ferraz se hayan sumado a la crítica de Albiol a Arrimadas, después de atizar por lo bajini a Iceta por su propuesta de amnistía. Se diría que el PSOE aspira de forma vergonzante a convertirse en el recambio a medio plazo de la derecha dura en el gobierno, descartando cualquier opción que suponga salirse mínimamente del perímetro de lo estatuido por los poderes de hecho.
3) El mapa de una república de Tabarnia, nacida de la secesión de una eventual República independiente de Catalunya por parte de las comarcas barcelonesas y tarragoninas que han votado mayoritariamente por opciones no independentistas, aparece a primera vista como una broma cachonda, un recurso irónico para reducir al absurdo la pretensión separatista. Pero ha sido recibida con una atención  curiosamente insistente por los medios de comunicación, y en su actual avatar podría comportar algunas cargas de profundidad. La idea de fondo podría ser la de aislar a la periferia exaltada y dibujar una confrontación física, territorial, una “guerra de posiciones”, entre el sí y el no a la independencia.
Es siempre la historia del nosotros y el ellos. Pero ocurre justo en el momento siguiente a aquel en el que los artículos editoriales de los grandes medios llamaban a la reconciliación, a restañar heridas y tender puentes entre el sí y el no.
Pero la reconciliación es imposible si se descarta la amnistía y se amplía la imputación de políticos/as por los hechos del 1-O y jornadas sucesivas.
A la vista de los síntomas enumerados, se diría que la línea de actuación del Partido Popular sigue basada en la disciplina inglesa (el látigo de nueve colas, aclaro para quienes no hayan captado la metáfora) y en la exhibición cada vez más cruda de una vocación centralista y autoritaria.
Las izquierdas, mientras tanto, siguen donde solían y dan la sensación de un desconcierto absoluto. Sus líderes ni siquiera parecen estar seguros de por dónde les han venido las bofetadas. Al respecto, recomiendo la lectura de las breves consideraciones de Gabriel Jaraba y José Luis López Bulla (ver en http://lopezbulla.blogspot.gr/2017/12/limpiar-el-patio-o-cambiar-las-cosas.html).
Se puede decir más, pero no más claro.