martes, 6 de abril de 2021

TIEMPOS NUEVOS PARA EL SINDICALISMO

 


Una imagen entrañable y enmascarillada: los catedráticos de Derecho del Trabajo Antonio Baylos y Joaquín Aparicio felicitan a la ministra del ramo, Yolanda Díaz, en la ceremonia de su toma de posesión como vicepresidenta tercera del gobierno. Es un indicador de la nueva importancia política potencial del trabajo, pero esta solo se consolidará si en la “calle” se multiplican las iniciativas y la puesta en común de experiencias.

 

Fantástica entrevista de Luciana Castellina a Maurizio Landini (secretario general de la CGIL) en il manifesto, bajo el titular “El tiempo nuevo del sindicato” (1). Me llega particularmente dedicada por cortesía de Pedro Flinstone, el alter ego de Antonio Baylos en facebook. Un lujo.

¿Sabremos extraer las consecuencias oportunas de esta formidable reflexión a dos voces sobre la necesidad sindical de abrir las puertas de las fábricas, ya no hacia dentro sino hacia fuera, e instalarse en el territorio, en “la calle”, bajo nuevas formas híbridas (cámaras del trabajo, mutualidades, empresas municipales o comarcales sin ánimo de lucro, cooperativas), con nuevos socios, con distintas perspectivas?

Partimos de una tradición sindical extraordinariamente combativa, pero limitada. En metáfora deportiva, tratábamos de encerrarnos en el área y salir de ella solo cuando había oportunidad clara de contraataque, dejando al rival (el enemigo de clase) la iniciativa y la posesión, pendientes únicamente de no sufrir desniveles importantes en el marcador. Ganar el partido era fantasía. La pedagogía insistente de algunos dirigentes muy cualificados sobre la insuficiencia de ese planteamiento, la idea de que junto a la resistencia era absolutamente necesaria la alternativa, no caló muy profundamente, con la excepción de segmentos de trabajadores cualificados de algunas grandes fábricas.

Los retos del “tiempo nuevo” se nos acumulan. Cuando la obediencia ya no puede ser la característica principal de la infantería sindical respecto del cuartel general del partido político, desaparecido en la refriega, es hora de hacer valer la autonomía plasmada en los estatutos de las organizaciones, y nunca tenida demasiado en cuenta. Bertolt Brecht ya lo advirtió hace mucho, pero su mensaje es incluso más apremiante en una coyuntura de pandemia, de teletrabajo y de control remoto mediante algoritmos: «Lo que no sabes por ti, no lo sabes. Repasa la cuenta, tú tienes que pagarla. Apunta con tu dedo a cada cosa y pregunta: “Y esto ¿de qué?” Estás llamado a ser un dirigente.»

No me resisto a traducir un párrafo de Landini en la entrevista de Castellina. Porque estamos en la encrucijada de la transición energética, después de un parón brutal del trayecto de “progreso” que llevábamos de la mano del neoliberalismo financiarizado. Y en esta coyuntura precisa, o bien tomamos el volante del vehículo con nuestras propias manos, o acabaremos en el fondo del precipicio. Dice Landini:    

«Confrontarse con la gran cuestión de la transición ecológica comporta la definición de un plan complejo a partir de la centralidad del trabajo y de su transformación. Eso quiere decir cambiar radicalmente el actual modelo de producción y de consumo; pasar de la producción de bienes de consumo individuales a la de bienes colectivos. Quiere decir ocuparse de la recuperación de las áreas urbanas, de la movilidad colectiva, del suelo, el aire, la sanidad, la formación, la investigación, la cultura. Y, sobre todo, de las energías renovables y de su reciclaje para impedir el despilfarro.»

Un nuevo tiempo, una actitud nueva por parte de los sindicatos ─ojo, no hablo de las burocracias sindicales que atienden en los despachos, sino del colectivo militante, que no ha de esperar la consigna que llega de arriba─, un quehacer que asume características “políticas” porque el trabajo por cuenta ajena es en sí mismo un hecho político, no una relación meramente privada como pretenden hacernos creer quienes se columpian suavemente en el dolce far niente del mando a perpetuidad.

Como no es la primera vez que trato en el blog esta problemática precisa, remito al lector interesado a algunas de mis entradas recientes que dan vueltas a cuestiones de este orden:

https://vamosapollas.blogspot.com/2020/01/autonomia-sin-participacion.html

http://vamosapollas.blogspot.com/2020/01/la-aporia-del-sindicato.html

https://vamosapollas.blogspot.com/2020/02/el-sindicato-como-sujeto-politico.html

https://vamosapollas.blogspot.com/2020/04/sindicalismo-historia-y-futuro.html

https://vamosapollas.blogspot.com/2020/09/sindicalismos.html

 

(1) https://ilmanifesto.it/il-tempo-nuovo-del-sindacato-dialogo-tra-luciana-castellina-e-maurizio-landini/?fbclid=IwAR27t4JSS9KHBmFRA-CwlNQxUAxQ1eqMFYsSC6Xd8CF8HUPjr1BL01dGNRo