Brindis
en el comedor del capitán en la fragata “Surprise”. Fotograma de “Master and
Commander” (Peter Weir, 2003).
El capitán Jack Aubrey, interpretado por Russell Crowe,
plantea en la película “Master and
Commander” un acertijo a Stephen Maturin y el resto de comensales invitados
a su mesa: ¿qué plato de lentejas elegirían en el rancho de a bordo: uno con un
gusano gordo, u otro con un gusano más chico?
La concurrencia se inclina con ánimo jocoso por el gusano
gordo, dado su mayor aporte proteínico, pero Aubrey replica que debe preferirse
el gusano chico, porque las Ordenanzas establecen que un oficial de la Marina
de Su Majestad, en presencia de dos males, ha de elegir siempre el menor. Después
suelta una carcajada homérica, para dejar claro que ha hecho un chiste.
En la elección que hoy ha de resolverse entre Macron y Le Pen, el primero es el
gusano chico. Uno no acierta a explicarse cómo ha llegado ese hombre hasta aquí;
pero ya que está, las Ordenanzas exigen que sea él el votado. Marine Le Pen es
un gusano demasiado gordo, demasiado repugnante, acurrucado plácidamente entre
nuestras lentejas.