“Kafenío”
tradicional griego, fuente Amalia GA. Estos establecimientos fueron una columna
basilar de la democracia “viril” griega. Solo acudían a ellos los varones, y
todos tenían un color político determinado. En pueblos muy pequeños, sin
embargo, solo había un kafenío, y entonces se recurría a colgar en las paredes
enfrentadas los retratos del jefe del gobierno y del de la oposición. Los
parroquianos se sentaban frente al retrato de su opción preferida, dando la
espalda al otro. Hoy eso ya no ocurre, los kafeníos han sido sustituidos casi
en su totalidad por “kafeterias”, y estas han sido conquistadas masivamente por
las mujeres, que las abarrotan a media mañana después de hacer la compra, y a
media tarde con sus niñas/os recogidos del colegio. Los varones se han retirado
hacia su último reducto: los locales de apuestas deportivas, donde siempre hay
grandes televisores que ponen en continuo partidos de fútbol y de baloncesto.
“Si uno tiene
una queja contra el actual Gobierno, le serán proporcionados todos los
altavoces disponibles, aunque su queja consista en denunciar que no se le
permite cometer ilegalidades.”
La cita es de Gerardo tecé, y va referida a los caseteros de la Feria de
Sevilla, extrañamente mimados por la prensa generalista. ¡Qué maravilla, ellos van
a protagonizar otra huelga más en contra de la reforma laboral!
Los elogios de los medios
consuetudinarios a la reforma laboral son, por contraste, mucho más parsimoniosos.
Es opinión generalizada entre los opinantes que vamos derechamente a la debacle
y a la quiebra, pero ninguno menciona el hecho de que ya habríamos llegado hace
tiempo de no ser por los ERTE, por el incremento del SMI, por la nueva
normativa de las pensiones…
No, todos esos elementos son
vistos en el mejor de los casos como postureo ineficaz, y en el peor como
obstáculos maliciosos para retardar la segunda parusía, el nuevo advenimiento
de los populares, escoltados por una ultraderecha a la que se deja a plena
conciencia fuera de foco.
Es evidente que el color del
cristal con que se mira, desde la prensa que solo me atrevo a llamar “seria”
poniendo el calificativo entre comillas (hablo de El País y La Vanguardia), no
es el mismo para el gobierno y para la oposición. Quienes no nos hemos
registrado y carecemos por tanto de acceso a la integridad de ambos diarios,
solo podemos analizar el contenido de los titulares y las entradillas, y
supongo que es precisamente ahí donde se marca con más rabia la diferencia. Porque
excelentes periodistas, los hay en ambas cabeceras. Pero la “línea” diferencial
del diario, marcada por la empresa, está muy clara. Se jaleó a Casado, hasta
que fue defenestrado milagrosamente, sin intervención alguna del malvado
Sánchez. Se piropeó a Ayuso, que ahora ha quedado arrinconada por los suyos en
el purgatorio a la espera de una decisión judicial sobre un delito de
corrupción flagrante que favoreció a su hermano. Se jaleó la huelga de la
patronal de los transportes, que acabó en fiasco; y ahora, la de los caseteros
de la Feria, que concluirá en la misma agua de borrajas. Todos ellos son vistos
como signos anunciadores, al son de claros clarines, de que ya viene, ya llega,
un Feijoo deslumbrante para sacudir el tablero de la política. Y el sismógrafo
de las encuestas apresuradas, flor de un día como todo el mundo debería saber, se
apresura a atribuirle un crecimiento poderoso en el voto popular; lo que no
deja de ser una profecía con pretensiones de verse autocumplida.
Ninguno de estos temas ha
merecido una información veraz y un tratamiento objetivo. La prensa llamada
seria funciona por impulsos espasmódicos, y mira siempre hacia donde quiere
mirar, nunca a la perspectiva en su conjunto.
Resignación. Haríamos bien
en buscar nuestra información en lugares menos obvios que los titulares de la
prensa escrita y de los telediarios.
Encuentro una confirmación colateral
de lo que estoy comentando, no en las noticias de la política sino en un
terreno propicio a lo simbólico, el fútbol. Este es el titular del País sobre
el partido de ayer: «Un asombroso Pedri rescata al FC Barcelona». ¿Cómo que “rescata”?
Todas las estadísticas mostraron una gran superioridad de los blaugrana frente
al Sevilla, que se limitó a defenderse como pudo. El portero andaluz sí rescató
a su equipo de la goleada que se presagiaba. El día anterior el Madrid había
tenido menos posesión que el Celta y un juego errático, del que fue “rescatado”
por un árbitro que silbó a su favor todas las jugadas dudosas; y como dos
penaltis fueron insuficientes, pitó el tercero para desnivelar la balanza. En
vano buscarán ustedes los comentarios de los periodistas deportivos de la
capital, al respecto. Pero en este país sigue siendo considerada más meritoria
la mentira patriótica que la verdad objetiva.
La mirada clara y lejos, y la frente levantada, pomporrutas
imperiales hay quien sigue caminando hacia dios.