Un recuerdo a Juan Diego, actor y militante, uno de los nuestros. Nada que ver con el tema de la entrada que encabeza su imagen.
Desolación en el cuartel general de ERC: “No pudo ser”,
menea su cabezón Oriol delante de un grupo de dirigentes, mientras se suena con un enorme pañuelo a cuadros. A Pere se le escapa un sollozo ahogado, por debajo de
la mascarilla: “¡Lo teníamos tan cerca esta vez!”
Estos chicos deseaban votar a favor del Gobierno, de verdad
que sí. Ya estuvieron a punto de hacerlo cuando la ley de la reforma laboral,
pero algo se torció. “Paciencia, llegará una ocasión mejor”, se dijeron
entonces.
Y ha llegado, en efecto, la votación de las medidas anticrisis.
Todo el grupo parlamentario era un grito: «Diguem sí! Nosaltres sí som d’eixe
mon!»
De paso se la fotían a Raimon, que es un colono. Pero la ocasión
de una rectificación a lo grande se ha perdido, sin embargo. Ha habido falta de
confianza.
No por parte de ERC respecto del Gobierno, quede claro. ERC
rebosa confianza, está a lo que manden, faltaría más.
Pero no existe confianza en la contraparte, y así no hay
nada que hacer. Se ha metido por medio, en el idilio, Pegasus (es decir, yo, el
informante anonymous). Lo dejó muy claro la ministra de Defensa, y todo
el castillo de naipes trabajosamente levantado se vino abajo. Cierto que la
ministra habló en respuesta a una pregunta de la CUP, pero ya conocen el
refrán: “A ti te lo digo, hijuela; entiéndelo tú, mi nuera.”
ERC no quiere ser nuera de Margarita Robles. Esa no es la
relación adecuada, por ahí no va a pasar.
Cierto que todo podría aún arreglarse con una dimisión o
dos en el Gobierno; tres, para ir más seguros. Sería un sacrificio razonable
por parte del Estado opresor, volvería a resplandecer el buen rollo en las
relaciones bilaterales de la Mesa de negociación, y ERC no dejaría ni una sola
vez de votar con los putos socialistas, en lugar de alinearse con PP y Vox.
Un diputado de Esquerra ha preguntado, de pronto:
“¿Quiénes son PP y Vox, Gabriel? Me suenan de algo, pero no
acabo de situarlos.”
“Yo qué cony sé. Tú a lo tuyo, chaval”, le contesta
Rufián.