domingo, 3 de abril de 2022

LOS POLÍTICOS Y LAS PROSTITUTAS

 


Pasé ayer por la librería a comprar “Timandra”, de Theodor Kallifatides, de la que me habían llegado buenas referencias, aunque Kallifatides es en sí mismo una referencia excelente.

Casi nada más abrir el libro, me encuentro con esta reflexión del filósofo cínico Leandro: es preferible la profesión de hetera (prostituta) a la de político. «El político está obligado a satisfacer al mismo tiempo al mayor número de personas. A la hetera no se le pide tanto.»

Sigue, en la página siguiente, otra perla, sobre el peligro de las comparaciones: «Nos decepciona la realidad, en lugar de decepcionarnos la comparación.»

Les invito a examinar más de cerca ciertas comparaciones muy recientes. Cuca Gamarra anda chillando que el gobierno de Sánchez es el peor de la democracia española. “Si se exceptúan todos los demás”, añadiríamos para nuestro coleto.

Mariano Rajoy deseó a Feijoo que salvara al país de la quiebra económica, como hizo él mismo “por dos veces”. No se intuyen por ninguna parte esas dos veces, ni tan solo una. Miren los números, compulsen las estadísticas: la miseria que arrastramos es la del espléndido mundo nuevo que Mariano nos endilgó con su sonrisa retorcida detrás del puro.

Macarena Olona ha llamado a Yolanda Díaz “Lady Paro”. Lo cierto es que el paro ha descendido de una forma drástica, el empleo crece al amparo de la reciente reforma laboral, y los salarios han aumentado, aunque el ritmo galopante de la inflación minimiza los efectos positivos de la medida. Échenle la culpa a los tres jinetes del apocalipsis actual, la banca, la pandemia y la guerra; pero no al gobierno. Eso era un chiste de Tip y Coll, en los tiempos no tan lejanos en los que estaba rigurosamente prohibido hablar mal del gobierno.

El gobierno actual – y no quiero hablar de Sánchez, sino de una actuación coral – está intentando satisfacer al mayor número de personas con su prestación. Eso es hacer política. Y es casi imposible. Los heteros del Partido Popular nunca se han exigido tanto a sí mismos: ellos van otorgando mesuradamente sus favores únicamente a su selecta clientela.