sábado, 16 de agosto de 2014

EL PRESO, EL PÁJARO Y EL BALLESTERO



La canción de Georges Brassens À l’ombre du coeur de ma mie es el contrapunto de otra de añeja tradición. En las dos se nos presenta una pareja de hecho formada por un pájaro y un ballestero. Los dos cumplen con el estereotipo que se espera de ellos, a saber el ballestero dispara y el pájaro es disparado. En la primera canción, recitada en primera persona por un preso, la acción del ballestero es puro salvajismo; en la de Brassens, si no exactamente un acto de legítima defensa, sí puede calificarse de reacción justificada desde criterios civilizadamente compartidos. Veamos las dos canciones por orden de aparición (cito la primera, de autor anónimo, de memoria, consciente además de que he manejado variantes distintas del mismo texto medieval):

Que por mayo era, por mayo,
Cuando hace más calor,
Cuando los enamorados
Van a servir al amor
Sino yo, triste y cuitado
Que estoy en esta prisión
Que no sé cuándo es de día
Ni cuándo las noches son,
Si no fuera una avecilla
Que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero,
Dios le dé mal galardón.

La indignación del oyente brota espontánea. El caso parece visto para sentencia. Pero oigamos ahora el pliego de descargo del ballestero, en la voz de Brassens y traducido por el firmante de este blog. (El lector interesado, quizá no está de más advertirlo, puede encontrar en youtube esta y todas las canciones de Brassens.)

A la sombra del corazón de mi amiga
Se posó a dormir un pájaro
Un día que ella jugaba a ser la bella durmiente
Y yo, puesto de rodillas
¡Hadas buenas, protegednos!,
Quise posar sobre su corazón
Una especie de beso.
Entonces ese pájaro de mal agüero
Empezó a gritar “¡Al ladrón,
Al ladrón!” y “¡Al asesino!”,
Como si fuera su pecho lo que yo buscaba.
A los gritos del estornino
Se armó de pronto un gran revuelo.
Todo el mundo y su padre acudió
Para prestarle auxilio.
Tanto ruido, tantas carreras
Ahuyentaron el encantamiento,
Y la bella, incomodada,
Hurtó su seno a mis besos.
Desde ese día, hermanos,
Me he hecho cazador
Y recorro caminos y trochas

Con mi ballesta montada.