He ido siguiendo
desde Lanzarote la apasionante historia colectiva que se cuenta en Parapanda insurgente, cuyo link dejo
aquí al lector interesado (1). Lanzarote es, de alguna manera, otra contigüidad del
Cosmos regida por leyes físicas y temporales diferentes de las que solemos
considerar comunes por el solo hecho de que están más extendidas. Aquí, por
poner un ejemplo sencillo, las cosas se saben antes de que ocurran, gracias a
la diferencia horaria. Y de otro lado, el caos, la desmesura y el abismo que señorean
la isla, muy en particular por la parte de Timanfaya, han sido ordenados y manicurados
con esmero para consumo del turista por una especie de dios menor llamado César
Manrique. Carmen y yo sólo nos libramos de la sombra persistente de Manrique en
un gozoso almuerzo en el restaurante El Amanecer de la localidad de Arrieta, delante
de una parrillada que incluía la tríada magna de la pesca local: cherne, vieja
y bocinegro. Palabra.
Si alguna lección
puedo extraer de la lectura de esa “Parapanda insurgente” cuyo remate espero
con ansiedad, es el desmentido rotundo de la doctrina, difundida por voceros interesados, de que no hay
alternativa a la realidad del como es. Bastaría retirar el futurible que se ha fundido y
por tanto ya no funciona, y enchufar otro nuevo, para caer en la cuenta de que lo
cierto, lo auténticamente cierto de verdad de la buena, es que las alternativas
a la realidad son infinitas.
Y como muestra, un
botón. El día siguiente a aquel en que el Augusto creyó dejarlo todo atado y
bien atado y dijo «Esto es lo que hay», después de promover a su amiga y desnudar
de armas ofensivas (de alternativas) a su enemiga más íntima a cambio de ponerle en la
boca un caramelo insignificante, ella, la revoltosa lideresa, le ha contestado con
una frase de amplia resonancia en la república de Parapanda: «Look the finger.
Mira cómo se me ha puesto el deo. Yo no soy un monigote.»
De todo lo cual,
como corresponde, los felices visitantes llegados a esta isla a cucurumbillo
de la compañía Vueling, nos enteramos una hora antes. Paradojas de la contigüidad del Cosmos.
(1) Ver http://ferisla.blogspot.com.es/