lunes, 9 de marzo de 2015

LA LIDERESA NO ES UN MONIGOTE


He ido siguiendo desde Lanzarote la apasionante historia colectiva que se cuenta en Parapanda insurgente, cuyo link dejo aquí al lector interesado (1). Lanzarote es, de alguna manera, otra contigüidad del Cosmos regida por leyes físicas y temporales diferentes de las que solemos considerar comunes por el solo hecho de que están más extendidas. Aquí, por poner un ejemplo sencillo, las cosas se saben antes de que ocurran, gracias a la diferencia horaria. Y de otro lado, el caos, la desmesura y el abismo que señorean la isla, muy en particular por la parte de Timanfaya, han sido ordenados y manicurados con esmero para consumo del turista por una especie de dios menor llamado César Manrique. Carmen y yo sólo nos libramos de la sombra persistente de Manrique en un gozoso almuerzo en el restaurante El Amanecer de la localidad de Arrieta, delante de una parrillada que incluía la tríada magna de la pesca local: cherne, vieja y bocinegro. Palabra.
Si alguna lección puedo extraer de la lectura de esa “Parapanda insurgente” cuyo remate espero con ansiedad, es el desmentido rotundo de la doctrina, difundida por voceros interesados, de que no hay alternativa a la realidad del como es. Bastaría retirar el futurible que se ha fundido y por tanto ya no funciona, y enchufar otro nuevo, para caer en la cuenta de que lo cierto, lo auténticamente cierto de verdad de la buena, es que las alternativas a la realidad son infinitas.
Y como muestra, un botón. El día siguiente a aquel en que el Augusto creyó dejarlo todo atado y bien atado y dijo «Esto es lo que hay», después de promover a su amiga y desnudar de armas ofensivas (de alternativas) a su enemiga más íntima a cambio de ponerle en la boca un caramelo insignificante, ella, la revoltosa lideresa, le ha contestado con una frase de amplia resonancia en la república de Parapanda: «Look the finger. Mira cómo se me ha puesto el deo. Yo no soy un monigote.»
De todo lo cual, como corresponde, los felices visitantes llegados a esta isla a cucurumbillo de la compañía Vueling, nos enteramos una hora antes. Paradojas de la contigüidad del Cosmos.