viernes, 7 de noviembre de 2014

JUEGOS PROHIBIDOS

El próximo domingo celebraremos en Catalunya el Nou 9N (Nuevo Nueve Ene), que va a ser una jornada lúdica y participativa deliciosa: se llevará a cabo una simulación de consulta acerca de una simulación de independencia. Todo ello promete ser un juego colectivo de una insoportable levedad, como diría Kundera.

Conviene advertir que el juego en cuestión ha sido prohibido por el Tribunal Constitucional de España, un detalle que podría, según cómo, aguarnos la fiesta institucional. Pero no hay que alarmarse demasiado. Fuentes del Ministerio del Interior han dejado filtrar la información de que, más que de una prohibición, se trata en este caso de una simulación de prohibición.

Todo concuerda, pues, y la fiesta, en tal caso, será completa. Resultará, eso sí, bastante surrealista [foto de Salvador Dalí: él también habría votado sí-sí], o más bien abstracta [foto de Joan Miró: él también habría votado sí-sí], o simplemente frívola [foto de Christa Leem: ella también habría votado sí-sí]. Pero la cosa no parará ahí. Se recogerán firmas para elevar una petición a las Naciones Unidas en defensa de nuestro derecho a la autodeterminación. Seguramente habrá que esperar bastante en la ventanilla correspondiente. Al fin y al cabo tienen mayor urgencia asuntos como el del Estado Islámico, el del Este de Ucrania, el de Boko Haram, la epidemia del ébola en Liberia y Sierra Leona, o incluso los asesinatos del narcotráfico en México. Es comprensible y estamos dispuestos a esperar; al fin y al cabo todos esos son asuntos para llorar, y en cambio el nuestro es de risa.

Se presentaron en casa el otro día un par de señoras bien vestidas, provistas de tarjetones del 9N, para hacernos una encuesta a Carmen y a mí. La primera pregunta era en qué proponíamos invertir el excedente de 16 a 18 mil millones de euros que tendríamos en caso de conseguir Catalunya la independencia. Debo decir que Carmen y yo nos quedamos un poco impactados, y preguntamos de dónde salían tales cifras. De un estudio hecho por economistas muy competentes, nos dijeron. Ah bueno, otra simulación, ya se sabe cómo funcionan los pronósticos de los economistas y qué fiabilidad se les puede dar.

Pero a pesar de nuestra buena voluntad para encajar la cifra en cuestión, la encuesta se torció de inmediato de modo irremisible. Fue cuando explicamos a las dos amables voluntarias que no nos interesaba cómo se repartiría el dinero de más que íbamos a tener con la independencia, sino el dinero que ya tenemos. ¿Va a seguir repartiéndose igual que hasta ahora, hacia las mismas personas y los mismos grupos, con las mismas prioridades, por los mismos canales, con idéntica transparencia? Las señoras no atinaron a darnos ninguna respuesta, y renunciamos a cumplimentar los ítems de la encuesta que venían a continuación. Si la mayor parte del pastel va a seguir repartiéndose de la misma forma que hasta ahora, para ese viaje a Ítaca no hacen falta alforjas.