El nuevo año ha
empezado mal. Un infarto se ha llevado sin miramientos al notable sociólogo y
ensayista alemán Ulrich Beck, en Munich, donde enseñaba en la Universidad Ludwig
Maximilian (además de en Bamberg, Münster y, como profesor invitado, en la
London School of Economics, amén de otras instituciones de prestigio reconocido).
Beck nació en Pomerania el 15 de mayo de 1944, estudió en Friburgo y en Munich,
y escribió en 1986 La sociedad del
riesgo, un libro luminoso en muchos de sus análisis acerca de los nuevos
fenómenos que recorren las sociedades tecnológicamente avanzadas, y discutible en
algunas de las tesis que propone, pero que en conjunto nos ha ayudado a
muchos a entender mejor el mundo global en el que nos movemos.
Además de ese libro
recuerdo en particular, de su muy abundante producción periodística, el hermoso
artículo “Dieta mediterránea para el sueño europeo”, que escribió el pasado mes
de abril, antes de las últimas elecciones europeas (1); el motivo sobre el que hizo
girar su discurso en esa ocasión fue una cita nostálgica de Goethe sobre «el
país donde florece el limonero», y utilizó la imagen para apuntar a un mayor
entendimiento entre el Norte y el Sur de Europa a través de una percepción común
más relajada y gozosa de la vida.
De la vida que lo
ha abandonado el pasado 1º de enero con un golpetazo brusco e implacable. En
plena juventud intelectual, a los setenta años de edad. La manera más acertada
y fecunda de protestar contra la guadaña arbitraria que lo ha segado sin
remedio de entre nosotros es, por supuesto, leerlo. Así sea.