viernes, 9 de marzo de 2018

UNA HUELGA UN POCO PIJA


El éxito de la huelga de las mujeres puede calibrarse en negativo por la apresurada rectificación de los estamentos dirigentes del Partido Popular y de Ciudadanos, que lucían lazos morados ayer por la tarde mientras todavía a primera hora de la mañana recitaban el consabido «No nos metamos en esto», y veían la convocatoria «un poco pija».
La tan traída y llevada mayoría silenciosa se ha puesto a gritar. Desconcierto en los estados mayores de los partidos de la derecha, los únicos que cuentan en las operaciones matemáticas de los mercados financieros. ¿No estaba todo controlado por medio de algoritmos omniscientes? ¿No estaba escrito en el frontón del Templo Mayor de la Bolsa Global, en bronces imperecederos, el lema «No Hay Alternativa»?
Ayer los hombres ─los hombres, cuando menos, que “sí” amamos a las mujeres─ desempeñamos el papel de meros acompañantes de la movida, desde un segundo plano que nos resultó muy gratificante. Y escuchamos con atención este otro lema, repetido por miles de gargantas ya no silenciadas, ya no anónimas: «Si nosotras paramos, se para el mundo.»
Después de aquel 15 de Mayo, ha venido este 8 de Marzo para confirmar que estamos en el principio de algo, que la historia no se ha acabado y el mundo no se va a parar, porque las mujeres se están moviendo. Las dos fechas son hitos de un trayecto alternativo común, plural y transversal, que no se deja capitalizar fácilmente por ninguna sigla, tal vez por aquello que ha venido diciendo Arrimadas, de que su signo es anticapitalista.
Lo importante es en todo caso que se trata de hitos de apertura de una alternativa, que aparece allí donde no había oficialmente ninguna. Que rasca donde nos decían que no había nada que rascar.
Faltan aún, de seguro, muchas etapas para completar ese trayecto ideal. Pero tenemos la esperanza muy sólida de que llegarán más hitos, de que habrá otros 8M.