sábado, 19 de febrero de 2022

NECESITAMOS AL PP

 


Ingrid Bergman, cabeza de cartel en el biopic dedicado retrospectivamente a Isabel Ayuso.

 

No me hagan caso, por favor. Cliquen en cualquier otro sitio web, hoy estoy de malas, lo advierto con toda lealtad.

Necesitamos un PP a poder ser corrupto, para hacer resaltar nuestra superioridad moral. A poder ser roto, de modo que nuestras profundas grietas parezcan por contraste meras arrugas debidas a la usura del tiempo. A poder ser torpe, infame, ruin y codicioso, defectos que no son los nuestros salvo en mínima parte.

Un PP tal y como providencialmente nos ha sido dado en esta hora de tribulación. Toquemos madera, la bronca exhibida con profusión barroca por el PP deja oculto detrás de una bambalina decorativa el desmoronamiento rápido y contundente de una “izquierda a la izquierda”, en parte sobrevenida en fecha reciente, y en otra parte fruto de un largo proceso de descomposición en capillas y banderías, todas las cuales reclaman su porción legítima de la herencia paterna.

Demos gracias rendidas al espectáculo operístico del PP, a esa “Giovanna d’Arco al rogo” admirablemente interpretada por una Ingrid llena de fuego y de bravura en el aria “Io per il mio frattello ammazzo!”

Núñez Feijoo reclama un congreso extraordinario para discutir serenamente las opciones: “O Pablo o Isabel, S.A.O.C. (Salvo Alguna Otra Cosa)”. Sí, por favor, la audiencia superará a la movilizada por la herencia de Paquirri. Será la comidilla de la actualidad, tendrá pendientes de su vaivén a todos los medios, abrirá los telediarios y ocupará todos los resquicios de las portadas.

Mientras tanto nosotros, herederos de todas las revoluciones y de todas las comunas, dispondremos de la tranquilidad suficiente para seguir reclamando sotto voce un análisis serio en profundidad de nuestros resultados electorales, y perseveraremos incansables en la ardua búsqueda de cotufas en el golfo.


Imagen prospectiva del inminente Congreso extraordinario del PP (“Fête galante”, de Antoine Watteau).