sábado, 26 de marzo de 2022

INQUISICIÓN Y TELENOVELA

 


Paul Delvaux, “Incendio”. Una visión surreal, muy del momento que vivimos.

 

Según Laurence Débray, hija rebelde de revolucionarios y admiradora del rey emérito, sobre el que publica ahora un libro titulado “Mi rey caído”, España es un país “mezcla de inquisición y telenovela”.

La frase trasuda esa superioridad afectada de muchos franceses hacia todo lo que queda al sur de los Pirineos, pero se ajusta bastante bien a lo que acaba de decir Alberto Núñez Feijoo sobre Pedro Sánchez. Afirma el jefe nominal de nuestra leal oposición que nunca ha visto tanta dejadez, parsimonia e incompetencia de un gobierno ante la crisis.

Ya es paradoja que, mientras Feijoo se sacaba de la mochila esa dosis de inquisición y telenovela mezcladas, Sánchez se encontraba en Bruselas y allí conseguía arrancar, de la Unión Europea en general y de la ordenancista Alemania en particular, la llamada “excepción ibérica” para abaratar los precios de la energía. Feijoo perdía por el camino, de ese modo, una excelente ocasión para hacer gala de patriotismo y respaldar a su gobierno en una iniciativa bien dirigida a mejorar las expectativas de la ciudadanía (de toda la ciudadanía, no de las élites mimadas desde siempre por los populares) frente a una crisis de características extremadamente duras.

Inquisición implacable contra el gobierno de progreso, y telenovela fantasiosa respecto de la propia actuación: esas parecen ser las coordenadas de nuestra oposición extravagante y caprichosa. Ese es el sentido en el que me parecen válidas las palabras despectivas de la hija de Régis Débray (casada con un hijo de Servan-Schreiber, para mayor poti-poti).

Y es que tenemos aquí una oposición que no nos merecemos. No se percibe mejora desde que Fra Casado descendió al limbo de las almas en pena. Tal vez se le hayan contagiado a Don Alberto, el prohombre de Ourense, las mismas características en la acción política que adornaron a Don Mariano, el Augusto de Pontevedra.

Me refiero a su dejadez, su parsimonia y su indolencia ante la crisis, que han devenido legendarias.