jueves, 10 de marzo de 2022

¿VES LO QUE ME HAS HECHO HACER?

 




Homenaje a Luis Romero Huertas. Así lo recordamos muchos: en el uso de la palabra, tranquilo, cercano, bien respaldado por el logo de las Comisiones Obreras de Catalunya. (A su lado Romà Torrent, dirigente de la Construcción y durante muchos años de la UL de Barcelona)

 

Fernández-Mañueco gobernará en Castilla y León en coalición con Vox, que también presidirá las Cortes. Era la solución elegida en principio; más aún, la solución deseada íntimamente, a fin de crear una mayoría imparable capaz de volver del revés como un guante el Congreso de los Diputados de Madrid. Las etapas sucesivas de ese viaje gratis a la ultraderecha 2.0 eran Madrid, Murcia, Andalucía (etapa aplazada por dificultades de logística), Castilla y León, y lo demás caería como fruta madura.

Fue la solución deseada, he dicho antes; ya no lo es. El nuevo hombre fuerte del PP, gallego como impone una tradición arraigada, dice ahora que él no quería, y echa la culpa del desaguisado a Sánchez. Sánchez y su cercanía non sancta al comunista Putin, según cantinela novedosa porque hasta hace cuatro días mal contados Putin era un punto fuerte, un tronco legal a más no poder que iba a darles medicina de la buena a los comunistas reales: Biden, Scholz, Otegi, Aragonés y… Sánchez.

La operación FraCasado se ha resuelto en el seno del PP en un caleidoscopio curioso. Ha sido necesario un giro de ciento ochenta grados en la escena geopolítica, pero la inercia era tanta que al final se ha dado el giro completo y se ha vuelto a la misma situación de partida. Se exigió colaboración a Sánchez para orillar a Vox, y Sánchez puso condiciones que no gustaron en Génova. ¿Qué podía hacer entonces un as de triunfo en la manga del PP, como dicen que es Feijoo, si resultaban más baratas las condiciones impuestas por Vox? La nueva esperanza blanca de la derecha ha tirado de manual y allí ha encontrado las recias consignas de siempre, avaladas por una tradición secular: sostenella y no enmendalla por un lado, y en tiempos de tribulación no hacer mudanza, por otro.

Feijoo se ha atenido al libro. Eso quiere decir que Mañueco cargará en su mandato con todo el equipo de Vox, y en Europa doña Ursula Wonder hará el mismo caso al nuevo muñidor que al Fra Casado.

A despecho de su vocación de centralidad, el PP seguirá arrinconado en la margen derecha de la corriente geopolítica; un poco más lejos que antes, incluso.

De la OTAN podemos pensar lo que queramos, pero es claro que sus responsables no están descontentos de la prestación del “comunista” Sánchez y de su ministra Robles, la más otaniana de la plantilla gubernamental.

Del empresariado nos llegan todos los días muestras de realismo político: va entrando por el aro de la nueva reforma laboral lo más granado del plantel, y solo remolonea el pelotón de los torpes.

La Santa Iglesia de los Apóstoles y los Mártires está sufriendo una situación tan embarazosa, debido a su mala cabeza o a su mala qué sé yo qué, que necesita como mínimo un tiempo muerto bien aprovechado antes de lanzarse de nuevo a la remontada en el marcador mediante el recurso a la heroica.

Y finalmente, en lo que respecta al Trono, el Emérito, que andaba con ganas de volver a sus zascandileos consabidos, ha visto detenida la maniobra por una carta de la Casa Real en la que venía ya prerredactada su decisión irrevocable de quedarse en Abu Dhabi hasta nueva orden. No hay castigo judicial, gracias a la venda que la Fiscalía se ha colocado en los ojos; pero sí una advertencia imperiosa del Sexto, al estilo de Cristo con la Magdalena: «Noli me tangere!»

Castilla y León se marchitará poco a poco en su posición marginal. El grave error de voto (“Los de Vox son los únicos que nos defienden”, decían algunos, con toda la sensatez que puede caber en un pollo sin cabeza) la condena a circular a remolque en el nuevo ciclo económico, marcado ─ahora más si cabe─ por la puesta a punto de equipamientos energéticos “limpios”, la digitalización y el trabajo decente y con perspectiva de futuro. Lo que se les ofrece a cambio es la derogación en su autonomía de la violencia de género y la memoria histórica, más la reivindicación de la caza, los toros y las macrogranjas. No es mucho.

Y mientras Madrid prosigue el arco descendente de su parábola, y Andalucía afronta de nuevo su destino, con más datos y más fiables que los de hace tan solo unos meses, Feijoo va a descubrir que, “por culpa de Sánchez”, la única posición que le deja libre su vinculación a la ultraderecha es, paradójicamente, la posición del cero a la izquierda.