martes, 22 de septiembre de 2015

EL CASO DEL CANDIDATO BAILÓN


Donde menos se espera salta la liebre, según el dicho. Y así ha sido. La campaña electoral catalana, cansina y previsible, era de alguna forma el olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido. El forcejeo entre la provocación y la prepotencia alcanzaba las cotas más energuménicas de una espiral rampante de amenazas y contraamenazas. Desde el corralito bancario a renglón seguido de la declaración de independencia, hasta el impago de la deuda autonómica, para llegar a la culminación de la catástrofe más temida e irreparable: la expulsión del Barça de la Liga española. Y de pronto han brotado en el tronco carcomido de la campaña las hojas verdes, fugaces y refrescantes, del baile del candidato del PSC, Miquel Iceta, en plena tribuna de los oradores.
El gesto ha producido una cierta conmoción. El candidato Albiol del PP, un hombre serio si los hay, se ha escandalizado ante el sacrilegio, “¡bailar con la que está cayendo!” Iceta ha tenido que justificarse: el gusto espontáneo por la salsa no es óbice para la seriedad fundamental de las propuestas que defiende. Lo cortés no quita lo valiente. Puede ser de noche y sin embargo llover.
Tiene razón, claro. Menear las caderas al ritmo de Michael Jackson o de Queen, no implica en principio despreocupación por lo que podría ser en el futuro una Liga española de fútbol sin el Barça. Las dos actividades, bailar y prevenir el derrumbe cataclismático de los valores sociales, son compatibles en principio.
Dicho lo cual, también es cierto que son difíciles de compatibilizar. Recuerdo vagamente un ensayo humorístico de Gilbert K. Chesterton en el que relacionaba el ejercicio desinteresado de la danza con el grado de inocencia de los danzantes. Los niños y los corderos, venía a decir, bailan espontáneamente porque su corazón es puro. Todo lo contrario les ocurre a los gusanos y a los diputados.
Pues bien, he aquí la excepción que confirma la regla. Un ex diputado a las Cortes generales, actual diputado autonómico, y aspirante formal a la presidencia de la Generalitat, baila espontáneamente en el pleno ejercicio de sus funciones profesionales. Un milagro de la primavera.
Los candidatos a los diferentes parlamentos se someten por lo general a una preparación intensiva de la campaña, que incluye hasta ahora ejercicios de vocalización, gestualización y expresión corporal. Si Miquel Iceta tiene un éxito sonado en los comicios del 27S, preveo que en adelante los candidatos/as recorrerán el país acompañados por su monitor/ra de danza.