Pasaré unos días
fuera, sin posibilidad de atender la tarea de alimentar a diario este blog con
las ocurrencias efímeras traídas a contrapunto del trantrán habitual de los eventos
consuetudinarios. Como guinda provisional de todo el anterior ciclo de
comentarios sobre campañas, programas, voto y disposición mayor o menor a los pactos,
traeré a cuento una anécdota muy conocida de Aristides, que fue, según
Plutarco, el más virtuoso de los griegos antiguos. Aristides, de familia
humilde y demasiado honrado para enriquecerse con la política, se vio
enfrentado a Temístocles, que era, por el contrario, rico, brillante, seductor
y poco dado a escrúpulos relacionados con medios y fines. Temístocles solía
llevarse el santo y la limosna, según se dice, en las competencias entre los
dos, y lo cierto es que su comportamiento en la batalla de Salamina le valió un
punto fuerte entre sus conciudadanos atenienses. En Platea, cuya victoria sobre
los persas de Mardonio tuvo como protagonista decisivo a Aristides, la gloria oficial
se la llevó al final el espartiata Pausanias, general en jefe de los griegos confederados,
pero por otra parte un abusón que impedía que nadie se proveyera de agua o
forraje antes que los de su pueblo, y un bruto supersticioso que no quería entablar
combate cuando fue atacado por la caballería enemiga, porque los agüeros eran dudosos.
Pues bien, un año, el
día de la asamblea ateniense en la que tenía lugar el voto anual (voto secreto,
no a mano alzada) del ostracismo, para el que cada ciudadano escribía en una
tablilla el nombre del político que deseaba ver alejado de la polis, un rústico
pidió a Aristides si podía ayudarle a escribir el nombre deseado, porque él no
tenía letras. El nombre que quería escribir era “Aristides”.
– ¿Lo conoces?
– Nunca le he
visto.
– ¿Te ha hecho
algún daño?
– Ninguno. Pero estoy
harto de escuchar que es el más virtuoso de los griegos.
Aristides suspiró,
y escribió su propio nombre en la tablilla, convencido de pronto de que se
merecía el destierro. No quedó defraudado, su nombre salió elegido por amplia
mayoría.